Enel dio a conocer sus resultados de los nueve primeros meses a cierre de mercado el pasado miércoles, por lo que la reacción de los inversores se puede observar este jueves: su cotización desciende un 1,86%, frente a un selectivo bursátil italiano -el FTSE MIB- que asciende un 0,27%. No parece muy relevante ante unas cifras que han sido bastante buenas y quizá se deba más a la incertidumbre que hay sobre un proyecto nuclear en Italia... y si al final recibirá o no apoyo público. El CEO, Flavio Cattaneo, ha aprovechado para destacar la experiencia nuclear que tienen en España y Eslovaquia (a través de las filiales Endesa y Slovenské Elektrarne, respectivamente) en la explotación de 9 gigavatios (GW) de esta energía, y ha anunciado que crearán una nueva empresa con la colaboración del grupo industrial -y bastante especializado en defensa- Leonardo y el grupo energético Ansaldo para evaluar la viabilidad técnica y económica de los SMR (pequeños reactores modulares, de tercera generación) y más adelante, de los AMR (reactores modulares avanzados de cuarta generación) y de la fusión nuclear (un tema donde ha empezado a entrar, por ejemplo, con inversiones en la start up TAE Technologies).

La energética, que está controlada en un 23,6% por el Estado italiano y que es dueña del 70,1% de la española Endesa, defiende la nuclear para garantizar la descarbonización, la estabilidad del sistema y la reducción de los costes de la energía, según ha informado Il Messaggero. De hecho, el propio Cattaneo defiende tener las actuales centrales nucleares a pleno rendimiento no a medio gas o paradas, según fuentes del sector. Y todo esto no es baladí, después de que la semana pasada, con motivo de los resultados de Endesa, su CEO, José Bogas, no se rindiera y señalara que seguirá “intentando convencer al Gobierno” para mantener las nucleares españolas, mientras la aún vicepresidenta ecológica, ‘doña contradicciones’ Teresa Ribera, insiste en cerrarlas entre 2027 y 2035... y no duda en entrar en contradicciones al tener que defender dicha energía para hacerse con la silla de vicepresidenta ejecutiva para una Transición Limpia, Justa y Competitiva en la nueva Comisión Europea.

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Las postura de Cattaneo no es baladí y menos cuando ha coincidido el día en que en Roma la Agencia Internacional de la Energía Atómica (IAEA, por sus siglas en inglés) celebrara su reunión mundial sobre la fusión nuclear. De hecho, en dicha cita, la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, que no pudo acudir por una gripe mandó sus palabras a través de un mensaje que leyó el subsecretario de la Presidencia del Consejo, Alfredo Mantovano, donde decía que “en el camino que tenemos por delante para alcanzar el objetivo final de la energía de fusión, no se pueden excluir pasos intermedios como los reactores de fisión de cuarta generación” y que “Italia sigue siendo el país más nuclear entre los no nucleares, a pesar de haber interrumpido la producción de energía electronuclear a finales de los años 1980”. Por su parte, el viceprimer ministro y titular de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani, ha señalado que “para tener energía nuclear limpia y segura debemos fomentar la investigación”; y el ministro de Medio Ambiente y Seguridad Energética, Gilberto Pichetto Fratin, confimó que hay conversaciones con los grupos italianos Enel, Leonardo y Ansaldo para que formen parte de una nueva sociedad que apoye públicamente el relanzamiento de la nuclear en Italia.

En paralelo, el presidente de Confindustria (la principal organización que representa a las empresas manufactureras y de servicios italianas) se ha mostrado a favor de la nuclear a través de videoconferencia en el foro nacional de telecomunicaciones., como ha informado Il Sole 24 Ore. Emanuele Orsini ha referido que les preocupa que, en comparación con otros países europeos, paguen un 40% más por la energía y que el consumo de energía crecerá. Por ello, “pedimos fuertemente poder obviamente reforzar el mix energético que va hacia fuentes renovables, pero debemos reforzarlo con fuentes que sean continuas como las nuevas centrales nucleares con microrreactores de cuarta generación”, porque es necesario aumentar la independencia energética.

Mensaje de Giorgia Meloni: “En el camino que tenemos por delante para alcanzar el objetivo final de la energía de fusión, no se pueden excluir pasos intermedios como los reactores de fisión de cuarta generación” 

Vayamos a los resultados de Enel. Los ingresos han descendido un 17,1%, a 57.634 millones de euros por los menores volúmenes de energía termoeléctrica producidos, así como los menores volúmenes de electricidad y gas vendidos, y los cambios de perímetro (por ejemplo, a raíz de desinversiones). Eso sí, la fuerte producción de energías renovables (especialmente de hidroeléctricas, solares y eólicas en Italia, España, Brasil y Chile) compensó la caída de los precios minoristas de la energía en Italia, y también ha sido positiva la contribución de la gestión de las redes de distribución. Un descenso de ingresos que también se vio en el primer semestre. 

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Por su parte, el resultado bruto de explotación (ebitda) ordinario -es decir, el que se tiene en cuenta para el reparto del dividendo- se ha incrementado un 6,5%, a 17.449 millones, gracias a los negocios integrados y las renovables, así como al aporte de las redes de distribución como resultado de los elevados volúmenes de inversión. El ebitda reportado ha aumentado un 22,2%, a 18.595 millones. El resultado neto ordinario -que también se tiene en cuenta en el reparto del dividendo- ha crecido un 16,2%, a 5.846 millones, por el aumento de las operaciones ordinarias y la reducción de los gastos financieros; y en términos reportados, se ha disparado un 38%, a 5.870 millones.

La deuda financiera neta decrece un 3,3% desde el cierre de 2023, hasta 58.153 millones, una pequeña alegría, aunque aún sigue siendo elevada y mayor a la que tiene Iberdrola (46.697 millones)

La deuda financiera neta ha decrecido un 3,3% desde el cierre de 2023, hasta 58.153 millones, una pequeña alegría, aunque aún sigue siendo elevada y mayor a la que tiene Iberdrola (46.697 millones). Eso sí, esto no ha impedido que Enel aprobara un dividendo a cuenta de 0,215 euros por acción que se abonará el próximo 2 de enero, en línea con el objetivo comprometido de entregar un dividendo mínimo de 0,43 euros en 2024. Además, ha confirmado sus previsiones anuales, pero a juzgar por la reacción del mercado, parece que los inversores no sólo quieren más detalles del proyecto nuclear sino de la actualización del plan estratégico que se conocerá el próximo día 18, y un día después se publicará el relativo a Endesa.