Cuando Hispanidad, siendo José Luis Escrivá ministro de la Seguridad social e Inclusión, le preguntó por qué decía que el paro iba bien en nuestro país, cuando somos la nación que sufre el mayor desempleo de toda Europa (27 miembros) y de toda la OCDE (38 miembros) el hoy gobernador se enfadó muchísimo y empezó a desvariar acerca de la historia de la estadística y, en pocas palabras, que como siempre ha sido así -no es verdad- debería seguir siendo así. Muy enfadado, por supuesto ante tamaño atrevimiento de la periodista.

Escrivá demostró en la AIREF que era "independiente". Muy cierto: independiente del PP y adicto al PSOE. Más bien, adicto a sí mismo. Ahora pretende hacer lo mismo en el Caserón de Cibeles

Tiempo después, cuando Hispanidad le dijo que había distorsionado el mercado con las compra de acciones de Telefónica y con el enloquecido anuncio de que, a través de una sociedad pública (que, al final, encima, sí que se ha creado), la SETT iba a invertir 20.000 millones de euros, Escrivá, ya ministro digital, se volvió a enervar: todo mentira, la inversión había sido un éxito, no había distorsionado el mercado y él, mismamente él, era un experto en banca de inversión, por sus 10 años trabajando en el BBVA como banquero de inversión. La verdad es que en el BBVA no trabajó como banquero de inversión, terreno donde no tiene mucha  experiencia. En cualquier caso, no era esa la cuestión.

El nuevo gobernador del Banco de España es un manchego vengativo y un poco presumido, Ha entrado en el caserón de Cibeles como un elefante en una cachacerría. Una casa acostumbrada a los cambios lentos y al respeto al escalafón se ha visto sacudida por un personaje vengativo que tiene cuentas pendientes con la institución y con lo que considera un peligroso nido reaccionario. Recuerden que, al revés que Nadia Calviño- que no era manchega sino gallega-, quien no hacía ni caso de Pablo Hernández de Cos pero no dejaba de alabarle, Escrivá se dedicó a criticar los informes del Banco de España porque le resultaban poco "sofisticados". Con lo sofisticado que es él.

La trampa: el Banco de España ni asesora ni fiscaliza al Gobierno, pero es el Servicio de Estudios económicos más prestigioso de España... que Escrivá quiere poner al servicio de Moncloa

Escrivá es de los que considera que un documento inteligible no puede ser inteligente y que las personas inteligentes dicen cosas ininteligibles. Generalmente, porque son falsas o porque son un galimatías impresentable. Nuestro manchego ignora el principio de la verdad siempre es sencilla y compleja, nunca simple y complicada.

Y así, llegamos a que en el Banco de España tiemblan ante la arbitrariedad de Escrivá. Si algo caracteriza al recién nombrado gobernador es que nadie quiere trabajar con él. Por decirlo pronto, digamos no son pocos los que le consideran sencillamente insoportable.

Un ejemplo: Escrivá demostró en la AIREF que era "independiente". Muy cierto, independiente del PP y adicto al PSOE. Más bien, adicto a sí mismo. Me temo que ahora hará lo mismo en el Caserón de Cibeles. Pero no sólo eso: es que despreció los criterios de su sucesora en este organismo presuntamente independiente del Gobierno, Cristina Herrero, obligando a ésta a defenderse con informes sobre los agujeros en la política económica del Gobierno. Por ejemplo, en materia de pensiones, donde Escrivá se ha dedicado a cloroformizar a la sociedad española sobre la gravedad del envejecimiento poblacional español.

Con personajes como Escrivá, Pedro Sánchez persigue un imposible: la impunidad sin crítica. Está más cerca de la primera que de la segunda

En paralelo, para justificar el paso de Escrivá desde el sillón ministerial al sillón de gobernador, el Sanchismo se ha inventado una falsa polémica bajo la premisa de que el Banco de España "asesora pero no fiscaliza" al Gobierno. Pues miren ustedes: ni lo uno ni lo otro. El Banco de España, una vez que, en materia de supervisión e inspección, se ha convertido en una sucursal del BCE, el que hace el trabajo de campo y una vez que ha perdido la gestión monetaria es, antes que nada, el Servicio de Estudios económico más prestigioso de España. Ese servicio que Pablo Hernández de Cos, en su juventud procedente de la izquierda radical, ha ejercido con dignidad: nunca sacaba conclusiones políticas pero sí resaltaba los errores de libro de la desastrosa política económica del Sanchismo, que ha creado una economía subvencionada y endeudada.

Pues bien, ese Servicio de Estudios del Banco de España es el que ahora Escrivá quiere poner al servicio del Sanchismo..

Con gente como Escrivá, Sánchez persigue un imposible: la impunidad sin crítica, en economía, justicia, política exterior, medios informativos y redes sociales. Está más cerca de conseguir lo primero que lo segundo. Sobre todo, lo de las redes sociales.