Decíamos ayer que Pedro Sánchez ha forjado una España irrespirable. Sobre todo para las empresas y el emprendimiento de la propieda privada. Pues bien, aquí tienen un nuevo ejemplo: sin alharacas, la presidente del Santander, Ana Botín, ha decidido marcharse de España convirtiendo al Santander, pasito a pasito, en un banco de inversión, si lo prefieren, en banca al por mayor.

Ojo, marcharse de España, no como se lo planteó cuando sucedió a su padre en la Presidencia. Entonces estaba enamorada, tras su estancia inglesa, su primer éxito bancario, de la City londinense.

Ahora no, ahora no quiere exiliarse a lo Ferrovial. La sede social del mayor banco del país y uno de los mayores grupos bancarios del mundo, seguirá estando ubicada en el Paseo santanderino de La Pereda. Incluso se ha convencido de que la banca doméstica debe seguir teniendo su sede de negocio en España, porque la banda doméstica española es una de las mejores del mundo y porque uno no desarrolla un banco sobre el papel sino a partir de una realidad que no puede cambiar de la noche a la mañana.

Ana Botín se ha rebelado contra la 'mancha negra' de Moncloa pero no iniciará una cruzada contra el Gobierno. Simplemente, operará al margen de la política española. Es más, Cataluña, su zona gris, se tomará paso a paso. La banca doméstica sólo crecerá en España vía digital

Uno no hace el banco que quiere sino el que puede y, claro, la banca doméstica tiene su sentido en España y tiene su realidad en España, modelo de banca doméstica y de gestión de pagos en todo el mundo.

No, el plan de Botín O'Shea es otro: el Santander se lleva fuera su negocio de banca al por mayor y por ello debemos entender esa mezcla de banca corporativa, donde el Santander es muy fuerte, y de banca de inversión, donde es menos fuerte porque ese tipo de negocio lo juegan muy pocas firmas en el mundo y todos ellas anglosajonas y, si me fuerzan, estadounidenses.

Y cuidado, porque es el terreno -acuérdense de Santander Investment) donde Ana Botín, fracasó en su juventud. Ahora queire probar suerte corriendo menos, repartiendo riesgo geográfico y apoyado en la capacidad de generación de recursos recursos de la banca doméstica. Más atinado desde luego.

Tanto es así que, a la banquera cántabro, apenas le preocupa la banca doméstica, el negocio central de la entidad, que ha dejado en manos de Héctor Grisi, el ceo. Y no le preocupa aunque se trate del negocio primordial del Santander en España, Brasil, México y Alemania (en forma de financiera) los puntales del Grupo. No le preocupan porque, por decirlo, así, es una banca que marcha pos sí sola.

Ana Botín y Sánchez Galán ya operan al margen del Sanchismo, al que consideran una lacra. La presidente del Santander juega su baza: sus poderosos contactos internacionales, que pueden librarle de las garras de Sánchez

Lo que Ana Botín pretende que constituya su legado es la banca al por mayor. Por eso lleva meses fichando especialistas en ese tpo de banca, tanto en Estados Unidos como en Reino Unido. Em algo debe tener cuidado: esos especialistas nunca tendrán cultura Santander, son mercenarios especializados que trabajan a sueldo y a los que no les gusta estar bajo un mismo mando ni una día más allá del cobro del bonus.

Por ahora, el negocio de banca de inversión del Santander, tendrá una sede global, sino que Londres, Nueva York, Sao Paulo y con el ojo puesto en Luxemburgo, serán otra tanta sedes de esta división creciente del Santander. Ahora bien, alguna ve tendrá que elegir doña Ana un centro neurálgico. Si por ella fuera, ese centro estaría en Londres, hoy un tanto decadente.

Es decir, banca de inversión y corporativa, incluso añadan banca privada o banca de fortunas, segmentos cada día más ligados... y me temo que más alejados del bien común. España quedará como sede social y como eje de gestión de la banca doméstica.

Al mismo tiempo, esta opción estratégica pra los directivos de Boadilla, donde se habla inglés (sí, también en Boadilla del Monte, provincia de Madrid), es también el modo con el que Ana Botín se rebela contra la 'mancha negra' que le lanzara Moncloa, pero, entiéndase, tampoco iniciará una cruzada contra Pedro Sánchez. Simplemente, operará al margen de la política española. Es más, Cataluña su zona de sombra en España, se tomará paso a paso. Aún más, la banca doméstica sólo crecerá en España vía digital. Es más... Botín evitará el enfrentamiento directo con Sánchez.

Ambos, Ana Botín y Pedro Sánchez son miembros del Nuevo Orden Mundial (NOM). Por tanto, deberían llevarse bien. El problema es que Sánchez nunca acepta compartir: lo quiere todo. Y eso resulta ligeramente molesto

Dicho de otra forma, Ana Botín ya opera al margen del Sanchismo, que considera una lacra. Y para ello juega su baza: sus contactos internacionales y su expansión de negocio, lo que le libra de las garras de Moncloa.

Contemplen el panorama: el Sanchismo pretende, simplemente, conquistar el IBEX y ponerlo al servicio de Sánchez. En Caixabank el Estado ya posee un 17% del capital, Carlos Torres, presidente del BBVA se ha rendido a Moncloa para permanecer en su cargo... pero Santander e Iberdrola han decidido resistir al 'doctor Sánchez', apoyados en su diversificación internacional.

La guinda: se da la circunstancia de que Ana Botín, actual coordinadora del Club Bilderberg para España, coincide con Pedro Sánchez, representante de George Soros en España y adalid de la Unión Europea progresista, son ambos miembros de esa galaxia informe que denominamos Nuevo Orden Mundial (NOM). Pedro Sánchez vendió su alma al NOM cuando vio que, sólo aceptando los principios WOKE, podría recuperar el liderazgo perdido del socialismo español, que le había expulsado de sus filas. Ana Botín fue admitida en el Sancta Santorum de Bilderberg tras su toma de postura a favor de la ideología de género. Ambos deberían ser amigos pero, ¿quién ha dicho que el NOM genera fraternidad? Más bien, se guía por el viejo principio gallego: "Amigos pero sin perder". Y Pedro Sánchez no sólo quiere ganar: es que lo quiere todo.