Brookfield ha puesto en venta las plantas eólicas y fotovoltaicas de Saeta Yield, elevando la burbuja verde
Decíamos en Hispanidad que la burbuja especulativa con las energías renovables que hay en España sigue creciendo y es doble: por un lado, hay muchas empresas del sector que cotizan en bolsa con sonoras alzas y caídas; y por otro, hay compras y ventas de compañías y también de activos o incluso de partes de estos. En este contexto, de una burbuja cada vez de más grandes dimensiones, Naturgy ha comprado las renovables que el fondo de inversión francés Ardian tiene en España, mientras Iberdrola busca un socio para las renovables que posee en EEUU.
Naturgy ha anunciado la compra de casi 900 megavatios (MW) renovables de Ardian en nuestro país por 650 millones de euros. En concreto, la compañía que tiene como presidente y CEO a Francisco Reynés, quien defiende “el papel esencial” del gas, podrá avanzar en la transición energética al sumar a su cartera de renovables 422 MW repartidos en 12 parques eólicos en operación y otras 435 MW en hibridaciones solares que están en desarrollo. Recuerden que para este año, Naturgy prevé unas inversiones de unos 2.700 millones, un 50% superiores a las de 2022, y de los que unos 1.700 millones irán a parar a renovables, al tiempo que mantendrá un elevado dividendo (hay que tener contentos a los fondos), y entre otros movimientos, ya ha puesto una pica en Italia. Al hilo de la compra a Ardian, Reynés ha referido que “tiene un excelente encaje estratégico, cumpliendo los parámetros de inversión de nuestra compañía y demostrando que la disciplina financiera y el crecimiento inorgánico son compatibles para crear valor. Incorporar a nuestra cartera estos activos nos permite avanzar en nuestro objetivo de ser un actor relevante en la transición energética en nuestro país”. Además esos casi 900 MW se sumarán a los 2.300 MW en proyectos renovables operativos y los más de 1.000 MW en construcción con los que ya cuenta Naturgy en España.
Lejos han quedado los tiempos en los que Galán creía que trabajar con las energías verdes era una operación financiera que se traducía en invertir usando subvenciones públicas y luego vender esos activos... dando un ‘pelotazo’. Ahora, es él el campeón de la especulación ecológica
Paralelamente, Ignacio S. Galán, presidente ejecutivo de Iberdrola (cargo en el que ha sido reelegido hace unas semanas), como saben, es un gran entusiasta de las renovables, algo que no ha impedido la ruptura total con Ribera,... y con Bacigalupo. Asimismo, el ingeniero salmantino ha convertido este tipo de energías en un producto financiero del que sacar jugosas plusvalías, al igual que hacen muchos fondos de inversión. Esto se puede ver en: la venta de activos fundamentalmente para reducir deuda, aunque lo llame búsqueda de socios; en la venta de partes de sus activos sin perder el control (por ejemplo, en los parques eólicos marinos East Anglia One, Wikinger y East Anglia Three; así como en una cartera renovable de unos 1.200 megavatios (MW) que tiene en España; y se podría sumar hasta el 50% de las plantas eólicas y solares de su filial de EEUU, Avangrid, según Expansión); y en la apuesta por la técnica del sale & lease-back (vender y alquilar después), que es pan para hoy y hambre para mañana.
Lejos han quedado los tiempos en los que Galán creía que trabajar con las energías verdes era una operación financiera que se traducía en invertir usando subvenciones públicas y luego vender esos activos... dando un ‘pelotazo’. Ahora, es él el campeón de la especulación ecológica. En 2010, veía como tecnologías más inmaduras a la termosolar y a la fotovoltaica, y se refería a esta última como “producto financiero”. Años más tarde, refería que costaban 5.000 millones en primas, aludiendo a las generosas ayudas que concedía en masa José Luis Rodríguez Zapatero y que provocaron que se disparara el déficit de tarifa a casi 30.000 millones (el cual cerró 2021 en 12.182 millones y que aún tardaremos años en pagar, abonando además los intereses). Claro que Galán se convirtió en fan de las renovables y en marzo de 2019, habló de la energía solar como sustituta de la central nuclear de Almaraz, y ha acabado beneficiándose de invertir usando subvenciones públicas y luego vender esos activos. Es más, es un alma gemela de su gran enemigo, Florentino Pérez, presidente ejecutivo de ACS, y no sólo por negarse a aclarar su sucesión, sino también porque ambos son creadores industriales, pero se han convertido también en especuladores. Y además, Galán ha sido criticado por el incoherente ministro de Consumo, el comunista Alberto Garzón, por viajar en jet y hablar de cambio climático.
A finales de enero, recibieron la DIA proyectos renovables que sumaban 55.000 MW y deben estar operativos en julio de 2025. José Bogas, CEO de Endesa, explicó que es imposible de materializar a corto plazo
Por último, cabe referir que más de 950 proyectos renovables (valorados en más de 57.600 millones de euros) han pasado el segundo paso en su tramitación al obtener la autorización administrativa previa (AAP), según El Economista. Se trata de la mayoría de los proyectos que lograron la declaración de impacto ambiental (DIA) el pasado 25 de enero y ya sólo les quedaría un paso (la autorización administrativa de construcción). Eso sí, recuerden que hace unos meses, recibieron la DIA proyectos renovables que sumaban 55.000 MW y que deben estar operativos en julio de 2025, y al hilo eso, José Bogas, CEO de Endesa, explicó que esa nueva capacidad es imposible de materializar a corto plazo, porque actualmente entre eólica y solar España cuenta con 50.000 MW que se han instalado durante mucho más tiempo y en 2022 se alcanzó un récord de nueva capacidad verde instalada de 5.200 MW y a los que se sumarían unos 2.500 MW en autoconsumo. Ergo, las cuentas no saldrían, porque tampoco hay tanta mano de obra para ello y hay dificultades en las cadenas de suministros y en los materiales necesarios que llegan de China.
España se ha convertido en una enorme, interminable, burbuja especulativa con energías renovables. Eso sí, lo hacemos por el planeta.