En el sector del automóvil mundial, no sólo hay crisis en el eléctrico (cuya velocidad de implantación se está aminorando por la débil demanda y la fuerte competencia china, como se ve en los cambios de planes de múltiples grupos), sino en el privado en general. Una muestra de ello se puede ver en que el grupo Volkswagen se plantea, por primera vez en sus 87 años de historia, cerrar plantas en Alemania.

Un contexto en el que la apuesta desmedida por la ecología también ha hecho mella en la economía y en el que se dan algunos cambios sociales, pues muchos jóvenes ya no consideran relevante ser los propietarios de un vehículo o incluso tener carnet de conducir, y apuestan más por el uso de plataformas como Uber, Cabify, BlaBlaCar, etc. Todo ello no sólo afecta a Volkwagen, sino al resto de grupos automovilísticos del mundo, y no se debe perder de vista que se trata del segundo del ranking, tras el japonés Toyota. En España, hay estancamiento de ventas y demasiado ruido en contra del uso del coche privado, que “confunde al cliente y paraliza su afán de comprar un coche nuevo”, como un día antes se apuntó desde la Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac). Por cierto, parte de esa ‘demonización’ del coche privado viene por las famosas etiquetas de la DGT y las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) de múltiples ciudades. 

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Dentro del contexto de crisis del sector, ahora Volkswagen habla de cerrar plantas en su país, por primera vez en su historia. En concreto, baraja cerrar, al menos, una fábrica de vehículos y otra de componentes, según ha informado a los sindicatos, y tras el anuncio del cierre de la planta de la marca Audi en Bélgica. La medida conllevará, lógicamente, despidos, lo que supone que el gigante automovilístico alemán podrán fin a un pacto de larga duración (llevaba en vigor desde 1994) que tenía con los sindicatos y que excluía salidas obligatorias hasta finales de 2029. Todo ello para reducir costes... y poder invertir en los costosos eléctricos (que aún cuesta mucho rentabilizar), así como para recuperar y elevar la rentabilidad en su marca principal (la cual da nombre al grupo). De hecho, esta última está inmersa en una reestructuración que ya provocó la caída del beneficio semestral...

Claro que los sindicatos también están presentes en el Consejo de Supervisión (ya saben, el órgano que de verdad manda y tiene la última en las empresas alemanas, pues su labor es vigilar y controlar al Consejo de Administración) del grupo con sede en Wolfsburgo y no pondrán nada fácil ni los cierres ni los despidos. 

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Y por cierto, un día después de que se conocieran datos poco alentadores de ventas de coches en nuestro país y desde Anfac se insistiera en que “sería mejor y más eficaz desarrollar políticas de incentivos para ciudadanos y empresas para adquirir o renovar sus turismos y flotas”, el nuevo presidente de dicha asociación -así como director de Estrategia y Desarrollo de Negocio del grupo Renault, su líder en Iberia (España y Portugal) y director de Operaciones de Ampere -, Josep María Recasens, ha tenido su primer encuentro con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en compañía del ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu. Recuerden que el anterior presidente de Anfac y que es presidente de Seat, Wayne Griffiths, dimitió por la “inacción” del Gobierno Sánchez y de sus falsas promesas sobre el coche eléctrico. En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, Hereu ha referido que ha sido un encuentro para reflejar “clara colaboración” con el sector... algo que se puede poner en duda, por ejemplo, por las insuficientes e ineficaces ayudas del Plan Moves. 

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