Comparecencia del candidato a presidir el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob) (menos mal que existen las siglas), Álvaro López Barceló, en la comisión de Economía y Comercio, del Congreso -martes 6-, para evaluar su idoneidad para el cargo.

La intención del Frob es vender el 17,3% de Caixabank antes de que finalice el plazo establecido, en diciembre de 2025, sin perder de vista el hecho de maximizar la recuperación de las ayudas públicas otorgadas a Bankia, cifradas en 22.400 millones de euros. Hasta la fecha, el Estado, -los contribuyentes- no ha recuperado ni 4.000 millones. Un éxito.

¿De verdad alguien se cree que el intervencionista Sánchez va a desprenderse de la participación en Caixabank? No lo haría aunque para mantenerla tuviera que remover Roma con Santiago y se da la circunstancia de que para prorrogarlo sólo tiene que dar la orden al Consejo de Ministros.

De hecho, Sánchez ya lo ha prorrogado en dos ocasiones (en 2020 y 2022) y Mariano Rajoy, otras dos (en 2016 y 2018). A pesar de lo dicho por López Barceló, lo más probable es que el Gobierno lo vuelva a prorrogar otros dos años, en diciembre de 2024, de tal manera que la nueva fecha tope no sería diciembre de 2025 sino diciembre de 2027. Tiempo al tiempo.

Por cierto, el candidato aseguró que el Gobierno “no interviene” en la gestión del banco ni tampoco en lo “relativo a la sede”. Lo mismo afirmó el pasado viernes el presidente de la entidad, José Ignacio Goirigolzarri.

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Por último, López Barceló aventuró lo ya comentado por algún banquero: que en 2024 no serán necesarias más aportaciones al Fondo Único de Resolución por parte de las entidades, lo que redundará en su cuenta de resultados.