
Alexis, ¿se presenta a nuestros lectores por favor?
Soy licenciado en Ciencias económicas y empresariales por la Universidad de la Laguna y tengo un Master en Administración y Dirección de empresas (MBA) por ESADE. He desarrollado mi carrera profesional en el ámbito del análisis macroeconómico y de mercados financieros.
Actualmente trabajo en gestión de los riesgos, más bien de ‘la tranquilidad’ como me gusta llamarlo a mí, asesorando a empresas y particulares en cómo hacer frente a los vaivenes de los tipos de cambio, tipos de interés, la gestión hipotecaria y financiera. Así como, en este caso a particulares, los riesgos de salud, vida y ahorro.
“Dotar de tranquilidad a la vida económica de empresas y personas”… es fundamental, añado yo.
Así que, nuestro invitado de este domingo tiene muchísima tarea por delante, en las actuales circunstancias.
“¿Hasta cuándo habrá movida? Si se opta por la confrontación, mucho tiempo y además será costoso”.
-Tregua de 90 días anunciada por Trump, ¿le ha ganado el pulso el mercado, de momento?
Trump parece haber tenido su “primer baño” de realidad sobre sus capacidades reales. Su plan, diseñado desde la arrogancia y fanfarronería, podría tener su razón de ser en el mundo empresarial, pero en el ámbito del poder, las cosas puede que no funciones de la misma manera.
Devaluar el dólar, mantener el status de moneda de reserva, depreciar los ahorros en dólares de tus acreedores, y pedirles que aun así sigan financiándote es algo que no es fácil de conseguir. Sobre todo, si se hace despreciando a quienes necesitas que te ayuden en esta compleja tarea.
-¿Tiene algo que ver, en esta decisión, la situación en el mercado de bonos?
La reacción al alza de la rentabilidad del bono a 10 años entre el martes y el miércoles pasado creo que ha sido una señal de alarma que Trump no ha podido dejar de prestar atención. Me atrevería a decir que lo que más mira o le preocupa a Trump no es la evolución de los mercados bursátiles.
Devaluar el dólar, mantener el status de moneda de reserva, depreciar los ahorros en dólares de tus acreedores, y pedirles que aun así sigan financiándote, no es fácil de conseguir
Ni las pérdidas de valoración en bolsa de las fortunas de los megáricos que le han apoyado. Ya subirán cuando todo acabe. Lo que le quita el sueño a Trump es el mercado de deuda.
-¿El mercado de bonos es el mercado con mayúsculas?

Cuando se debe mucho dinero, el poder del mercado de deuda es inmenso. Si no se cuenta con aliados potentes, la cosa puede ser muy cruel. La deuda, cuando se vuelve demasiado grande, es compleja de manejar. Como se suele decir, “la mejor manera de resolver un problema complejo, es no crearlo”.
Pero la tentación de endeudarse cuando la financiación es abundante y barata es tan alta, que no s puede resistir. Es otro de los efectos negativos a medio plazo de tener la moneda de reserva mundial.
-Trump: Día de la Liberación. ¿No debía haberse llamado Día de la Demolición?
Bueno, la denominación de Dia de la liberación” pertenece a la categoría de slogan político. Su idoneidad depende de que posición ocupas en la dinámica de opresor/oprimido. Es un slogan de consumo interno americano, no está hablando de nosotros.
Desde el punto de vista de quien lo ha creado y a quien va dirigido, la denominación parece que es perfectamente correcta.
Cuando se debe mucho dinero, el poder del mercado de deuda es inmenso. Si no se cuenta con aliados potentes, la cosa puede ser muy cruel
Aun así, denominarlo “Dia de la demolición” podría ser también correcto, ya que su propósito es demoler un status quo. Pero, desde el punto de vista de marketing, “Dia de la liberación” tiene un enfoque “positivo” e impactante para su público objetivo, que no somos nosotros.
-¿Cómo ve las Bolsas? ¿Hasta cuándo habrá ‘movida’?
El plan de Trump es cambiar los cimientos que han constituido la base económica/política de las últimas décadas. El modelo parece agotado y empieza a generar problemas a quien, hasta ahora, ha sido su máximo valedor.
El proceso de cambio de modelo puede hacerse de manera consensuada con todos los agentes que actualmente tienen capacidad y poder para liderar este proceso. Pero ya sea porque hay siempre resistencia la cambio o por el carácter de quien lo está liderando todo, se ha optado por la vía de la confrontación. Ello tiene como resultado una etapa de fuertes tensiones, que no ayudan a la estabilidad. Las bolsas están reflejando esta inestabilidad.
Con todo ello. ¿Hasta cuándo habrá movida? Si se opta por la confrontación, mucho tiempo y además será costoso. No habrá tranquilidad hasta que no optemos por tener en cuenta a todos en este proceso de cambio. La correlación de fuerzas en el mundo ha cambiado sustancialmente. Trump cree todavía vivir en un mundo en donde la unilateralidad de los EEUU era la norma.
Soy relativamente pesimista a corto. Alargar sin sentido “lo viejo” no trae más que problemas A medio plazo, soy muy optimista con las bolsas. El cambio nos permitirá mejorar.
-¿Es peor qué lo ocurrido en las crisis financieras o en la pasada crisis sanitaria?
Es una crisis financiera provocada por un cambio estructural.
Algo positivo que hay que decir de Donald Trump es que es uno de los presidentes que, por primera vez, parece tomarse en serio el tema de la deuda federal y el déficit público americano
Todos los procesos de cambio son dolorosos. Salvando la crisis sanitaria, esta crisis actual no es más que la continuación de la crisis del 2008 que se cerró en falso. Las medidas que se pusieron en marcha para resolver la crisis del 2008, aunque parezca paradójico, fue hacer lo mismo y con más intensidad, que nos condujo a ella. ¿Recuerdan los de “tipos demasiado bajos durante demasiado tiempo” para explicar la burbuja inmobiliaria? Pues entre el 2008 y el 2016 en Estados Unidos y entre el 2008 y2022 en Europa estuvieron más bajos y más tiempo. Estos parches saltaron por los aires con la pandemia y el resultado final es ahora un nivel de endeudamiento insostenible.
-Explíqueme, por favor, su tesis de que ‘el dólar es el poder’ y, añado yo, el problema. He leído que esta idea parte de la paradoja de Triffin, de la que yo, discúlpeme, no he oído hablar.
Triffin es un economista de los años 60 del siglo pasado que describió el conflicto de intereses económicos nacionales e internacionales a los que se enfrentan los países cuyas monedas sirven como monedas de reserva mundial. Es el caso de los Estados unidos y el dólar.
Por un lado, Estados Unidos, para abastecer al mundo con suficientes dólares debe tener déficits persistentes en cuenta corriente. Es la única manera por la que el resto de países pueden acceder a tener dólares. con los que comprar en los mercados internacionales (desde petróleo a cualquiera otra mercancía). De no ser así, el sistema tendría tensiones de liquidez que impediría su funcionamiento correcto.
Si ello ocurre de manera habitual, como no puede ser de otra manera, los déficits estadounidenses acaban erosionando la confianza en la estabilidad del dólar, a medida que las tenencias extranjeras de dólares crecen de manera que la capacidad para respaldarlas por Estados Unidos se ve comprometida.
Una rebaja de tipos de la FED puede ayudar como mensaje, pero el trabajo “duro” lo debe hacer el mercado de deuda
-Pero a EEUU, no le ha ido nada mal precisamente… a pesar de sus problemas de deuda y déficit, ¿no?
Ahora viene la parte más positiva del dilema de Triflin. Lo que mueve a los países a vender a Estados Unidos, aparte de por tener un consumidor con alto poder adquisitivo, es la necesidad de obtener dólares con los que poder adquirir posteriormente bienes en los mercados internacionales. Los países con tal de obtener dólares, venden preferiblemente sus mercancías en los Estados Unidos y estos les “pagan” con billetes fabricados por su banco central.
Ello ocurre incluso con un país que venda mercancía a otro que no sea los Estados Unidos. Al final acabará exigiéndole que le pague en dólares, con lo que el país que paga debe haberle vendido previamente mercancías a los Estados Unidos para obtenerlos. Recuerden que ser el patrón mundial significa que todos aceptan dólares como moneda de pago.
Otro de los aspectos “positivos”, al menos en el corto plazo, es que la necesidad de obtener dólares por parte de todos, dota a la economía americana de una capacidad de financiación prácticamente ilimitada y barata, de la que es muy difícil no aprovecharse.
Ello produce otro efecto adverso: este país acaba “enganchado” a la deuda, y en una situación financiera insostenible. El caso de los Estados Unidos actualmente es un ejemplo típico de esta situación.
Lo que mueve a los países a vender a Estados Unidos, a aparte de por tener un consumidor con alto poder adquisitivo, es la necesidad de obtener dólares con los que poder adquirir posteriormente bienes en los mercados internacionales
-¿Puede qué EEUU esté buscando una quita de deuda?
El nivel de endeudamiento alcanzado por Estados Unidos es ciertamente insostenible y no se puede pagar en su totalidad. Hablar de quita me parece muy “grueso”, sobre todo si se tiene en cuenta que, ser el país de la moneda de reserva mundial te permite ciertos privilegios. No dude en que intentará hacer uso de ellos.

Actualmente la deuda pública americana es de 36 billones de dólares, lo que representa alrededor del 125% del PIB. Anualmente el gobierno federal americano paga 1 billón de dólares, a los tenedores de deuda, en concepto de gastos financieros. La mitad de todo el déficit público y superando incluso a los gastos de defensa.
Algo positivo que hay que decir de Donald Trump es que es uno de los presidentes que, por primera vez, parece tomarse en serio el tema de la deuda federal y el déficit público americano. Incluso parece hablar antes de recorte de gastos que de recorte de impuestos.
También es verdad, todo hay que decirlo, que en su primer mandato se cometieron errores muy graves que nos han llevado a esta situación insostenible.
-¿Qué papel debe jugar la Reserva Federal?
Si los tipos de interés suben, cualquier intento de recortar el déficit sería inviable. De ahí que, para Trump, cualquier plan económico pasa por reducir el coste de financiación.
La demanda exterior de dólares y la compra de deuda por parte de la Reserva Federal, no tanto por su importe como por su respaldo, ha ayudado a solventar los problemas de financiación americana.
La reserva Federal tiene la llave de los tipos de interés, a corto plazo. Los tipos a largo plazo, los determina el mercado de deuda. Una rebaja de tipos de la FED puede ayudar como mensaje, pero el trabajo “duro” lo debe hacer el mercado de deuda.
Anualmente, el gobierno federal americano paga 1 billón de dólares a los tenedores de deuda, en concepto de gastos financieros. La mitad de todo el déficit público y superando incluso los gastos de defensa
-Sube la rentabilidad de los bonos estadounidenses y eso va a complicar las cosas a la hora de refinanciarse. ¿Es algo más que una estrategia de China que está vendiendo bonos o es que se ha puesto en duda la seguridad jurídica de Estados Unidos?
Ahí es donde está el tema central de toda la estrategia. Bien mirado, Donald Trump confía en que la fuerte necesidad de obtener dólares prevalezca y todos, a través de la amenaza de los aranceles, acepten una devaluación del dólar y a pesar de la desconfianza que ello provoca, continuar financiando la deuda americana a un bajo precio. Si el dólar no fuera la moneda de reserva mundial el plan no funcionaría.
China, conocedor de estos puntos débiles de la estrategia de Trump, ha venido reaccionando a la contra: debilitando el yuan (lo que irremediablemente lleva aparejado una apreciación del dólar) y vendiendo deuda americana, lo que se traduce en tipos de interés de financiación más caros. Es toda una amenaza a la “línea de flotación” de la estrategia de Trump.
Lo que está en juego es el status del dólar como divisa de reserva mundial y, con ello, la pérdida de un privilegio monetario vital para la economía americana.
La congelación, tras la invasión de Ucrania, de alrededor de 300 mil millones de dólares en reservas del Banco Central de Rusia mantenidas en el extranjero (en bancos centrales como el BCE, la Fed y otros), para impedir que Rusia las usara para sostener su economía o financiar la guerra, fue el primer acontecimiento que ha hecho pensar a otros países que es imprescindible cambiar de manera radical el actual sistema.
Este acontecimiento hace que la estrategia de Trump sea más difícil de implementar, sin fuertes concesiones americanas al respecto. Eso es lo algo que Trump no parece darse cuenta.
China es tan productiva (no solo por precio sino por su ecosistema económico) que, con aranceles arbitrariamente altos, puede que continuase siendo competitiva
-¿Tiene la aplicación de aranceles algo positivo?
Es solo un medio, no tiene un fin en si mismo. Es una amenaza de Trump, pensando en que los demás países necesitan irremediablemente comerciar con Estados Unidos y, en base a ello, estarán dispuestos a ceder a sus amenazas sin rechistar.
¿Recuerdan la amenaza de Trump de imponer aranceles del 100% a los países miembros del grupo BRICS si intentan reemplazar al dólar estadounidense como moneda de reserva global? La realizó el 30 de enero, diez días después de tomar posesión. Esa frase lo dice todo: cual es el instrumento y cual el objetivo.
-¿Nos van a invadir los productos chinos, todavía más?
Es una posibilidad. Europa, con una economía estancada, un euro al alza y una posible invasión de productos baratos chinos puede vivir un periodo de presión a la baja de los precios que obligará al BCE a bajar tipos más de lo que sería deseable.
-Aranceles del 145% a China… ¿hasta dónde se puede llegar?
El nivel es una monstruosidad. No sabría decirle en donde está el nivel de “umbral de dolor”, pero no tiene sentido. Lo peor de todo es que China es tan productiva (no solo por precio sino por su ecosistema económico) que, con aranceles arbitrariamente altos, puede que continuase siendo competitiva.
Hay que sentarse a negociar, pero todo el sistema. No hacer parches que mantengan todo igual cambiando cosas superfluas
-¿Qué papel debe jugar Europa? ¿No le parece que actúa como un mero observador?
Europa no existe. Pero el problema no es económico es sobre todo político. La falta de soberanía europea es verdaderamente preocupante. Da la impresión de que nuestros gobernantes los elegimos nosotros, pero miran por los intereses de otros.

No necesitamos un organismo con más poder en Bruselas y que cada vez esté más lejos de sus ciudadanos. Una mayor integración sin mayor soberanía, no resolverá el problema. Me atrevería a decir que, incluso lo empeoraría.
-¿Hay que sentarse a negociar o no hay vuelta atrás?
Hay que sentarse a negociar, pero todo el sistema. No hacer parches que mantengan todo igual cambiando cosas superfluas. El unilateralismo ha acabado. Vamos hacia el multilateralismo. Ahí está el error de Trump que parece querer vivir en una época que no es la actual. La fanfarronería de Trump es dañina, impide buscar una solución duradera que satisfaga a todos.
-Y, por último, ¿cómo cree que van a afectar los aranceles a España si tenemos en cuenta que es su principal mercado extracomunitario, solo por detrás del Reino Unido?
Tomando como referencia los aranceles impuestos por Donald Trump en su primer mandato (2017-2021), estos afectaron a España, principalmente en sectores clave como el sector agroalimentario y el acero/aluminio. Aunque España no fue el principal objetivo (como sí lo fueron China, México o la UE en general), el impacto directo fue limitado, ya que EE.UU. representa solo alrededor del 3-4% de las exportaciones totales de España. Sin embargo, sectores específicos (como el vitivinícola y el aceite de oliva) sufrieron pérdidas.
El impacto mayor pudo ser el indirecto como el hecho de que la incertidumbre comercial afectó a las inversiones y a las cadenas de suministro globales.