Cani Fernández, durante su intervención en la asamblea nacional del IEF / Foto: Pablo Moreno
Bruselas ha empoderado a la CNMC de tal manera que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia ya no sólo velará por la competencia, como su propio nombre indica, sino que ampliará sus funciones hasta límites inimaginables hace tan solo unos meses.
Y se preguntarán, con razon: ¿Qué tiene que ver la competencia de los mercados con los bulos? En realidad nada, pero eso no ha sido obstáculo para que Bruselas y el Gobierno hayan empoderado a la CNMC que, bajo el pretexto de que todo es susceptible de afectar al mercado (y a las personas), investigará los bulos en internet que, a estas alturas de la película, ya sabemos lo que eso significa: censurar todo aquello que moleste al poder, bajo la excusa de que es un bulo (aunque no lo sea, naturalmente). En ese empoderamiento también está la labor de examinar los códigos deontológicos de los colegios profesionales, un asunto muy peligroso y que, otra vez, nada tiene que ver con el mercado y la competencia. Lo veremos más adelante.
“Tenemos que garantizar que no haya desinformación, que los menores estén protegidos, que no haya fraudes y que no manipulen a los clientes a través de algoritmos diseñados con patrones oscuros”, afirmó Cani Fernández este miércoles, durante su intervención en la Asamblea anual del Instituto de la Empresa Familiar (IEF). ¿Qué es la verdad? Se preguntarán, como Poncio Pilato. La respuesta la tiene Cani Fernández.
Todo esto gracias a dos normas de reciente aprobación en Bruselas: el Reglamento de Mercados Digitales (la Digital Markets Act o DMA) y el Reglamento de Servicios Digitales, el más peligroso porque entre sus objetivos está el de “hacer frente a los contenidos y productos ilícitos, los discursos de odio y la desinformación”. Traducido: permite la censura… y con penas de cárcel.
Otra de las funciones de la CNMC, más acorde con sus atribuciones habituales, será la de vigilar a los que la Comisión Europea llama los ‘Gatekeepers’, los seis grandes guardianes de internet: Alphabet (Google), Meta (Facebook), Apple, Amazon, Microsoft y ByteDance (TikTok).
Concretamente, la DMA permitirá investigar “si Google está retribuyendo de forma adecuada a los editores de prensa por utilizar sus titulares y generar tráfico. Nuestro trabajo servirá para determinar si se está remunerando o si está abusando de una posición de dominio”, afirmó la presidente de la CNMC. ¡A buenas horas, mangas verdes! Porque Google lleva años, no sólo utilizando gratuitamente -robando- los titulares de prensa para generar tráfico, sino que lleva años robándole la publicidad a esos mismos medios. En cualquier caso, habrá que ver hasta dónde llega la CNMC y si de verdad va a investigar a Google. Sea como fuere, mucho nos tememos que, si finalmente lo hace, quedará en nada o casi nada.
Cani Fernández asegura, además, que podrá analizar si Google paga adecuadamente a los editores de los medios por utilizar los titulares para generar tráfico. Habrá que verlo
De los bulos en internet a los códigos deontológicos de los colegios profesionales, aunque el que ha empoderado a la CNMC en este caso es el Gobierno Sánchez, mediante el Real Decreto 435/2024, aprobado por el Consejo de Ministros del martes 30 de abril y que se publicó en el BOE el miércoles 1 de mayo. Esto es muy grave porque va a permitir al Gobierno retocar a su gusto, por ejemplo, el Código de Deontología Médica que fue presentado en 2023 en el Congreso de los Diputados.
El presidente del Colegio Oficial de Médicos de Madrid lo explica así de bien: “¿Alguien se cree que alguno de sus artículos (del código deontológico) hubiera escapado a esta nueva censura? Nuestro código, de obligado cumplimiento, dice, por ejemplo: “El médico no deberá provocar ni colaborar intencionadamente en la muerte del paciente”; “El ser humano es un fin en sí mismo en todas las fases del ciclo biológico, desde la concepción hasta la muerte. Es un deber deontológico respetar y proteger al concebido y no nacido”; “El médico está al servicio de preservar la vida a él confiada en cualquiera de sus estadios…” y “La objeción de conciencia del médico es un presupuesto imprescindible para garantizar la libertad e independencia del ejercicio profesional”. No seamos ingenuos, la modificación de este real decreto cambiará para siempre las normas que rigen la ética profesional”, sentencia Manuel Martínez-Sellés en un artículo publicado en El Debate. Y la encargada de 'velar' por estos códigos deontológicos es la CNMC.
En otro orden de cosas, Fernández explicó a los medios, tras su intervención, que si la fusión BBVA-Sabadell se llevara a cabo, las entidades tendrían que asumir compromisos, ya que la operación afectaría a la competencia en el sector. En este sentido, recordó las fusiones Caixabank-Bankia y Unicaja-Liberbank, en las que las entidades asumieron los compromisos de competencia, lo que agilizó su aprobación por parte de la CNMC al no ser necesaria una segunda fase. Por cierto, tanto el BBVA como el Sabadell contactaron con la CNMC la pasada semana para explicar la fusión, en lo que fue, según Cani, un “contacto de cortesía”.