Ford recibe castigo bursátil (su cotización cae un 9% y acumula una depreciación del 11,7% desde enero), algo que también les pasa a otros colegas de sector (Volkswagen, Mercedes-Benz y Volvo Cars, entre otros). Sin embargo, en este caso, la caída se debe a que ha retirado las previsiones por la huelga en EEUU, que también afecta a General Motors y Stellantis, desde el pasado 15 de septiembre… Y todo ello, a pesar de que ha llegado a un acuerdo provisional con el sindicato United Auto Workers (UAW) para que finalice dicha huelga, que según John Lawler, director financiero de Ford, les ha costado ya unos 1.227 millones.

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El fabricante automovilístico estadounidense ha logrado un beneficio neto de 4.592 millones de euros en los nueve primeros meses, frente a las pérdidas de 3.221 millones de hace un año. El beneficio operativo (ebit) ajustado antes de intereses e impuestos ha crecido un 19,2%, a 8.838 millones. Por su parte, los ingresos han aumentado un 14%, hasta 122.932 millones.

Lawler ha anunciado que han decidido retrasar una inversión de unos 11.330 millones en vehículos eléctricos (VE). A pesar de esto, el CEO de Ford, Jim Farley, se ha mostrado “optimista porque los clientes son inteligentes y racionales. Para muchos de ellos, los VE son una gran opción”. Y ojo, porque también producirá un 10% menos este año en la planta de Almusafes (Valencia): en total, unas 218.855 unidades, unas 23.300 menos, por los paros en varias jornadas para ajustarse a la menor demanda de los modelos que fabrica (el Kuga y la furgoneta Transit Connect). La planta valenciana, por ahora, sólo montará un modelo en 2024; sus problemas también afectan a la industria auxiliar; y no olviden que cerrará este año con unos 4.800 empleos, tras el último ERE (que ha afectado a 1.124 empleados).