Ignacio S. Galán insiste en ser progre... sólo que peor. Insiste en ejercer como comisario político de los Objetivos de Desarrrollo Sostenible (ODS) y que los respalden -y cuanto más mejor-, concretamente la filial Iberdrola España y, atención, sus proveedores.

Iberdrola España renueva con el Pacto Mundial de la ONU, el mismo que persigue incorporar diez principios a las actividades empresariales de todo el mundo y acciones en apoyo de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) -entre los que se incluye el aborto-. Por decirlo, así, el Pacto Mundial es el capítulo empresarial de los ODS, que fomentan la salud sexual y reproductiva. En plata, el aborto. 

Encima, obligas a tus proveedores (lo que constituye un atentado contra la libertad de empresa) a que cumplan unos objetivos que repugnan a muchas conciencias y en forma de trágala: puedes negarte, claro, pero entonces no podrás facturar a Iberdrola.

Iberdrola España ha presumido de renovar su colaboración con el Pacto Mundial de la ONU en nuestro país, ahora para seguir impulsando la sostenibilidad entre sus proveedores españoles (incluidas pymes). Una iniciativa que gustará al Gobierno Sánchez, tan empeñado en ser el más listo de la clase ecologista,... y en la que también participan, según afirma la eléctrica, otras 47 grandes empresas españolas, con el fin de promover la capacitación en sostenibilidad de sus proveedores. Señor Galán, nos gustaría saber quiénes son esas 47 empresas porque varias compañías del Ibex, que también forzaban a sus proveedores, en claro atentado contra la libertad de empresa, retiraron esa obligación para sus proveedores. 

Se busca capacitarlos bajo los marcos los de los diez principios del Pacto Mundial y de la Agenda 2030 (aquí entran, por supuesto, los famosos ODS). Durante cinco meses, las pymes proveedoras podrán acceder a cursos online, sesiones grabadas y en directo, guías prácticas, plantillas para elaborar políticas y códigos, y casos prácticos de otras empresas;... y después de cumplimentar todos los módulos del programa ¡recibirán un certificado de participación y cumplimiento! ¡Qué menos!

Iberdrola no sólo respalda unos objetivos que repugnan a muchas conciencias, sino que, encima, obliga a sus proveedores (lo que constituye un atentado contra la libertad de empresa) a que los cumplan 

La eléctrica ha presumido, además, de promover desde hace años “la sostenibilidad medioambiental, social y la gobernanza con compromisos definidos”. También ha destacado que busca “suministros y proveedores, que además de ser sostenibles, sean transparentes, solventes, justos, éticos y técnicamente competitivos”. Por eso evalúa al proveedor durante el proceso de compra para conocer el riesgo potencial y se verifica su ‘modus operandi’... para ver si se alinea con el de la eléctrica.

Cabe recordar que el Pacto Mundial de las Naciones Unidas persigue, en primer lugar, incorporar diez principios en las actividades empresariales, que son:

  1. Las empresas deben apoyar y respetar la protección de los derechos humanos fundamentales, reconocidos internacionalmente, dentro de su ámbito de influencia
  2. Las empresas deben asegurarse de que sus empresas no son cómplices en la vulneración de los Derechos Humanos
  3. Las empresas deben apoyar la libertad de afiliación y el reconocimiento efectivo del derecho a la negociación colectiva
  4. Las empresas deben apoyar la eliminación de toda forma de trabajo forzoso o realizado bajo coacción
  5. Las empresas deben apoyar la erradicación del trabajo infantil
  6. Las empresas deben apoyar la abolición de las prácticas de discriminación en el empleo y la ocupación
  7. Las empresas deberán mantener un enfoque preventivo que favorezca el medioambiente
  8. Las empresas deben fomentar las iniciativas que promuevan una mayor responsabilidad ambiental
  9. Las empresas deben favorecer el desarrollo y la difusión de las tecnologías respetuosas con el medioambiente
  10. Las empresas deben trabajar contra la corrupción en todas sus formas, incluidas extorsión y soborno

Al mismo tiempo, el citado Pacto también persigue canalizar acciones que apoyen otros objetivos más amplios de la ONU, como los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Estos fueron aprobados en septiembre en 2015 y son la ampliación de los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) acordados en el año 2000. Vean cuáles son, aunque sus títulos son muy genéricos y con abundantes eufemismos:

  1. Fin de la pobreza
  2. Hambre cero
  3. Salud y bienestar
  4. Educación de calidad
  5. Igualdad de género
  6. Agua limpia y saneamiento
  7. Energía asequible y no contaminante
  8. Trabajo decente y crecimiento económico
  9. Industria, innovación e infraestructura
  10. Reducción de las desigualdades
  11. Ciudades y comunidades sostenibles
  12. Producción y consumo responsables
  13. Acción por el clima
  14. Vida submarina
  15. Vida de ecosistemas terrestres
  16. Paz, justicia e instituciones sólidas
  17. Alianzas para lograr los objetivos

Con esta lista, aunque a primera vista no se aprecie, Naciones Unidas considera como Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) el control de la natalidad y el aborto. Eso sí, disfrazados bajos los eufemismos de la "planificación familiar" y de la "salud sexual y reproductiva", dentro del objetivo número 3. Todo esto es muy propio del Nuevo Orden Mundial (NOM), la nueva masonería. Entre los luchadores contra esta nueva tiranía global, resaltaba el sacerdote argentino Juan Claudio Sanahuja (fallecido en diciembre de 2016), quien comprendió muy bien lo que en realidad pretende el NOM: en su obra Poder global y religión universal, mencionaba los famosos Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), destacando el número 4 (reducir la mortalidad infantil) y el 5 (mejorar la salud materna)... y dentro de este último se incluía ya la meta de la salud reproductiva (un manido eufemismo que ampara el aborto y la inundación de anticonceptivos. Con la actualización y ampliación de los ODM en sptiembre de 2015, llegaron los ODS y conviene centrarse en el número 3 (salud y bienestar), donde se habla de: salud infantil, salud materna, VIH/SIDA, malaria y otras enfermedades, incluida la Covid-19. Entre sus metas, el ODS 3 recoge: “Para 2030, garantizar el acceso universal a los servicios de salud sexual y reproductiva, incluidos los de planificación de la familia, información y educación, y la integración de la salud reproductiva en las estrategias y los programas nacionales”. Es decir, esto supone: más anticonceptivos, más aborto… Todo sea para controlar la natalidad, ¿y eso es desarrollo? Y encima no sólo lo apoya Iberdrola y otras muchas grandes empresas españolas, sino que ahora buscan que también lo hagan sus proveedores, todo sea por la sostenibildad. 

Por cierto, desde la Red Española del Pacto Mundial de la ONU se ha ilustrado la correlación entre los diez principios citados y los 17 ODS. Pasen y vean. En concreto, el ODS 3 está correlacionado con los principios 1, 2, 3, 4, 5, 6 y 10. 

Diez principios empresariales y 17 ODS

 

En paralelo, cabe recordar que Galán no sólo es progre ni comisario político, sino un ‘converso’ permanente. La penúltima muestra de esto se ha podido ver en que eliminó el día del Orgullo LGTBIQ+ de la página web global de Iberdrola hace unas semanas... y lo movió a la de Iberdrola España.

Todo esto cuando el presidente ejecutivo de Iberdrola tiene cosas mucho más importantes de las que ocuparse, como la elevada deuda (de 51.700 millones de euros al cierre del pasado marzo). Eso sí, por ahora, los inversores no le castigan en bolsa... y el mismo día que han entrado en vigor los aranceles de EEUU, la eléctrica ha superado los 100.000 millones de euros de capitalización bursátil.