Galp y Repsol son las petroleras europeas que más aplauden la subida del petróleo, provocada por la mayor tensión en Oriente Medio. El oro negro se encarece por encima de los 86 dólares el barril de Brent (el de referencia en Europa) y de los 83 dólares el barril de Texas (más conocido como WTI).

La cotización de la petrolera portuguesa aumenta un 2,67% este segundo día de julio, mientras la cotización de la española sube un 1,04% y se sitúa como el valor que más crece dentro de una sesión del Ibex 35 (-1,35%) demasiado protagonizada por el color rojo al verse lastrado por la inflación europea y las palabras de Christine Lagarde, presidente del Banco Central Europeo (BCE), refiriendo que “el partido contra la inflación aún no ha terminado”.

Por su parte, otras petroleras europeas han tenido una reacción mucho más contenida que Galp y Repsol. Por ejemplo, la cotización de la francesa TotalEnergies ha ascendido un 0,63%, por encima de la anglo-neerlandesa Shell (+0,40%), frente a la italiana Eni (-0,028%).

Al otro lado del océano Atlántico, las estadounidenses Exxon Mobil (-0,4%) y Chevron (-0,14%) han empezado la sesión con descensos. Y si volvemos a la Península Ibérica y viajamos hacia Oriente Medio, se puede ver que la mayor petrolera del mundo, la saudí Aramco, tampoco ha aplaudido con entusiasmo, pues su cotización ha ascendido un 0,18%. Eso sí, en los últimos cinco días acumula un alza del 1,26%, algo que se queda pequeño y mucho más tras haber anunciado que ha descubierto siete nuevos yacimientos de gas natural y petróleo. Además, Aramco también se ha unido a Horse, la nueva división de motores de combustión de Renault, como se preveía desde hace tiempo: ahora esta división importante en España (agrupa las actividades de cajas de cambio -la planta de Sevilla-, la producción de motores -una fábrica de Valladolid- y una parte de las actividades de ingeniería) pasará a estar un 45% en las manos francesas de Renault, otro 45% en las de los chinos de Geely y un 10% en las de los árabes de Aramco. Una curiosa alianza que se preveía, pero que se ha materializado ahora, casi un año después de la escisión de Horse del grupo automovilístico francés pasando a estar controlado en 50% por franceses y chinos. 

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