General Electric ha recibido aplauso bursátil (+6%) al elevar previsiones anuales, tras volver a beneficios en el primer semestre. Además, ya ha iniciado su apuesta por el ‘esquema Villalonga’ (el mismo que Juan Villalonga puso en marcha cuando presidía Telefónica, bajo el principio infundado y muy anglosajón, de que la suma de las partes vale más que el todo), con la escisión del negocio de salud que completó en el primer trimestre.

El conglomerado industrial estadounidense ha logrado un beneficio neto de unos 6.614 millones de euros hasta junio, frente a las pérdidas de 1.926 millones de hace un año. Todo ello, a pesar de que en el segundo trimestre tuvo unos números rojos de 21 millones, muy inferiores a los de hace un año (-885 millones), por distintos extraordinarios: el impacto adverso de activos discontinuados, la venta de GE HealthCare (donde mantiene un 19,9%) y la cartera hipotecaria en Polonia.

General Electric ha aumentados sus ingresos un 16%, hasta los 28.112 millones de euros; y ha elevado pedidos en sus distintos negocios (aeroespacial, energías renovables y electricidad). “Estamos operando cada vez más como GE Aerospace y GE Vernova (que incluye los negocios energéticos y digitales) mientras nos preparamos para lanzar estas dos compañías independientes en algún momento a principios de 2024”, ha señalado el presidente y CEO de GE, y máximo ejecutivo de GE Aerospace, H. Lawrence Culp.