A la vista de los resultados del primer semestre, General Motors supone una excepción respecto a lo que se está viendo en otros colegas del sector. Y es que ha logrado más ingresos y beneficio, frente a los descensos que han tenido Stellantis, Ford, Mercedes- Benz y Renault.

General Motors (dueño de las marcas Chevrolet, Cadillac, GMC, Hummer y Buick) ha elevado sus previsiones anuales, tras haber aumentado un 7,4% sus ingresos hasta junio, alcanzando el récord de 83.782,6 millones de euros. Por su parte, el resultado neto de explotación (ebit) ajustado ha crecido un 18,1%, a 7.652 millones; y el beneficio neto lo ha hecho un 19,2%, a 5.445 millones. En todo esto han contribuido las elevadas ventas de camionetas ‘pick up’ en Norteamérica, como ha destacado la CEO, Mary Barra, en una carta a los accionistas, a pesar de ofrecer menos incentivos para la venta de vehículos que sus competidores. Asimismo, están progresando en el aumento de la producción de vehículos eléctricos, donde “estamos comprometidos a un crecimiento del volumen de forma disciplinada, que es clave para obtener beneficios de nuestra gama en el cuarto trimestre, lo que sigue siendo nuestro objetivo”, ha añadido Barra. Eso sí, Cruise -la división de conducción autónoma- está en proceso de reestructuración ante la incertidumbre normativa y los altos costos.

Mary Barra, CEO de General Motors, destaca que están progresando en el aumento de la producción de vehículos eléctricos, donde “estamos comprometidos a un crecimiento del volumen de forma disciplinada, que es clave para obtener beneficios de nuestra gama en el cuarto trimestre, lo que sigue siendo nuestro objetivo

Y de un fabricante automovilístico estadounidense a otro, Ford, al que no le ha ido tan bien en el primer semestre. Sus ingresos se han incrementado un 4,8%, a 83.416 millones, en parte, gracias a las mayores ventas en EEUU (1.044.133 unidades, un 3,6% más), sobre todo en híbridos (92.243, un 49,6% más) y en eléctricos (44.180, un 71,8% más). Sin embargo, el dueño de las marcas Ford y Lincoln ha visto caer un 23% su ebit, a 5.083 millones, por la necesidad de aumentar sus reservas ante el elevado coste de las garantías de sus vehículos (los cuales están teniendo problemas de calidad); y el beneficio neto ha descendido un 14%, a 2.913 millones. Su director financiero, John Lawler, ha señalado que han estado mejorando la calidad de sus vehículos y que los resultados ya se han empezado a ver. Eso sí, la apuesta pasa por múltiples alternativas, por Ford Blue (unidad que produce coches con motores de combustión) y Ford Pro (vehículos y servicios comerciales) tienen beneficios y aumentan ingresos en el segundo trimestre, mientras que Ford Model e (vehículos eléctricos) registró pérdidas y hundió sus ingresos un 37%. Y no olviden que ha lanzado un nuevo ERE en su única planta española, situada en Almusafes (Valencia).

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De EEUU pasamos al otro lado del océano Atlántico, y empezamos en Países Bajos, en concreto a su capital, Ámsterdam, donde tiene su sede Stellantis (grupo surgido de la fusión entre el galo PSA y el italo-estadounidense Fiat Chrysler Automobiles) ha visto descender sus ingresos un 14%, a 85.000 millones, por el menor volumen de ventas y del mix. Los ingresos operativos ajustados han caído en 5.700 millones, hasta 8.500 millones, por los descensos en Norteamérica. Eso sí, el margen ha alcanzado el 10% debido a las reducciones directas de costes de materiales, mano de obra y logística que han ayudado a mitigar la disminución de ingresos. Por su parte, el beneficio neto se ha desplomado un 48%, a 5.600 millones, por el menor volumen de ventas y mis, el efecto desfavorable del cambio de divisas y los costes de reestructuración. “El desempeño de la empresa en el primer semestre de 2024 no estuvo a la altura de nuestras expectativas, lo que refleja tanto un contexto industrial desafiante como nuestros propios problemas operativos”, ha referido el portugués Carlos Tavares, CEO del grupo franco-italoestadounidense que crea empleos industriales y coches también en sus tres fábricas españolas situadas en Vigo, Figueruelas (Zaragoza) y Madrid.

Y de Países Bajos a Francia, donde se han conocido los resultados de Renault. A pesar de que el grupo automovilístico francés que lidera el italiano Luca de Meo haya presumido batir nuevos récords y de seguir mejorando resultados, no ha sido del todo así. Los ingresos se han mantenido estables, situándose en 26.958 millones (+0,4%), y de ellos que 24.372 millones (-1,9%) han procedido del negocio automovilístico, a pesar de que las ventas se han incrementado un 1,9%, a 1.154.700 unidades. Por su parte, el beneficio operativo ha crecido un 6,6%, a 2.175 millones, gracias a los mayores precios y al lanzamiento de nuevos modelos; eso sí, el margen operativo sobre ingresos ha alcanzado el récord del 8,1%, lo que refleja el éxito del plan estratégico lanzado por De Meo denominado Renaulution y que prioriza el valor frente a los volúmenes. Y el beneficio neto ha caído un 35%, a 1.380 millones, debido a la pérdida de capital por la venta de acciones de Nissan que ha conllevado la paz con el fabricante automovilístico japonés dentro de la alianza que forman junto a Mitsubishi.

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Renault ha confirmado sus previsiones anuales. Eso sí, ha anunciado que fabricará el Renault Twingo eléctrico en la planta de Novo Mesto (Eslovenia), concretamente 150.000 unidades en 2026. En el entretanto, España, donde ahora concentra la producción de híbridos en las plantas de producción situadas en Valladolid y Palencia. Recuerden que estas dos, así como la de motores de Valladolid y cajas de cambio de Sevilla forman parte de la división Horse, controlada en un 45% por Renault, en otro 45% por el grupo chino Geely y en un 10% por la petrolera saudí Aramco). Eso sí, el grupo automovilístico francés quiere elevar su producción de eléctricos en Francia a 600.000 unidades para alcanzar el objetivo de llegar a 1 millón en 2030, y para ayudar en las 400.000 unidades restantes, nuestro país cobra relevancia. De hecho, De Meo ha subrayado que “España no se quedará atrás en el coche eléctrico”.

Y el viaje por los resultados automovilísticos finaliza, por ahora, en Alemania, donde Mercedes-Benz no ha tenido alegrías en el primer semestre… y ha rebajado sus previsiones anuales. La facturación ha disminuido un 4,1%, a 75.757 millones, por las menores ventas: las de la división Mercedes-Benz Cars han bajado un 5,8%, a 959.690 unidades; y las de Mercedes-Benz Vans, un 4,4%, a 208.860 unidades. Por su parte, el ebit se ha recortado un 24,7%, a 7.900 millones; y el beneficio neto ha caído un 20,5%, a 7.652 millones, debido a las menores entregas de modelos completamente eléctricos (-16,4%, a 101.553 unidades), en un grupo que también crea empleo industrial en España, en concreto, en su fábrica situada en Vitoria.

Eso sí, todos estos fabricantes automovilísticos estadounidenses, franceses y alemán coinciden en que han pisado el freno en la apuesta por el coche eléctrico y optan más por múltiples tecnologías, y también siguen apostando por motores de combustión interna.