Goldman Sachs continúa desorientado. Los abultados beneficios obtenidos durante los meses más duros de la pandemia -en el tercer trimestre de 2020 duplicó los del año anterior- camuflaron un problema más profundo de la entidad que ahora ha vuelto a salir a la luz. Así, la entidad que dirige David Solomon -luego hablaremos de él- se dispone a realizar la tercera reestructuración en cuatro años, según algunos medios como Financial Times, Wall Street Journal o Bloomberg. Todo un logro.

Una de las áreas más damnificadas será la de banca minorista, una novedad hace pocos años que ahora quedará diluida en la nueva estructura. Así, el negocio de banca online (llamada Marcus) se integrará en gestión de activos, mientras se crea la división Platform Solution, que integrará otras áreas del negocio de consumo -el negocio de tarjetas que tiene con Apple, por ejemplo- y la gestión de tesorería de clientes corporativos, antes en banca de inversión.

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El cambio más importante, sin embargo, es la unificación del auténtico motor de la entidad, el área de ‘trading’ (operativa de mercados) con la de banca de inversión.

Y una de las rectificaciones es unificar en una sola división, la actividad de gestión de activos y grandes patrimonios.

Vamos con Salomon porque, además de ser él quien disgregó las áreas citadas anteriormente hace tan solo dos años, también fue bajo su mando cuando el banco admitió que sobornó y blanqueó dinero, pero no tuvo la decencia de dimitir.