Nordex le da otro disgusto a los Entrecanales, entre ellos a José Manuel: sigue elevando las pérdidas
Desde hace meses hay una crisis en la eólica terrestre, como se puede ver en Vestas, en Siemens Gamesa y ahora también en Nordex, con pérdidas, rebajas de previsiones y ajustes de plantilla. En el caso de esta última, dicha crisis supone un golpe para los Entrecanales, sus principales accionistas, y la cosa no parece que vaya a mejorar pronto: acaba de anunciar que ha triplicado las pérdidas en los nueve primeros meses y ha tenido un resultado bruto de explotación (ebitda) negativo. Además ha empeorado su previsión de margen operativo al -4%.
El fabricante de aerogeneradores que tiene a Acciona como máximo accionista, aunque la familia alemana Quandt (que controla el 46,7% de BMW) manda bastante. De hecho, uno de los dos herederos de dicha familia -en concreto Sussanne Klatten-, posee el 4,37% del capital; su exmarido y padre de los tres hijos que nacieron de su matrimonio, Jan Klatten, preside el Comité de Estrategia y Tecnología de Nordex y es miembro de su Comité Ejecutivo; y Wolfang Ziebart preside el Consejo de Supervisión y el Comité Ejecutivo, y es miembro del Comité de Estrategia y Tecnología.
A pesar de los malos resultados, Nordex no ha recibido castigo de los inversores: su cotización sube un 4,86%. Por su parte, la de Acciona lo hace en un 0,91% y la de Acciona Energía, en un 0,88%. Eso sí, en la tarde del lunes, las tres compañías cerraron con descensos en bolsa: del 2,8% en Nordex, del 0,48% en Acciona y del 1,89% en su filial ‘verde’. Parece que el mercado -y por tanto, los inversores- esperaban las malas cifras.
El CEO de Nordex, el español José Luis Blanco, subrayado que “en un entorno de mercado desafiante, logramos precios de venta más altos para nuevos pedidos que compensarán los aumentos masivos de costos provocados por factores externos y aumentarán nuestra rentabilidad en el mediano plazo”
Nordex ha triplicado pérdidas en los nueve primeros meses, pasando de -103,7 millones de euros a -371,6 millones, principalmente por los retrasos en proyectos debido a interrupciones en la cadena de suministro y por la inflación. El Ebitda ha cambiado de ser positivo en 100,7 millones a dar un giro de más de 180 grados, situándose en -199,8 millones; y el margen Ebitda ha caído un 7,7%, de 2,5% a -5,2%. De esta forma, ha reducido su previsión anual de dicho margen operativo al -4%, frente al rango que anteriormente estimaba de entre el 0% y el -4%, aunque mantiene su pronóstico de alcanzar unos ingresos anuales de entre 5.200 millones y 5.700 millones. Y eso que la facturación entre enero y septiembre ha descendido un 2,1%, a 3.873 millones, principalmente por la menor instalación de turbinas eólicas que afectó al segmento de proyectos.
Por su parte, la entrada de pedidos en el segmento de proyectos bajó un 4,3% en capacidad, hasta 4,4 gigavatios (GW), aunque el volumen en dinero subió un 12,5%, a 3.600 millones, por los mayores precios de venta (sólo en el tercer trimestre el precio de venta por megavatio de producción se disparó un 32%). Eso sí, la cartera de pedidos ha ascendido a 9.667 millones (+21%), de los que proyectos aporta 6.523 millones (+30,3%) y servicios, 3.144 millones (+6,5%).
El CEO de Nordex, el español José Luis Blanco, ha subrayado que “en un entorno de mercado desafiante, logramos precios de venta más altos para nuevos pedidos que compensarán los aumentos masivos de costos provocados por factores externos y aumentarán nuestra rentabilidad en el mediano plazo”. Además, ha añadido que se concentrarán en su nueva turbina N175/6.X., “una turbina altamente eficiente” que “nos permitirá satisfacer el aumento anticipado de la demanda de nuestros clientes en los próximos años de manera aún más efectiva”. Ojalá esté en lo cierto y la situación mejore, porque no se puede olvidar que ya ha empezado a hacer ajustes de empleo: a finales de julio, en España, lanzó un ERE en su planta de Motilla del Palancar (Cuenca), que afectaba a 136 empleados de los casi 2.000 que tiene en España (donde también cuenta con otras fos fábricas en Navarra -una en Barásoain y otra en Lumbier-, y también con sedes en varias provincias).