Entiendo perfectamente al CEO del Sabadell, César González-Bueno, el mismo que ahora ha salido a escena para asegurar que, para el BBVA, resultaría hasta “honorable” retirar la opa que ha lanzado sobre el Sabadell. Digo que le comprendo porque en dos años, Don César ha hecho la labor de su vida: ha aumentado el valor del Sabadell, ha realizado los ajustes, dolorosos pero necesarios previstos, y nadie le puede negar que su gestión ha resultado exitosa. ¿Y ahora qué? ¿Que al Sabadell lo absorba el BBVA y se quede de primer ejecutivo un tal Onur Genç? Lo dicho: le entiendo perfectamente.

Ahora bien, don César, ¿hablamos de retirar la oferta para siempre jamás o hablamos de convertir la opa hostil en acuerdo amistoso, tal y como pretende el Gobierno? Porque no es lo mismo.

Si Carlos Torres retira la opa, su posición resultará cualquier cosa menos honorable. Vamos, que quedará como ‘la chota de Pumarín’. Incluso alguien, siempre hay un alguien, pudiera exigirle que presentara su dimisión irrevocable.

También puede mejorar su oferta, a ser posible en metálico. Entonces la opa podría trinfar, sí, pero el peligro dejaría de ser del Sabadell para pasar a convertirse en un peligro para el balance del BBVA... resultante.

Así que, exactamente, ¿de qué honorabilidad está hablando González-Bueno? De una mejora de la opa o de una retirada? Me temo que ni la una ni la otra resulten honorables.

¿Y para España? Para el país lo mejor es que cada banco siguiera como hasta aquí: en solitario

El Gobierno Sánchez pretende un acuerdo amistoso, porque sería la forma de no oponerse a la opa como ya ha hecho, y de que, al mismo tiempo, CarlesPuigdemont -el inefable ‘Puchimón’- se quedara sin argumentos para enfadarse. Bueno, esto último reconozco que es casi imposible. 

¿Y Salvador Illa? No es problema. ¿Le han visto alguna vez enfadado a don Salvador? El presidente de la Generalitat siempre sacude las bofetadas mirando hacia otro lado. Mientras haya paz y no le quiten el sillón, por la mañana es católico y por la tarde socialista.

La CNMC puede hablar en cualquier momento, Una excusa sin duda, que sólo servirá para recordar que en esta historia, puede hacer el ridículo el BBVA, puede hacerlo el Sabadell, pero lo que es seguro es que el ‘ridi’ más seguro y más espantoso correrá a cargo de los reguladores, la CNMV y la CNMC.

En cualquier caso, la historia toca a su fin, por ahora, la alternativa de convertir la opa hostil en amistosa es la más lógica. Pero si yo fuera César González-Bueno me negaría en redondo. 

Y a todo esto, la opa propiamente dicha, ¿es buena para España? Repetimos: no, en ningún caso. Para el país, lo mejor es que cada banco siguiera como hasta aquí: en solitario.