El Tribunal General de la Unión Europea (TGUE) anuló este miércoles la multa de 1.490 millones de euros impuesta a Google por la Comisión Europea, por abuso de posición dominante (monopolio) en publicidad online, concretamente a través de su plataforma AdSense.

No es la primera sanción impuesta al buscador, ni tampoco la más elevada -la pasada semana, el Tribunal de Justicia de la UE confirmó una de 2.424 millones por abuso de posición dominante de Google Shopping-, pero sí la que afecta a su negocio principal, el de la publicidad online, que le reporta el 78% de los ingresos totales de la multinacional, unos ingresos que han hundido a la prensa en todo el planeta.

Ese es el meollo de Google y donde se juega su futuro. De ahí, la relevancia del juicio abierto en EEUU por monopolio, en el que el Departamento de Justicia ha pedido la venta de su división publicitaria.

La decisión del TGUE tiene importancia, además, porque podría marcar futuras decisiones judiciales, al menos en Europa, aunque al parecer, la anulación de la sanción se debe más a un asunto de forma que de fondo. De hecho, el fallo confirma “la mayor parte” de los argumentos utilizados por la Comisión Europea, que puede recurrir la sentencia.

Suceda lo que suceda, lo cierto es que Google ha destrozado a la prensa en Internet, primero cogiendo sus noticias gratuitamente y sin permiso, luego robándole la publicidad y luego enviando a la página 50 de las búsquedas los artículos críticos con el pensamiento único.

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