Google nos sorprendió esta semana con la compra de Wiz, una empresa desconocida hasta entonces, por nada menos que 32.000 millones de dólares. ¿Demasiado dinero? Para la mayoría de los expertos, se trata de una cifra desorbitada ya que Wiz factura actualmente unos 700 millones anuales, aunque sí es cierto que lo ha logrado en apenas cuatro años y que las previsiones sitúan su facturación por encima de los 1.000 millones en los próximos años.
En cualquier caso, sigue siendo mucho dinero si lo comparamos con otras adquisiciones del sector como, por ejemplo, los 26.000 millones que pagó Microsoft por Linkedin, los 34.000 millones que desembolsó IBM por Red Hat o los 28.000 millones que costó la compra de Splunk por parte de Cisco.
Lo que deja entrever esta compra, no obstante, es que Google está perdiendo la batalla de la ciberseguridad frente a los líderes, Microsoft Azure y Amazon Web Services. Y cuidado, porque estamos hablando de un sector -ciberseguridad- cada vez más crítico, por ejemplo, para los servicios en la nube.
Ya es la segunda vez que le sucede al gigante que dirige Sundar Pichai, tras el fiasco inicial de Gemini, su inteligencia artificial. Tal vez merecería una reflexión por parte de la compañía, pero eso se lo dejamos a ellos. Lo cierto es que Google ha vivido muchos años a cuerpo de rey gracias a la publicidad en internet que, al menos en España, le ha robado a los medios de comunicación tras utilizar sus artículos de manera gratuita y censurar -relegar a la página 10 de las búsquedas- los artículos críticos con lo el pensamiento único. Cuando ha llegado la hora de la verdad, no ha sabido innovar, adelantarse a los acontecimientos, y ha tenido que tirar de chequera.
Lo bueno es que parte de esos 700 millones que ingresa Wiz se los factura a la propia Google. Bueno, y también a Microsoft.