En Estados Unido -allí van siempre por delante-, los fondos de pensiones, auténticos gigantes financieros, tenían prohibido comprar más de un 5% de las empresas. Se trataba de evitar que tomaran el control de las compañías para, por ejemplo, trocearlas y sacar así una rentabilidad mayor, aunque eso supusiera la liquidación de la empresa en cuestión.

Actualmente hay fondos de inversión -fondos de fondos- tan grandes como aquellos y, como en EEUU, en España (y en Europa) se les debería poner coto. Pero mientras no suceda, fondos como BlackRock campan a sus anchas por la bolsa española, desplegando todo su poderío, que es mucho.

Y es que el fondo que dirige Larry Fink ha aflorado un 6,8% de Santander y BBVA, los dos mayores bancos españoles, además de participaciones similares en muchas otras compañías de sectores estratégicos.

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Primera cuestión a tener en cuenta: BlackRock no exige entrar en los consejos de administración, pero indudablemente influye en la estrategia de las entidades. Es lógico, porque se está jugando su dinero -aunque no es suyo, sino de los fondistas-, y no quiere perder. Siendo eso así, ¿cómo es posible apoyar al mismo tiempo la estrategia del Santander y BBVA siendo, como son, competidores entre sí? Larry: ¿a quién quieres más, a Ana Botín o a Carlos Torres?

La cuestión es importante y la respuesta no puede ser que se trata de una inversión meramente financiera porque, aunque Larry Fink no exige un sillón en los consejos de administración, sí se reúne periódicamente con los presidentes de las compañías para compartir la estrategia a seguir, y siempre bajo la amenaza de vender abruptamente la participación y hundir la cotización.

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Esa esquizofrenia -apoyar a uno y a su competidor, todo a un tiempo- se repite en la OPA del BBVA sobre el Sabadell, ya que también posee el 6,6% del banco catalán. ¿A quién prefiere Larry, a Torres o a Oliu? Ya hemos explicado en Hispanidad que los fondos prefieren la fusión, aunque la oferta sea raquítica, porque les gusta más burro grande, ande o no ande.

Siguiendo con el sector, BlackRock también posee el 4% de Caixabank y el 4,2% de Bankinter. Unicaja es el único del Ibex que se libra de Larry.

Hay que parar a los fondos y con más razón a los fondos soberanos que, además, tienen connotaciones políticas. Dos ejemplos muy claros: el fondo PIF, de Arabia Saudí, que ha irrumpido en Telefónica, y QIA, el de Catar, uno de los mayores propietarios del Ibex y más allá.