Héctor Grisi, CEO del grupo Santander presenta los resultados del banco correspondientes al primer semestre del ejercicio. Es mexicano, habla mexicano y aprovecha su acento mexicano y sus modismos mexicanos para que se le entienda sólo lo justo... en mexicano. 

Así, con motivo de su comparecencia ante la canallesca, nos ha dicho a los periodistas que Juan Carlos Barrabés será consejero del Grupo Santander, ya que, después de todo, no es lo mismo ser imputado que ser condenado. Lo que hay es mucho miedo de enfrentarse a La Moncloa.

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Ya hemos dicho que el Santander le tiene un poco de miedo al gobierno y que le ha nombrado consejero externo: es decir que siempre podrá dar marcha atrás si su reputación corporativa se malogra. Yo creo que ya ha empezado malograrse.

Ahora bien, además de mexicano, Grisi es sincero y entonces es cuando suelta que no le viene nada mal la fusión BBVA-Sabadell.

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Eso si antes nos han dicho que nunca habla de otros bancos y mucho menos en mitad de una operación. Pero a renglón seguido nos suelta que en España hay 80 firmas bancarias y que por tanto la competencia es intensa.

Lo cual es cierto y no es cierto: es verdad que hay ese montón de firmas pero la mayoría de ellas son cajas rurales cooperativas de crédito que no pueden competir con los grandes. 

Santander. No vamos a tener un banco en Estados Unidos... pero si aumentará su presencia allí

Como también es verdad que entre tres entidades, Santander, BBVA y CaixaBank copan la mitad de todo el sector. Yo estoy de acuerdo en que en España no existe monopolio bancario, pero sí existe algo peor: un oligopolio, donde sólo los elegidos para la gloria pueden soportar las épocas de tipos bajos o simplemente los tiempos de crecimiento escaso. El oligopolio es lo que hace, por ejemplo, que no suban las remuneraciones de los depósitos cuando suben los tipos de interés.

En España hay mucha competencia, porque hay 80 bancos, claro, pero hay un oligopolio. A Europa le conviene tener campeones paneuropeos

Las distintas regulaciones vigentes en los países, la ausencia de unión bancaria, hace que el Santander considere imposible, como casi todo el mundo, las fusiones transfronterizas. Ni tan siquiera existe un solo mercado bursátil en Europa y, lo que es más importante, y no tiene que ver con la legalidad vigente, son muchas las plataformas de transmisión de datos bancarios. Esta idea de Grisi no es un brindis al sol: una sola plataforma bancaria única de datos, utilizada por todas las entidades y del alcance que ustedes prefieran: nacional, europeo o global.

Sería volver a las redes únicas -y a lo mejor, públicas- en este caso de transmisión de datos pero pueden emplear el mismo argumento para energía, telecos, tren, carreteras. etc... ¿Acaso no vivimos en red? En el entretanto hay que crecer como se pueda, especialmente fuera de España.

Las operaciones transfronterizas en Europa son imposibles. Se trata de crecer en negocio, orgánicamente pero en el exterior

Y Grisi también ha hecho de las prácticas teoría y enarbola la siguiente interesante doctrina, que lo aprendido en Estados Unidos.

No se trata de comprar un banco en Estados Unidos -"nunca tendremos un banco en Estados Unidos"- y él conoce bien ese mercado.

¿Por qué no una plataforma informática única y global? Una sola red, no muchas redes. ¿E incluso pública?

Lo que sí harán será disponer, no de una ficha bancaria, sometida a la supervisión pesadísima del Banco Central de turno, sino de una división de negocio. Eso es lo que quieren hacer en la primera potencia económica mundial: potenciar su división de banca corporativa y banca de inversión. Y él lo explica muy fácil: "antes, cuando una empresa nos pedía un crédito en Estados Unidos teníamos que darle el negocio a un banco de inversión. Ahora el crédito se lo damos nosotros". Es el mismo invento de Banca al por mayor que CaixaBank reparte en Europa, donde no quiere comprar banco alguno sino abrir oficinas con personal muy preparado, para acompañar a las empresas españolas en el exterior o bien, por qué no, para prestar a empresas extranjeras en el exterior. Así es el actual 'modus operandi' del crecimiento bancario.