Elena Vicente, jefa de Fiscalidad Corporativa de Ibercaja, y Juan Linares, director de la Asesoría Fiscal del banco, durante la presentación del informe
Ibercaja pagó 385,37 millones de euros en impuestos, en 2023, un 22,1% más que el año anterior, lo que supone un tipo impositivo del 43,1%, muy superior al de sociedades, que es del 25%. Si además se suman otras contribuciones específicas de la banca, como son el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), el Fondo Único de Resolución (FUR) y el Mecanismo Único de Supervisión (MUS), la cifra alcanza los 449,76 millones, esto es, un tipo impositivo del 48,64%, y una cantidad que contrasta con los 302 millones de beneficio neto que logró ese año.
Vamos, que Ibercaja en particular y la banca en general paga demasiados impuestos, aunque las entidades prefieran hablar de su gran contribución a la sociedad. “El objetivo de este informe, que elaboramos anualmente sobre la contribución a la sociedad a través del pago de impuestos de todo el Grupo, es realizar un ejercicio de transparencia para nuestros grupos de interés. Hay que tener en cuenta que el sector bancario es uno de los que más impacta con su contribución a las arcas públicas, importe que revierte a la economía y la sociedad”, afirmó Juan Linares, director de la Asesoría Fiscal de Ibercaja, que presentó el informe junto a Elena Vicente, jefa de Fiscalidad Corporativa del banco.
De los 385 millones abonados, los tributos soportados fueron 257 millones y los recaudados por la actividad propia del banco con sus empleados, clientes y proveedores, alcanzaron los 128 millones. Por su parte, la Seguridad Social a cargo de la empresa supuso el pago de 75,4 millones y el impuesto de sociedades, 51,5 millones. Entre ambas partidas, las más destacadas, representan el 50% del total.
Luego están los 29 millones que tuvo que abonar Ibercaja por el impuesto especial a la banca, el 11% del total, y que en 2024 aumentará significativamente (+38%) hasta los 40 millones. Lo cierto es que el Grupo tendrá que pagar todavía más impuestos en 2024 -aunque también aumente el beneficio no debería ser así- y, en el caso de Ibercaja, además, estamos hablando de millones que no podrá destinar a la labor social de sus fundaciones.