En Iberdrola, su presidente ejecutivo, Ignacio S. Galán, insiste en la peculiar financiación y en las alianzas ante el problema de la abultada deuda. Sin embargo, esto no impide que lance una nueva emisión de bonos verdes, aunque por una cifra no demasiado rimbombante: 375 millones de euros.

Recuerden que la eléctrica cerró 2024 con una elevada deuda, que ascendió a 51.700 millones de euros, siendo 3.900 millones superior a la del año precedente. Sin embargo, no renuncia a milmillonarias inversiones: de hecho, en 2024, el incremento de la deuda se debió, principalmente, a un alto nivel de inversiones y adquisiciones, con 12.000 millones en inversión orgánica y 5.000 millones en la compra de activos en Reino Unido y EEUU.

Cabe recordar que en su último Día del Inversor, celebrado el 21 de marzo de 2024, actualizó su plan estratégico. Así, pasó a prever unas inversiones brutas de unos 41.000 millones de euros hasta 2026, incluyendo 2.300 millones abonados a los accionistas minoritarios de la filial estadounidense Avangrid para hacerse con su control total y unos 5.000 millones que aportarán socios estratégicos en renovables. La cifra de inversiones netas se sitúa en unos 36.000 millones: 21.500 millones en redes, 11.500 millones en renovables y 2.500 millones en otra producción y Clientes.

Al hilo de los socios estratégicos en renovables, Iberdrola lleva tiempo apostando por alianzas… y seguirá haciéndolo, pero cabe destacar que ya no sólo vende el 49% de activos verdes acabados, sino en construcción… y así ambos socios coinvierten, es decir, compartir las inversiones. Galán lo tiene todo pensado. Esta última estrategia se pudo ver con la venta del 49% del parque eólico marino Windanker, situado en aguas alemanas del mar Báltico, a Kansia, la segunda eléctrica de Japón y una de las mayores de Asia. Curiosamente, Kansia posee el 12% de Electricity North West (ENW), la distribuidora eléctrica británica de la que Iberdrola (a través de su filial Scottish Power) cerró la compra del 88% el pasado 22 de octubre, convirtiéndose así en la segunda compañía de transporte y distribución regulada de electricidad en Reino Unido,… y este jueves se ha conocido que la Autoridad de Competencia y Mercados del Reino Unido (CMA) ha aprobado la operación.

Tras el visto bueno a la compra de ENW, Galán subraya “Iberdrola ha sido un inversor constante en el Reino Unido durante casi 20 años. Además de nuestros activos actuales, valorados en más de 30.000 millones de libras, nuestros planes en el país apuntan a invertir otros 30.000 millones de libras para finales de la década”

En un comunicado, Galán ha señalado que “la electrificación está impulsando el crecimiento de Reino Unido y la competitividad, así como mejorando su autonomía estratégica y contribuyendo a la seguridad nacional. Iberdrola continúa aumentando sus inversiones aquí, apoyando los planes del Gobierno para modernizar el sistema energético del país. Las inversiones en redes son la columna vertebral de este proceso”. Asimismo, ha subrayado que “Iberdrola ha sido un inversor constante en el Reino Unido durante casi 20 años. Además de nuestros activos actuales, valorados en más de 30.000 millones de libras, nuestros planes en el país apuntan a invertir otros 30.000 millones de libras para finales de la década”.

En paralelo, la eléctrica insiste en las alianzas. En 2023 cerró un acuerdo para coinvertir hasta 15.000 millones de euros en eólica marina e hidrógeno verde en Alemania y Reino Unido con la empresa estatal de energía renovable emiratí Masdar (propiedad de la energética Taqa -que sigue conversando con varios interlocutores para entrar en Naturgy-, la petrolera Adnoc y el fondo soberano Mubadala -primer accionista de Moeve, antes Cepsa-). También vendió a Masdar el 49% del parque eólico marino alemán East Anglia Three, que estará operativo en 2026, por 2.000 millones. Al hilo de todo esto, Expansión refiere que Iberdrola negocia una gran alianza con Masdar la compra de activos eólicos marinos en Reino Unido, por ejemplo en el parque East Anglia (que cuenta con tres bloques… y en uno ya está presente). Los analistas del Banco Sabadell lo ven como una noticia de poco impacto porque a finales de 2023, ya sellaron una declaración de intenciones para invertir conjuntamente en renovables fuera de España y hasta ahora solo han coinvertido en el parque eólico marino alemán Baltic Eagle. Además, Masdar compró el 49,99% de una cartera de fotovoltaicas en España a Endesa y se hizo con Saeta Yield.

En 2023 Iberdrola cerró un acuerdo para coinvertir hasta 15.000 millones de euros en eólica marina e hidrógeno verde en Alemania y Reino Unido con la empresa estatal de energía renovable emiratí Masdar (propiedad de la energética Taqa, la petrolera Adnoc y el fondo soberano Mubadala)

Al mismo tiempo, en la estrategia de alianzas de Iberdrola (que también se ve en otras energéticas), cabe recordar otros movimientos. La eléctrica vendió el 40% del parque eólico marino East Anglia One a una sociedad especializada en infraestructura verde denominada GIG, la cual es propiedad del fondo de inversión australiano Macquarie, por 1.756 millones en agosto de 2019, y entró en operación un año más tarde. Además, vendió el 49% del parque eólico marino alemán Wikinger al fondo suizo Energy Infraestructure Partners (EIP) por 700 millones en septiembre de 2022, un activo que había entrado en operación en 2018.

En este contexto de inversiones y alianzas, no se puede perder de vista la elevada deuda ni la peculiar financiación: Iberdrola se financia y refinancia a bajo precio y a costa del sector público… y presumiendo de ser muy verde. Dentro de una compañía es mejor afrontar la deuda con fondos propios que con deuda externa, pero como la de Iberdrola es tan elevada no queda otra que recurrir fuera en busca de financiación y hasta de refinanciación (algo que siempre es malo y que hace quien tiene una elevadísima deuda... porque no ha podido amortizar el crédito que ya tenía con su deudor). Una financiación que procede de distintos tipos de bonos (verdes y senior) y préstamos que recibe de fondos de inversión, así como bancos y organismos públicos (entre ellos, el Banco Mundial, el Banco Europeo de Inversiones -BEI-, los Fondos Next Generation de la Unión Europea, etc.), e incluso el sector bancario privado (Banco Sabadell y HSBC, por ejemplo, pero con garantías del Instituto de Crédito Oficial -ICO- y de la Compañía Española de Seguros de Crédito a la Exportación -Cesce-). Y no hay que olvidar que entre las ‘conversiones’ de Galán, ha pasado de cargar contra las renovables por considerarlas un “producto financiero” a hacer negocio de ello, todo sea para ser más verde, por supuesto.

Acaba de lanzar una nueva emisión de bonos verdes, por un importe de 375 millones. Se trata de un tipo de deuda que, a diferencia de otros instrumentos de crédito, comprometen el uso de los fondos obtenidos con un proyecto medioambiental o relacionado con el cambio climático

Por cierto, Iberdrola acaba de lanzar una nueva emisión de bonos verdes, por un importe de 375 millones. Se trata de un tipo de deuda que, a diferencia de otros instrumentos de crédito, comprometen el uso de los fondos obtenidos con un proyecto medioambiental o relacionado con el cambio climático (que es una estafa, como se refleja en el documentalClima: la película).

Y no hay que perder de vista un ‘extraño’ movimiento de Galán: ha vendido la cuarta parte de su participación en Iberdrola por “razones fiscales”… siendo el directivo mejor pagado en España (cobró 14,1 millones en 2024), superando a Ana Botín, presidenta del Banco Santander, y a Óscar García Maceiras, CEO de Inditex, entre otros muchos.