El punto más caliente del nuevo Plan Estratégico de Indra, presentado este miércoles en Madrid, es la venta de una participación, puede ser incluso mayoritaria, de Minsait, la división de Tecnologías de la Información sobre la que se asientan actualmente la mayor parte de los ingresos del grupo.

Todas las opciones están abiertas: vender menos del 50% o más, con lo Indra perdería el control, vendérselo a un fondo, a varios fondos o a un socio industrial, etc. Todo está sobre la mesa o dicho de otra manera, ni el presidente Marc Murtra ni el CEO José Vicente de los Mozos tienen claro lo que sucederá con Minsait en un futuro más o menos cercano.

En esta línea de falta de concreción, la compañía tampoco explicó lo más importante: esto es, de qué manera piensa vender parte de Minsait y de qué manera afectará la venta al conjunto de la compañía, que cotiza en bolsa. La única certeza es que no se venderá el cien por cien y que al menos el 10% permanecerá en el Grupo.

Más claro parece estar el futuro de la división de Defensa y Transporte, que pasa por potenciar el área aeroespacial. “La intención que tenemos es que España tenga una empresa que controle la cadena de valor del negocio espacial”, afirmó De los Mozos.

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La adquisición estrella sería la de Hispasat, como adelantó Hispanidad a finales de septiembre, actualmente en manos de Redeia, que en 2019 pagó 950 millones de euros a Abertis. “Por supuesto que Hispasat está entre las posibilidades, pero no es la única”, matizó De los Mozos. Y es que 1.000 millones tal vez sean demasiados para una única operación.

Lo que no admite discusión es que Indra está llamada a convertirse en el eje de la industria militar española, incluso de la europea. “Queremos liderar el sector de la defensa y eso incluye operaciones y alianzas”, afirmó el presidente, Marc Murtra. Dicho de otra manera: el futuro de Indra depende del gasto en Defensa incluido en los Presupuestos Generales del Estado.

Desde luego, todo está a favor de Indra después del acuerdo europeo para que el 2% del PIB se destine a Defensa, lo que implica que España deberá aumentar esta partida algo más del 10% cada año. Es mucho y lo más probable es que no se cumpla, pero ese es el objetivo hasta 2030.

Las cifras del Plan Estratégico: alcanzar los 6.000 millones de euros de facturación, 750 millones de ebitda y 600 de ebit, hasta 2026. El objetivo para 2030 es lograr una facturación de 10.000 millones. El compromiso de Indra durante todos estos años es mantener el dividendo actual, esto es, un ‘pay out’ del 20% del beneficio neto.

Sea como fuere, el Plan Estratégico ha tenido una respuesta tibia en bolsa. A una hora del cierre, la cotización de Indra sube un 1%, frente al +1,1% del Ibex.

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