La tasa de variación anual del IPC del mes de agosto se situó en el 2,3%, cinco décimas por debajo de la registrada en julio, pero una décima más que el dato adelantado a finales del mes pasado, según ha informado hoy el Instituto Nacional de Estadística (INE).

El INE destaca que la tasa anual de los alimentos y bebidas no alcohólicas disminuyó seis décimas, hasta el 2,5%. Este comportamiento fue debido, principalmente, a la bajada de los precios de los aceites y grasas y de las legumbres y hortalizas, frente a la subida en agosto del año anterior.

Por su parte, la tasa anual de la inflación subyacente (índice general sin alimentos no elaborados ni productos energéticos) descendió una décima, hasta el 2,7%.

La variación mensual del índice general fue del 0,0%.

Mientras que el Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA) situó su tasa anual en el 2,4%, cinco décimas por debajo del mes anterior.

El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, se ha apresurado a celebrar estos datos: 

Sin embargo, el pasado 1 de septiembre, el economista Daniel Lacalle publicaba un artículo en La Razón en el que concluía: "La inflación no está controlada ni de lejos: la mayoría de la moderación en el aumento de la inflación viene de la energía por la caída del precio del gas en los mercados internacionales. El problema es que los estados se han comprometido a unos gastos imposibles de financiar y saben que sólo pueden sostener su castillo de naipes empobreciéndote. Ya le echarán la culpa a los supermercados".  

Además, con datos de mayo, la inflación se había disparado un 19% desde que Sánchez es presidente y la cesta de la compra es un 35% más cara.