Jaime Botín ha muerto, justo cuando van a cumplirse 10 años desde la muerte de su hermano Emilio. Éste, devoto de la patrona de Cantabria, la Bien Aparecida, a quien sorprendí un 8 de diciembre rezando en la Catedral de la Almudena. Por contra, su hermano Jaime era un ferviente librepensador a quien gustaba escribir artículos, por supuesto en El País, hablando de la lamentable "tradición judeo-cristiana". Dios les tenga en su gloria a ambos.

El uno se quedó con el Santander, el otro con Bankinter. Emilio convirtió al Santander en el primer banco de España y uno de los primeros de Europa, mientras Jaime hizo de Bankinter un banco pequeño pero reconocido como uno de los más rentables de España, dedicado a economías medias.

Ya hacía meses que uno de los hijos de Jaime, Alfonso Botín, llevaba las riendas de la entidad. De hecho, el ascenso de Dolores Dancausa a la Presidencia de Bankinter dejó pasó a una persona más cercana a Alfonso, como es Gloria Ortiz.

El prestigio de Bankinter ha quedado dañado tras la salida a bolsa de la aseguradora Línea Directa, y ese daño reputacional es ahora mismo lo que más preocupa a Alfonso, pero lo cierto es que Bankinter, en este momento, sigue siendo más pequeño pero más rentable que el Santander.

En cualquier caso, ahora ha culminado el relevo generacional de la familia Botín, de ambas ramas. Ahora bien, no olviden la amistad que une a quien gobierna Bankinter con su primo, Javier Botín, consejero del Santander y director de la Sindicatura familiar que gobierna el Santander.

¿Una fusión Santander-Bankinter? No sería la primera ni la segunda vez que se le ocurre a alguien.