Jordi Sevilla está en contra del cierre de centrales nucleares en España, otro golpe para Ribera
Jordi Sevilla parece que más de cuatro años después ha ajustado cuentas con la vicepresidenta ecológica, Teresa Ribera, porque ahora le avisa de que cerrar las centrales nucleares es un riesgo “muy elevado y, sobre todo, innecesario”, al tiempo que pide extender su vida útil por diez años más. Una postura que coincide bastante con la del PP, que también opta por mantener unos activos que generan la quinta parte de la electricidad española… y sin emitir CO2, y que es la segunda advertencia al respecto en una semana, tras la emitida por Fedea.
Recuerden que el exministro socialista (en concreto, al frente de Administraciones Públicas durante la mayor parte del primer Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero) se convirtió en presidente de Red Eléctrica (hoy Redeia) en julio de 2018, un mes después de la llegada de Pedro Sánchez a La Moncloa. Sin embargo, en dicho cargo sólo estuvo hasta enero de 2020, cuando dimitió por desavenencias, precisamente, con Ribera: él se quejaba de aspectos como el recorte de las retribuciones por parte de la CNMC (una losa que aún sigue pesando en la evolución de los ingresos de la compañía) o el gran desafío que suponía integrar las renovables que contemplaba el plan de transición ecológica de Ribera (o sea, el PNIEC) y su coste. Desde la pasada primavera, Sevilla trabaja en la consultora LLYC, concretamente lidera su unidad de inteligencia (llamada Contexto), en la que también se encuentran otros exministros, como el socialista Ramón Jáuregui y el pepero Íñigo de la Serna.
Ahora Sevilla ha avisado en contra del cierre de las nucleares españolas que tanto defiende Ribera. En concreto, ha señalado que “podría poner en riesgo la estabilidad del suministro eléctrico, aumentar la dependencia de combustibles fósiles y reducir la competitividad del sector energético nacional”. Y todo esto coincide con la celebración de la COP29 en Bakú (Azerbaiyán), donde la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, ha referido que “por el momento no hay alternativa a los combustibles fósiles”, algo para lo que apuesta por la energía nuclear.
Sevilla ha pedido extender la vida útil de las centrales españolas diez años más, justo cuando el mundo vive un renacimiento nuclear. De hecho, ha recordado que la Unión Europea ha reconocido la nuclear como “un aliado imprescindible” para la transición energética y que “más de 20 países han adoptado compromisos para triplicar su producción nuclear hacia 2050”, como anunciaron en la COP28 celebrada hace un año en Dubái (EAU). Además, no hay que olvidar que en EEUU ya hay ocho reactores que tienen licencia para funcionar 80 años (entre ellos, la central North Anna, en el estado de Virginia, que es gemela de Almaraz) y unos 80 reactores tienen licencia para operar hasta los 60.
En EEUU ya hay ocho reactores que tienen licencia para funcionar 80 años y otros 80 para operar hasta los 60 años
El exministro socialista no sólo ha pedido extender la vida de las nucleares españolas, sino también fomentar la instalación de reactores modulares pequeños (los denominados SMR, por los que apuesta, por ejemplo, Enel, la energética italiana que controla el 70% de Endesa). De hecho, considera que estos complementarían a las renovables como una “opción segura y adaptable”, así como “limpia, confiable y de rápida integración”. Asimismo, “esto alinearía a España con la nueva política europea y mundial, manteniendo el empleo (unos 28.000 empleos entre directos, indirectos e inducidos) y el conocimiento acumulado en el sector, reforzando nuestra lucha contra el cambio climático, reduciendo nuestra dependencia energética exterior y evitando riesgos innecesarios en algo tan esencial como el suministro eléctrico”.
Sevilla también ha propuesto que se revise la carga fiscal de las nucleares españolas, que es asfixiante y compromete su viabilidad. Una carga fiscal que ya era excesiva,... algo que se ha agravado con la subida del 30% en la tasa Enresa desde el pasado 1 de julio. Recuerden que abonan tres impuestos de ámbito estatal, otros tres autonómicos y otros de ámbito local, así como otras tasas y tributos.. En total, el parque nuclear español abona entre 10 y 12 euros/MWh en impuestos nacionales, locales y tasas; entre 5 y 6 euros/MWh en autonómicos; y la tasa Enresa... que ha subido a 10,36 euros/MWh. Desde Foro Nuclear (la asociación que representa a la industria nuclear española) se ha aludido en demasiadas ocasiones a esta “fiscalidad excesiva, en algunos casos redundante, así como discriminatoria y no homogénea ni comparable a la del resto de tecnologías y que penaliza enormemente el funcionamiento y la gestión de las mismas, por lo que cualquier incremento adicional de tasas comprometería su viabilidad económica”. Por ejemplo, sólo la central de Almaraz paga unos 450 millones anualmente en tributos que la asfixian económicamente, tras la reciente subida de la tasa Enresa, y de los que 100 millones corresponden a Extremadura.
El aviso de Sevilla y el de Fedea sobre el cierre nuclear en España supone otro problema para Ribera, justo cuando el PP ha torpeado, por ahora, la aprobación de su examen en Estrasburgo como vicepresidenta ejecutiva de Transición Limpia, Justa y Competitiva, así como responsable de Competencia, en la nueva Comisión Europea. Por ahora, los peperos españoles intentan negociar que Ribera se comprometa a dimitir en caso de ser imputada por su desastrosa gestión ante la trágica DANA, pero parece que al final acabarán cediendo porque los socialistas españoles han amenazado con tumbar todo el Ejecutivo comunitario si Ribera no logra la ansiada cartera europea. Eso sí, no olviden que ahora hasta Ursula von der Leyen ha pedido expandir la energía nuclear y no quiere que Ribera actúe como activista ecologista y menos en cuestión de energía... De hecho, antes de que sea oficialmente vicepresidenta europea ha intentado limitar su influencia en las decisiones futuras sobre cuestiones industriales, energéticas y climáticas, que dependerán más del francés Stéphane Séjourné, candidato a vicepresidente ejecutivo de Prosperidad y Estrategia Industrial; el danés Dan Jørgensen, candidato a comisario de Energía y Vivienda; y el neerlandés Wopke Hoekstra, candidato a comisario de Clima, Cero Emisiones Netas y Crecimiento Limpio; respectivamente.