Viñolas, que ha comparecido junto al presidente, Juan José Brugera, ha insistido en que repartir el dividendo prometido es posible por "la solidez de los fundamentales de la compañía y la exitosa ejecución del plan estratégico"
El propio Brugera ha explicado que al cumplir los 75 años la ley francesa le obliga a dejar la presidencia de su filial en ese país, SFL, si bien continuará en la socimi como presidente no ejecutivo. De esta manera, las funciones ejecutivas las asumirá el consejero delegado de Colonial, Pere Viñolas, quien también cobró más, un 17%, hasta llegar a los 2,8 millones de euros.
La socimi está controlada por el fondo soberano de Qatar (QIA), que es dueño del 19,028%, y por el ingeniero mexicano Carlos Fernández González, que dirige el grupo Finaccess. Y parece que a sus accionistas no les han gustado estas subidas y nada menos que el 23% votaron en crontra.
Este lunes la compañía presentó sus resultados, obteniendo un beneficio neto atribuible de 474 millones de euros en 2021. El resultado neto recurrente descendió un 6%, hasta 128 millones de euros, como consecuencia del impacto de 13 millones en desinversiones de activos no estratégicos, así como al programa de renovaciones de edificios.
Los ingresos por rentas fueron de 314 millones de euros, un 8% menos, y en el resultado bruto de explotación (Ebitda) cayó un 8%, hasta los 249 millones de euros. Los saldos disponibles de la compañía, entre caja y líneas de crédito no dispuestas, se situaban en 2.359 millones de euros, con un coste de la deuda del 1,4%, 30 puntos básicos ingeríos al coste del año 2020.
Al cierre del ejercicio en 2021, Colonial alcanzó los 170.000 metros cuadrados de nuevos contratos firmados, correspondientes a 118 contratos de alquiler de oficinas, un buen dato que supone un incremento del 75% respecto al 2020, pero que sigue sin llegar a niveles de 2019, cuando obtuvo su dato más alto.
Además, Colonial ha informado de la adquisición de la sede central de Amundi en París, por valor de 500 millones de euros, a lo que se suma la compra realizada en diciembre de la sede de Danone en Barcelona, transacción que cerró en 50 millones de euros.
La sociedad anónima cotizada de inmobiliaria ha señalado que el objetivo apunta a superar los 500 millones de ingresos en los próximos tres años.