Joseph Ourghoulian, en el centro de la mesa, criticó, sin citarle expresamente, a Juan Luis Cebrián por cobrar sueldos millonarios mientras se hundía la compañía
La inversión de Amber Capital en PRISA pasará a la historia como ejemplo de inversión ruinosa. El fondo que pilota Joseph Ourghoulian -él es sólo un gestor y todavía desconocemos quién está detrás de la firma- metió 300 millones de euros en algo que ahora sólo vale 55 millones. En dos palabras, un chollo.
Por eso, durante la Junta de Accionistas celebrada este martes, el presidente del Grupo reiteró su “compromiso personal” con la compañía, un compromiso que, en cualquier caso, ya no es hasta diciembre sino hasta el mes de julio.
El representante del fondo Amber insiste en reducir la deuda de 856 millones. No le queda más remedio y no lo tiene nada fácil: en 2022 PRISA sólo ganó 20,4 millones
Me explico: Ourghoulian, que está harto de perder dinero aunque no sea suyo, siguiendo las órdenes de Miguel ‘Cubanino’ Barroso, rechazó una oferta de compra por parte de Ana Botín porque había que mantener El País y la SER al servicio de Pedro Sánchez hasta la celebración de las elecciones generales. A partir de ese momento, el plan de Ourghoulian consistirá en dedicar todo su tiempo a intentar recuperar el dinero perdido, para lo que cederá la Presidencia a Fernando Carrillo, ascendido este martes a vicepresidente primero, como adelantó Hispanidad, además de consejero coordinador y presidente de la Comisión de Nombramientos y Retribuciones, la más importante de todas. Sí, Carrillo está llamado a ser el sucesor de Oughourlian.
El problema de PRISA no es que esté mal, es que está en quiebra técnica desde hace años y sobrevive gracias a ampliaciones de capital y emisiones de deuda en sus múltiples formatos. “Sé que ser accionista de PRISA no es fácil”, admitió Ourghoulian. Claro que no lo es, porque desde 2020, los títulos de la compañía han perdido el 99,99% de su valor, según el presidente.
Los trabajadores tampoco andan muy contentos y lo mostraron con una concentración-protesta a las puertas de la Junta. Así lo reflejó la solitaria intervención de un accionista, que denunció la pérdida del 20% del poder adquisitivo de los empleados, a pesar de su enorme esfuerzo durante y después de la pandemia. Tampoco piden nada del otro mundo: una subida del 4%, la misma que acordaron los sindicatos, la CEOE y el Gobierno a nivel global.
Para que quieren mejorar el salario si según sus artículos ellos saben ahorrar y mejorar el mundo, no comer carne, usar menos el coche, poner menos la lavadora, no ducharse todos los días, comprar ropa de segunda mano... https://t.co/oMcJbCNSZS
— DocHollyday7 (@DHollyday7) June 27, 2023
El descontento, en cualquier caso, va por barrios, porque no es lo mismo la SER que El País. En el diario -“el negocio que no da rendimiento en este momento es la prensa”, señaló Ourghoulian- se junta, además, el cabreo por el sistema dictatorial que ejerce Miguel ‘Cubanino’ Barroso sobre el contenido editorial, con titulares ya hechos de antemano. De hecho, Oughourlian afronta ahora, en plena campaña electoral, una posible huelga de periodistas de la SER y El País. sobre todo del redacción del diario, hasta de la manipulaciones ideológicas que, aprovechando su trabajo, perpetra Miguel 'Cubanino' Barroso. En ocasiones directamente, en otras, a través de la directora de El País, Pepa Bueno.
Recuperemos a don Joseph. “Mi objetivo sigue siendo reducir la deuda del Grupo y ponerla bajo control” afirmó durante su intervención. No le queda más remedio, porque a 31 de marzo de 2023 la deuda era de 856 millones de euros y en todo 2022 la compañía sólo ganó 20,4 millones. ¿Es sostenible? De ninguna manera y la única forma de salir adelante sería, además de seguir exprimiendo a los accionistas, vendiendo activos. El problema es que ya vendió Santillana España en 2020 por unos 460 millones de euros (representaba el 21% del negocio total de Santillana) y el problema de la deuda subsiste. Sea como fuere, ni El País ni la SER están en venta, al menos hasta el 23-J.