Los sindicatos mostraron la realidad de la plantilla al presidente Carlos Torres y al CEO Onur Genç, personas totalmente desaparecidas, sobre todo para red comercial
La Junta General de Accionistas de BBVA, celebrada este viernes en Bilbao, sirvió para que los sindicatos mostraran la realidad de la plantilla al presidente Carlos Torres y al CEO Onur Genç, personas totalmente desaparecidas, sobre todo para red comercial.
“Desesperación”, “hartazgo”, “malestar” fueron algunos calificativos de los representantes de los trabajadores para describir el día a día de la red comercial. No es nuevo, ni mucho menos, y eso es lo que llama más la atención: que año tras año se repiten las mismas denuncias de los sindicatos, dando a entender que la dirección no hace nada por corregir la situación.
Un ejemplo: las oficinas unipersonales de las que hemos hablado en numerosas ocasiones en Hispanidad y que traen de cabeza a los empleados, sobre todo a los que las atienden. Los clientes, según los sindicatos, tampoco las aprueban ya que cierran en verano o el empleado tiene que colgar el cartel de “vuelvo en 5 minutos”, cada vez que tiene que acudir al servicio.
Para Torres, sin embargo, lejos de ser una anomalía, responden a un modelo de gestión “acorde” a las necesidades de los clientes de la zona. En cualquier caso, representan un porcentaje muy pequeño del total de oficinas, según Torres.
Cómo se puede ser tan sostenible y, al mismo tiempo, forzar a los empleados a hacer cientos de kilómetros en coche para acudir a su puesto de trabajo? Por cierto, más de uno ha denunciado la falta de agua para beber en las oficinas, justificada por la entidad por el respeto al medioambiente
Tampoco convencieron las palabras de agradecimiento del presidente y del CEO por el beneficio récord obtenido en 2022: mientras los directivos han visto cómo aumentaba su remuneración, según uno de los sindicatos, la plantilla ha perdido más del 10% del poder adquisitivo en los últimos dos años. “Ni somos un equipo ni el cliente es lo primero”, le ha espetado Noemi Massague, secretaria general del SEC.
Ni siquiera se ha librado Torres de las quejas por la sostenibilidad (ecologismo) del banco, su tema favorito. ¿Cómo se puede ser tan sostenible y, al mismo tiempo, forzar a los empleados a hacer cientos de kilómetros en coche para acudir a su puesto de trabajo? Por cierto, más de uno ha denunciado la falta de agua para beber en las oficinas, justificada por la entidad por el respeto al medioambiente.
Al parecer, nada ha mejorado para la red comercial en los últimos años, a pesar de las denuncias, claro que, según Torres, el BBVA es una de las mejores empresas para trabajar del mundo, tal y como publicó la revista Forbes. Lo dice, además, la encuesta interna Gallup que respondió el 94% de la plantilla y que concluyó con un rating de 4,39 sobre 5. ¿Por qué tanta queja?
También tomó la palabra Luis del Rivero, expresidente de Sacyr, para referirse al caso Villarejo y desmentir la versión oficial del banco sobre su colaboración con el juez. “De verdad, colaboren con la Justicia”, le ha dicho Del Rivero a Torres. El presidente de Uniter, la asociación de antiguos empleados del banco, también le sacó los colores a Torres, que en su día calificó el caso de "cansino", queriendo quitarle importancia. "Es el tema que más preocupa en el banco", afirmó Paulino García-Toraño.
Llegado el turno de respuestas, Torres no habló sobre Villarejo, lo hizo el secretario, para confirmar la versión oficial, es decir, la “plena colaboración” del BBVA con la justicia.
Alguien no dice toda la verdad y lo cierto es que el juez Manuel García-Castellón sigue muy cabreado con el banco. Y el fiscal Alejandro Cabaleiro, ni les cuento. No, no colaboran con la justicia. Tienen derecho a no hacerlo pero tampoco conviene mentir.