José Bogas ha sido renovado como consejero delegado de Endesa para los próximos cuatro años, un cargo al que ascendió en octubre de 2014
Este viernes se ha celebrado la Junta de Accionistas de Endesa, recuperando el formato presencial y manteniendo también el telemático. Lo más relevante entre los discursos ha sido que el gran éxito político de Ribera nos va a costar más de 6.000 millones de euros anuales, según ha señalado el CEO de la energética, José Bogas, y que serán “asumidos por el conjunto de la demanda”, o sea, por los consumidores.
Recuerden que a principios de mes, el primer ejecutivo de Endesa mostraba que no le gustaba la propuesta ibérica de topar el precio del gas en 30 euros, porque era “menor al precio normal de los contratos a largo plazo”. Ahora, después de que se haya acordado con Bruselas un tope de 50 euros, Bogas ha hablado claro de por cuánto nos va a salir el éxito político de Ribera, días después de que esta admitiera que los consumidores asumirían su coste, mientras el Gobierno aún no ha reconocido que lo que está haciendo es creando un nuevo déficit de tarifa para bajar la factura de la luz: o sea, pan para hoy y hambre para mañana es lo que supone el penúltimo fraude del Sanchismo. ¡Ole!
Los accionistas minoritarios han echado en cara que desde que Enel se hizo con Endesa, la acción ha perdido el 50% de su valor, ha bajado la expansión y se ha generado una deuda financiera de 10.378 millones
El coste del tope ibérico al gas ha sido lo más granado del discurso de Bogas, que ha vuelto a culpar al gas del encarecimiento del precio de la luz. Sin embargo, esto no ha impedido que Endesa mantuviera su plan estratégico, centrado en “descarbonización, impulso de la electrificación y digitalización”, ni que abonara un dividendo de 1,44 euros por acción “superior a las expectativas” (por tanto, jugoso, y del que saca provecho, sobre todo, su primer accionista, la energética italiana Enel, que es dueña del 70%). Asimismo, Bogas ha aprovechado para promocionar uno de sus producto, la Tarifa Única, como “la más competitiva” y a la que se han apuntado “más del 30% de los nuevos clientes en 2022”.
Por su parte, en el discurso del presidente no ejecutivo de Endesa, Juan Sánchez-Calero, ha habido poco destacado. Eso sí, ha subrayado que las reelecciones como consejeros de Francesco Starace (representante de Enel, de la que es su primer ejecutivo, cargo que compatibiliza con la vicepresidencia de Endesa) y de José Bogas como consejeros dan “estabilidad”, ha celebrado los nombramientos de Francesca Gostinelli y de Cristina de Parias, y también ha mostrado su agradecimiento a María Patrizia Grieco, que deja el consejo de Endesa.
“Sólo les ha preocupado recuperar su inversión”, les ha recriminado un accionista a Enel, al tiempo que “han quitado beneficios sociales”. Otro accionista ha afirmado que Enel y Endesa se han comportado como “Saturno devorando a sus hijos”
Pero lo que ha tenido más enjundia de la Junta ha sido el turno de preguntas, donde ha quedado patente el descontento de los accionistas minoritarios (entre ellos, trabajadores jubilados y representantes de estos y de viudas y huérfanos de empleados). Entre sus reclamaciones, han echado en cara que desde que Enel se hizo con Endesa, la acción ha perdido el 50% de su valor, mientras ha bajado la expansión (ha perdido el negocio de Hispanoamérica, la joya de la corona que se quedó Enel) y se ha generado una deuda financiera de 10.378 millones de euros.
“Sólo les ha preocupado recuperar su inversión”, les ha recriminado un accionista, al tiempo que “han quitado beneficios sociales”. Otro accionista ha afirmado que Enel y Endesa se han comportado como “Saturno devorando a sus hijos” porque la energética italiana se ha llevado 515 millones de euros de las provisiones para trabajadores, mientras los activos y los pasivos han perdido poder adquisitivo”, ha considerado “las relaciones laborales como otro negocio” y que “vale más un trato en una feria de ganado de Galicia que sus acuerdos porque allí son más humildes pero tienen más palabra”.
El nuevo convenio colectivo que reduce beneficios sociales de trabajadores activos y jubilados salió adelante hace un año, con la connivencia de UGT y tras un laudo arbitral del exministro Manuel Pimentel. Un accionista ha advertido a la empresa y a este sindicato mayoritario “que nos vende por 300 monedas” que “nunca tendrán paz social”
El nuevo convenio colectivo que reduce beneficios sociales de trabajadores activos y jubilados salió adelante hace un año, con la connivencia de UGT y tras un laudo arbitral del exministro Manuel Pimentel. Un accionista ha advertido a la empresa y a este sindicato mayoritario “que nos vende por 300 monedas” que “nunca tendrán paz social”. De hecho, han presentado una nueva demanda ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) -lo hizo CCOO a finales de enero-. Además, otro accionista ha tildado a Pimentel de “Judas” porque “nos vendió por 300.000 euros”.
Y como era de esperar, las respuestas por parte de Endesa han sido mucho más escuetas que las intervenciones y preguntas de los minoritarios. Se han limitado a subrayar que no han quitado beneficios sociales a empleados activos y pasivos, destacando que hay un laudo arbitral y una sentencia de la Audiencia Nacional que avala la decisión de la empresa.