Junta de Accionistas de Prisa. Notición Joseph Oughourlian asegura que se queda, que no se va, que tranquilos, que sosegaos... 

La verdad es que ya lo sospechábamos. Primero, porque perdería hasta la camisa. Segundo, porque se ha sentado en una Presidencia con poder, y eso le mola... a pesar de que no sabemos ni tan siquiera a quién representa don Joseph. ¿Capital franco-armenio-progre en Nueva York? Como decimos en Asturias: ¿Y eso qué yé, oh?

Lo que sí sabemos es que no hay presidente ni consejo que aguante, ni a Oughourlian ni a Amber Capital. Porque don Joseph es de los que nada más entrar en una compañía señalan con el dedo al que pasa por el pasillo y exigen al presdiente: ¡Despídeme a ése o voy a por ti!

No se engañen: él va de progresista por la vida pero lo único que le motivan son las plusvalías. Si alguien le comprara su participación en Prisa, perdiendo lo justo, se la entregaría sin dudar. Lo que pasa es que no encuentra a nadie tan tonto. 

En el entretanto, pretende hacer negocios gracias a Sánchez: todo un progre.

Amber es, además, uno de esos fondos activistas, nada trasparentes, al que le gusta aliarse con el poder político pero para hacer caja y poco le importan la ideología de sus aliados. Ejemplo: presume de haber salvado PRISA para el PSOE pero, eso sí, luego exige más de lo que pueden darle. 

Y sobre todo: Oughourlian es un desastre como gestor, tarea que, además, le aburre muchísimo. Sencillamente ha mantenido a PRISA en quiebra técnica durante años. 

Como gestor, insisto, Oughourlian es un desastre. Los resultados del ejercicio 2023 así lo demuestran. Eso sí, agresividad no le falta. En la Junta se ha cansado de decir que es un bulo que vaya a vender Santillana y que quien informa de ello incurre en 'fake' y en mentiras. ¡Hay que tener caradura! ¡Pero si desde la primera venta parcial de Santillana se estableció una hoja de ruta para la editora, cuyo único objetivo era proporcionar liquidez a un periódico en quiebra! Es un bulo, dijo la araña a la mosca.

Además, el franco-armenio todo lo arregla con ceses. Lo mismo pensaba hacer en PRISA, hasta que cayó en la cuenta de que un periódico o una emisora de radio vive de su credibilidad, y el crédito público no es algo que se consiga en un día pero puede perderse en una semana. Le ha costado entender que un periódico necesita periodistas veteranos y, en el caso de El País y la SER, más bien poco románticos.

El pacto con Moncloa fue claro: tú intenta dar el pelotazo en PRISA pero de los contenidos, tanto en El País como en la SER, se encargará Miguel Barroso. Todo fue bien hasta que Barroso murió y le sustituyó José Miguel Contreras, el propietario de la Coproductora (perdón, LACOproductora). 

Las ideas le importan poco a Oughourlian. Por eso, El País y la SER se han hecho aún más sanchistas y aún más sectarios

Con Contreras, El País y la SER se han vuelto aún más sanchistas, y aún más sectarios pero ojo: ni la directora de El País, Pepa Bueno, ni la estrella de la SER, Angeles Barceló, adictas a Barroso, hacen ni caso a Contreras. Se han radicalizado aún más ellas solitas. Y a Oughourlian le parece bien.

Y claro, Contreras, junto a su amigo José Pablo López, comisario político del PSOE televisivo, primero en Telemadrid (hasta que Ayuso se lo consiguió quitar de en medio) y luego en RTVE -fue el el del escándalo expulsado de RTVE, por Elena Sánchez, frente a la que murió matando- ya le han pedido a Oughourlian que PRISA vuelva al mundo de la TV, del que salió escaldado.  

Con ello, José Pablo López que en su cometido emplea la misma mala uva que Oughourlian, recuperaría todo su poder ideológico y pecuniario mientras Contreras se forraría según su habitual estilo: La Coproductora produce a alto precio para las televisiones donde Contreras influye. Lo mismito que hacía Jaume Roures, hasta que Pepe Creuheras consiguió echarles, a Josemi y a Roures, del grupo Atresmedia. Lo mismo intenta hacer con Telefónica y lo mismo con RTVE.

A los dos, a Josemi y a José Pablo, Oughourlian les tiene bajo estricta vigilancia. Le importa un bledo lo que hagan pero sí le importa que le provoquen más pérdidas con las que precise ampliar capital en PRISA. Eso no le gusta. El proyecto aún no está muerto y el Sanchismo jamás renuncia a controlar una nueva tele. Ahora bien, lo que en prensa electrónica vale cientos, en radio vale miles y en la tele millones.

Pero tranquilos, Joseph no se va de PRISA: se queda: ¡qué peso me he quitado de encima!