Este viernes, en la Junta de Accionistas de Repsol, una vez más se ha asistido a una lección sobre transición energética con inteligencia. Qué lástima que entre los presentes no estuviera la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera. El presidente de la compañía multienergética, Antonio Brufau, ha enseñado cómo se debe descarbonizar: sin “dogmas”, apostando por todas las tecnologías y por la industria.

Anima al Gobierno a “revisitar el mix energético” y a descarbonizar: sin “dogmas”, apostando por todas las tecnologías ... no se puede depender sólo de “energías renovables desobedientes (solar y eólica)”.

Recuerden que en la Junta de 2021, Brufau ya le dio una lección a Ribera, al subrayar que confundir descarbonización con electrificación es un error. En la de este año, ha subrayado que hay dos grandes crisis que se han solapado (la de la pandemia del Covid y la energética, ahora agravada con la guerra en Ucrania) y ha dado un aviso: “esto puede hacer descarrilar la transición”, sobre todo si hay “políticas agresivas que no interpreten bien cuál va a ser la ruta más eficiente para la descarbonización”.

Brufau reconoce que aunque es cierto que la guerra en Ucrania ha unido a Europa, hay una “tensión de costes que lleva a poner en cuestión la transición ecológica y la relevancia de hacerla “sin demagogia, con pragmatismo”

El presidente de la compañía multienergética ha destacado que la Unión Europea sólo suponía el 8% de las emisiones globales de CO2 en 2019 y se prevé que represente el 5% de las futuras en 2030, mientras que China supuso el 29% y EEUU, el 14%. Por tanto, en la UE se debe tener cuidado en el liderazgo contra el cambio climático que ha emprendido: “Europa no se tiene que creer el líder de la transición, sino que debe aspirar al liderazgo tecnológico y buscar aliados (por ejemplo, EEUU)”. Además, “me da mucha pena no ver el nombre de industria, porque sólo con industria se crece, pero el peso industrial en Europa cada vez es menor”.

Al hilo de la apuesta europea actual por mayor autonomía, menor dependencia de Rusia, diversificar suministradores y apoyar renovables e hidrógeno verde, Brufau ha referido que en todo esto “en España tenemos la lección aprendida”. Asimismo, ha señalado que “la reflexión de Europa se queda corta”, pues considera que “hay que revisitar el mix energético porque el petróleo y el gas son absolutamente necesarios para el crecimiento de nuestra economía”. También ha criticado que Europa vea “la electrificación renovable como remedio a la falta de autonomía energética, pero se equivoca”, porque hay que apostar por otras tecnologías también y no sólo por las “energías renovables desobedientes (en alusión a la solar y a la eólica)”. Además, ha insistido en que “es un contrasentido de prohibir aquí el fracking (fractura hidráulica) y luego importar gas extraído con dicha técnica de EEUU.

Imaz ha destacado que “la descarbonización es una estrategia de generar valor” y ha anunciado que dentro de la apuesta por todas las tecnologías y no sólo las renovables, han obtenido un permiso de geotermia en Gran Canaria, que es “una energía renovable obediente”

Brufau ha insistido en que ahora “se ha roto el principio de globalización y hay una gran desconfianza entre bloques”, donde la prioridad no va a ser eficiencia, sino “de dónde y de quién nos aprovisionamos porque Europa no dispone de energía propia, sino que la importa, y no tiene materias primas necesarias para la descarbonización (por ejemplo, minerales como el litio, o los microchips)”. Aunque es cierto que la guerra en Ucrania ha unido a Europa, hay una “tensión de costes que lleva a poner en cuestión la transición ecológica y a la relevancia de hacerla “sin demagogia, con pragmatismo”.

Por su parte, el CEO de Repsol, Josu Jon Imaz, ha destacado la salida de Rusia hace cinco meses, aunque el efecto de la guerra en Ucrania y las sanciones al país de Vladimir Putin sí se nota en sus negocios y están tomando medidas: por ejemplo, en refino se están sustituyendo los crudos rusos. Asimismo, ha señalado que en el negocio comercial no sólo se está garantizando el suministro, sino ofreciendo descuentos adicionales a los del Gobierno en carburantes y que se adoptaron de forma anticipada. En su intervención ha hecho un recorrido por los buenos resultados de 2021, beneficiados del encarecimiento de los hidrocarburos, como los de la gran mayoría de compañías de su sector, pero también ha subrayado que “los objetivos del plan estratégico son ambiciosos para seguir liderando la transición energética”, se apuesta por priorizar valor sobre volumen y que la remuneración al accionista superará la meta fijada en dicho plan. Una estrategia que pone el foco “en rentabilidad, eficiencia y alianzas”, pues la descarbonización es una estrategia de generar valor”. Además, ha subrayado que dentro de la apuesta por todas las tecnologías y no sólo las renovables, han obtenido un permiso de geotermia en Gran Canaria, “una energía renovable obediente”, ha explicado a Brufau.

Un apunte curioso: un asistente a la Junta se ha acercado a varios manifestantes para preguntarles qué pedían exactamente y cada uno le ha contestado “no lo sé”... Esto ilustra bastante bien el motivo de la movilización... 

manifestación de sindicatos a las afueras de la Junta de Repsol

 

La Junta ha sido tranquila, con la excepción de una concentración de sindicatos a la puerta, intentando calentar el ambiente al haberse abierto la mesa de negociación colectiva. Todos los acuerdos propuestos han sido aprobados y sólo ha habido preguntas de tres accionistas. Y un apunte curioso: un asistente a la Junta se ha acercado a varios manifestantes para preguntarles qué pedían exactamente y cada uno le ha contestado “no lo sé”... Esto ilustra bastante bien el motivo de la movilización... 

Respecto a la cuestión sobre el descuento a carburantes y si se está casi vendiendo a pérdidas, Imaz ha respondido que es “un compromiso social y una inversión estratégica en nuestros clientes, acompañándoles en el esfuerzo”: “nos ha llevado a minimizar márgenes en estaciones de servicio y lo vamos a seguir haciendo, al menos, hasta el 30 junio”, algo que se compensa con la buena marcha de otros negocios. En relación a las preguntas de un trabajador y representante sindical, Imaz ha subrayado el compromiso con el empleo industrial: “hemos invertido en activos industriales más de 1.000 millones de euros de media anuales en los últimos 15 años, cuando nadie lo hacía. Y vamos a seguir invirtiendo para transformarlos”. “Vamos a pelear con uñas y dientes por el empleo industrial”. Eso sí, está abierta la mesa de negociación colectiva y Repsol hará un “esfuerzo de negociación porque tenemos sindicatos razonables”, subrayando que “en el periodo 2009-2019, los salarios han crecido 5,8 puntos por encima de la inflación”, y agradeciendo “el esfuerzo de las 26.000 personas que componen Repsol”. Y por último, a la pregunta sobre el plan estratégico, Imaz ha apuntado que se trata de “transitar por negocios rentables, amparándose en sus activos de generación caja (exploración, refino, química) y apostando por nuevos negocios”, haciéndolo desde “la prudencia financiera” y mejorando la retribución al accionista.

María Dolores de Cospedal en la Junta de Repsol

 

Y por cierto, en la Junta no estaba presente Teresa Ribera, aunque debería haber acudido o haberse conectado de forma telemática para dejar a un lado tanta demagogia verde, pero sí la pepera María Dolores de Cospedal