En la Junta de Técnicas Reunidas se han aprobado todos los acuerdos propuestos y se ha defendido como ha logrado seguir entregando proyectos, pese al difícil contexto
Este martes, la Junta de Accionistas de Técnicas Reunidas ha empezado con un tema de actualidad, lógicamente, lo que le está sucediendo en Argelia. Un día antes, se dio un batacazo bursátil (-13%) por culpa de Sánchez y la crisis con este país africano, donde el consorcio participado por Sonatrach reclama 80 millones de euros en avales.
El presidente de la ingeniería, Juan Lladó, ha presumido de que trabaja en Argelia y con Sonatrach desde hace 25 años: “siempre nos ha gustado y nos gusta trabajar”, tras nombrar algunos de los numerosos proyectos realizados en el país africano. Asimismo, ha referido que ya ha afrontado negociaciones “duras y complejas” con anterioridad, en las que “siempre hemos logrado llegar a acuerdos”, y aunque esta vez “no ha quedado más remedio que iniciar un proceso arbitral, espero y deseo que podamos resolverlo con la profesionalidad que siempre hemos tenido”. Y parece que el mercado -y por tanto, los inversores- también lo creen: la cotización sube por encima del 4%.
Pese a que en 2021 los ingresos aún siguieron un 40% por debajo de los de 2019 y registró pérdidas, han logrado nuevos clientes y proyectos
Juan Lladó también ha resaltado que Técnicas Reunidas es una empresa “estratégica para nuestros clientes y nuestro país”, recordando que por eso recibió el rescate de 340 millones de la SEPI. Y aunque en 2021 sus ingresos aún siguieron un 40% por debajo de los de 2019 y registró pérdidas por la crisis Covid, que ha supuesto “un gran paréntesis en inversiones y adjudicaciones”, han logrado nuevos clientes (por ejemplo, Sasa en Turquía o QatarGas en Catar) y nuevos proyectos, así como impulsar la apuesta por la transición energética, reducir el riesgo de ejecución en nuevos clientes y contratos, aumentar la diversificación de mercados, apostando también por la eficiencia, la tecnología y la digitalización.
El único accionista que ha intervenido en el turno de preguntas ha sido José Antonio del Barrio, que se ha quejado de bastantes cosas. Al comienzo, ha referido que, como dice el refrán español, cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar, aludiendo a la situación de otra ingeniería (Abengoa), para criticar la “gestión caótica de los últimos seis años y a los números me remito”. “Somos de las peores empresas del mercado continuo, igual que fuimos la peor del Ibex en 2017, esto tiene que cambiar o ningún accionista va a comprar acciones”, ha referido. También ha señalado que sufre “unas minusvalías de un 80% de mi inversión” desde que entró en la ingeniería, que “se estrenó en bolsa a 48 euros y no genera valor para los accionistas desde 2016” y en la Junta de 2021, la acción estaba en 11,14 euros, y ha criticado que la familia Lladó (principal accionista) ganó dinero con la salida a bolsa. Además, también ha cargado contra el supuesto aumento de la política de remuneraciones de los consejeros: “Hagan stop en la subida de sueldos, primero beneficios, dividendos y después subir sueldos”, ha concluido, pidiendo que “en 2022 el protegido sea el accionista.
El accionista José Antonio del Barrio critica que la familia Lladó ganó dinero con la salida a bolsa en 2006 y Juan Lladó le responde: “es casi un insulto afirmar que la familia se aprovechase, fue un esfuerzo muy grande porque muchos socios lo querían para crecer e invertir”
Sin embargo, Del Barrio ha recibido tajantes respuestas de que no todo lo que había señalado era así. El propio Juan Lladó ha subrayado que la salida a bolsa de la ingeniería se produjo en junio de 2006 en el entorno de los 20 euros y que “es casi un insulto afirmar que la familia se aprovechase, fue un esfuerzo muy grande porque muchos socios lo querían para crecer e invertir, y muchos accionistas se beneficiaron porque compraron y vendieron”.
Asimismo, ha referido la crisis energética que se vivió entre 2016 y 2019 y el parón de inversiones que provocó el Covid, en las que “nos hemos defendido ordenadamente bien”… bueno, aquí olvida que han tenido que pedir un rescate de 340 millones a la SEPI y que lo han recibido, pero son préstamos que deberá devolver. Además, ha espetado al accionista crítico que Técnicas Reunidas se mueve en “un sector que usted conoce regular, pero es difícil gestionar, y hemos entregado proyectos con éxito pero también con costes”.
Todos los acuerdos se han aprobado y la mayoría ha sido por mayoría búlgara. También se ha respaldado el nombramiento de Silvia Iranzo como consejera independiente, silla que acaba de dejar en Indra
Por su parte, Laura Bravo, secretaria del Consejo de Administración de la ingeniería, ha afirmado que se puso un tope máximo del 20% en 2019 a las remuneraciones y la efectiva bajó otro 20% de 2020 a 2021. También ha insistido en que “la primera política de remuneraciones fue aprobada por el 99% de los accionistas y que la que se votaba en la presente Junta (en concreto dentro del punto séptimo) tendría un apoyo de casi el 90%”, como así ha sucedido finalmente (ha sido del 89,28%). “Aunque sea polémico y atractivo apelar a las remuneraciones, los datos no se corresponden con la realidad y el apoyo mayoritario entre los accionistas”, ha apuntado.
Todos los acuerdos propuestos se han aprobado y la mayoría ha sido por mayoría búlgara, destacando los referidos a las cuentas y la gestión del Consejo de Administración. Los accionistas han reelegido a Alfredo Bonet Baiget y José Nieto de la Cierva como consejeros independientes y han aprobado el nombramiento de Silvia Iranzo Gutiérrez como consejera independiente, quien es Técnico Comercial y Economista del Estado desde 1987, fue secretaria de Estado de Comercio en la segunda legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero y acaba de dejar la misma silla en el Consejo de Indra.