Decíamos que los laudos de las renovables son otro ‘regalo’ que Teresa Ribera ha dejado a su sustituta en la Vicepresidencia tercera y el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Sara Aagesen. Sin embargo, conviene subrayar que es más correcto referir que se trata más bien de otro marrón de PSOE y PP que pagamos todos los españoles... y ojo, porque España lidera en 2024, por segundo año consecutivo, en número de laudos a pagar, con una deuda que asciende a 1.820 millones de euros.

Nuestro país supera a Venezuela y Rusia en laudos, según el Índice de Cumplimiento de Laudos Arbitrales elaborado por la consultora NL Investment Consulting, en concreto, por el profesor neerlandés Nikos Lavranos. Cabe referir que a finales del pasado agosto, España ya debía 1.560 millones (eso sí, que ascendían a 1.875 millones si se sumaban las condenas en costas, los intereses de demora y otros sobrecostes), y ahora dicha deuda ha subido a 1.820 millones y aún más si se tienen en cuenta los extras ya citados.

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En el tema de los laudos tanto PSOE como PP son culpables. Es cierto que todo empezó cuando el socialista José Luis Rodríguez Zapatero se quiso lucir en materia energética y concedió en masa primas a las renovables, disparando el déficit de tarifa a casi 30.000 millones. El primero que empezó a ver el desastre fue el ministro socialista Miguel Sebastián y le siguió el pepero José Manuel Soria: ambos recortaron dichas primas en 2010 y 2013, respectivamente; y hasta Soria lanzó un nuevo impuesto para gravar en un 7% la energía eléctrica producida por las renovables. En paralelo, el Tribunal Supremo les echó un capote al estimar que la rentabilidad de las renovables no podía ser del 22%, sino que entre un 7% y un 9% era más que suficiente. Lógicamente, a las compañías y los fondos no les gustó nada (y menos cuando ZP les había prometido un 22%), por lo que empezaron a recurrir a arbitrajes internaciones contra España. Desde entonces, nuestro país acumula fallos en contra y otros favorables, así como embargos por la falta del pago de los mismos. Recientemente, el Tribunal de Apelaciones del Distrito de Columbia ha rechazado la petición que le hizo España para que revisara la reclamación de tres laudos (en concreto, los de Nextera, 9REN y AES -este último ha sido asumido por el fondo Blasket-) que hizo el pasado verano y que ascienden a 358 millones. Aún cabe recurso ante el Tribunal Supremo estadounidense, pero la esperanza es mínima.

La deuda de las renovables aún es mayor porque seguimos pagando el déficit de tarifa, la herencia histórica en energía que nos legó Zapatero y que llegó a casi 30.000 millones: el año pasado se situó en 7.866 millones. Eso sí, no se acabará de pagar dicha deuda hasta 2028… y además, conlleva el pago de intereses

Por si todo lo anterior no bastara, la citada deuda de las renovables aún es mayor porque seguimos pagando el déficit de tarifa, la herencia histórica en energía que nos legó Zapatero: en 2019 cerró en 16.602 millones de euros, en 2022 había descendido a 10.016 millones y el año pasado se situó en 7.866 millones. Eso sí, no se acabará de pagar dicha deuda hasta 2028… y además, conlleva el pago de intereses: entre 2014 y principios de este año, los consumidores de electricidad en nuestro país hemos más pagado más de 6.000 en intereses por el déficit de tarifa, según datos de la CNMC que recogió La Información. Además, hay que tener en cuenta que el coste medio de dicha deuda para este año será del 2,44%, frente al 2,042% del año anterior, en parte por la subida de los tipos de interés, y encima se suman los intereses. No estaría mal que ZP, que cuenta con pensión vitalicia como expresidente del Gobierno que es, contribuyera a saldar dicha deuda histórica que surgió por su culpa.

Y ojo, porque teniendo en cuenta el déficit de tarifa y su correspondiente pago de intereses, el dinero de los laudos, reclamaciones, embargos, honorarios de abogados… la deuda relacionada con las renovables que colea de la época de Zapatero se estima en 20.000 millones, según refirió Guillermo Rocafort, un Licenciado en Empresariales y en Derecho, Doctor en Economía, profesor universitario y escritor, en la red social X (antes Twitter). Y todo esto a raíz de una reclamación que hizo al Consejo de Transparencia.