¿Recuerdan el viejo chiste del escorpión, tan querido en las escuelas de negocios y en las direcciones de las grandes corporaciones empresariales? Por si queda alguien que no se lo sabe, es el de un escorpión que, para cruzar un río, le pide ayuda a la oveja. Esta no se fía:

-No, porque cuando estés sobre mi lomo me picarás. Escorpión-. ¿No te das cuentas de que si hiciera eso yo también moriría, ahogado?

La oveja aceptó el argumento y dejó montar al escorpión. Comenzó a vadear el río y en mitad de la travesía, el alacrán hincó su aguijón letal en su transporte. La oveja agonizaba pero aún tuvo tiempo para decirle a su criminal pasajero:

-Mira que eres idiota: ahora tú también morirás.

-Lo sé, pero no he podido evitarlo. Está escrito en mi naturaleza.

Al parecer, en la naturaleza de Pedro Sánchez anida un ansia infinita de poder. Así, ordenó llamar a su periodista de cámara, Silvia Intxaurrondo, para deleitarnos con una entrevista en La Hora de La 1, de RTVE. 

Sánchez es el alacrán: quiere controlar a los jueces, a la prensa y ahora también a las empresas más grandes, todo el IBEX 35 si fuera posible.

Por la vía legal, como anunciara en su ya famosa entrevista en RTVE, en la mañana del miércoles, Pedro Sánchez intenta controlar a los jueces. Sobre todo a los que le pueden juzgar a él y a los suyos, a los de los tribunales superiores de justicia y a los del Supremo. El Tribunal Constitucional y la Fiscalía ya las controla, con Cándido Conde-Pumpido y Álvaro García Ortiz.

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También por vía legal, y en nombre de la calidad democrática que tanto le ocupa y preocupa, el presidente quiere aniquilar a la prensa libre.

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Ahora bien, conseguir que los consejos de administración de las grandes empresas -las pequeñas no le interesan- sean afines al poder es más difícil, al menos desde el punto de vista legal. Por eso, lo que pretende Moncloa es no aniquilar, no hacer una nueva normativa, sino retorcer la ya existente. Y de forma aviesa, porque se trata, en concreto, de cambiar a los consejeros independientes, es decir, pretende lo más cínico: que los consejeros independientes sean muy dependientes... del Gobierno. 

Y eso puede hacerse, o bien introduciéndose en el capital de las empresas -recuerden el nombramiento de Carlos Ocaña para Telefónica- o bien, doblándoles el pulso para que los presidentes amigos -ejemplo, el presidente del BBVA Carlos Torres- nombren a consejeros independientes pero progresistas. El caso de Telefónica podría no ser el primero. Ahora también se habla de Naturgy.  

Y es que el escorpión Sánchez no tiene límites: quiere controlar tribunales, periódicos y compañías, todo a un tiempo. 

En resumen, 'l'État c'est moi'. Sánchez quiere llenar el IBEX en busca de una cantera de consejeros independientes... pero todos de su cuerda.

El presidente del Gobierno acelera así su carrera bolivariana. Controlarlo todo: los jueces, los periodistas y, ahora, las empresas. Menos mal que lo hace para frenar a la IU: Internacional Ultraderechista.