Se puede decir con bastante ironía que el liberal Ignacio S. Galán se pasa al no muy liberal Marco Legal y Estable, pues busca refugio en el Estado con tanta alusión y petición de seguridad jurídica. Al hilo de esto, cabe referir que conjugar dicha seguridad jurídica con el mercado es algo difícil y que la liberalización es un tema difícil en el sector eléctrico.

Desde hace más de un año, Galán pide más seguridad jurídica en España y ha roto las relaciones con el Gobierno y en especial con el presidente, Pedro Sánchez, y con la vicepresidenta ecológica, Teresa Ribera, de la que llegó a ser un fiel discípulo verde en el inicio de legislatura. Recuerden que el Marco Legal y Estable felipista estuvo vigente de 1988 a 1997, y refería cuánto producir de cada energía y a qué precio venderla, entre otros aspectos. El Gobierno Sánchez pretendía una cierta vuelta a dicho Marco con su propuesta de reforma del mercado mayorista de electricidad (el denominado ‘pool’), algo que no gustaba a las eléctricas, claro que Bruselas frenó la ambición española.

En resumen, lo que quiere el presidente ejecutivo de Iberdrola, principalmente, es saber cuánto ganará al vender energía... y más cuando ha convertido las renovables en “producto financiero” del que obtener plusvalías, y ahora incluso se ofrece a extender la vida útil de las nucleares, pese a que fue quien más presionó para cerrarlas. Pero eso sí, va a recibir el Premio José Echegaray por su espíritu liberal, un galardón que otorga El Economista y lleva el nombre del famoso ingeniero, dramaturgo, político (miembro del Partido Liberal) y matemático que llegó a ser ministro de Hacienda y Fomento, y fue el primer español que obtuvo el Premio Nobel de Literatura.

Galán ha dejado las peticiones de seguridad jurídica no al CEO de la eléctrica, Armando Martínez, al que cuesta ver en foros con otras personas del sector, sino al CEO de Iberdrola España, Mario Ruiz-Tagle

Claro que últimamente no es Galán el que pide seguridad jurídica, sino que ha dejado esa tarea en manos del CEO de Iberdrola España, el chileno Mario Ruiz-Tagle. La última ocasión ha sido este miércoles, cuando ha recalcado que “los países que consiguen modelos de estabilidad regulatoria son los países que en términos de energía, con los menores precios, consiguen marcos estables”, en su intervención en las jornadas con motivo del 45 aniversario de Cinco Días. Por ello, ha pedido “un consenso donde la inversión renovable sea posible de hacer” y “donde los proyectos que se hagan este año tengan un marco regulatorio garantizado por 20 años. Asimismo, ha destacado que las energéticas españolas “necesitan unas reglas claras proporcionadas por el Estado precisamente para seguir participando” y “no sólo desde el punto de vista legal y retributivo de las inversiones en el marco del sector eléctrico, sino también respecto a la política fiscal que se va a aprobar”. “Piden horizontes de largo plazo, predictibilidad”, ha añadido, algo que también hizo hace casi un mes ante Ribera y su esposo, Mariano Bacigalupo.

Ahora Galán prefiere dedicarse a visitar mandatarios (Lula da Silva, Joe Biden, Andrés Manuel López Obrador, Rishi Sunak...) y hasta monarcas (el de España y el de Países Bajos, por ahora), aunque es quien sigue mandando al ser presidente ejecutivo de Iberdrola. En concreto, ha dejado las peticiones de seguridad jurídica no al CEO de la eléctrica, Armando Martínez, al que cuesta ver en foros con otras personas del sector, sino al CEO de Iberdrola España, Mario Ruiz-Tagle. Claro que también se han medido escenarios estables por parte de otros miembros del sector energético: José Bogas, CEO de Endesa; Antonio Brufau, presidente de Repsol; entre otros.

Galán y el Rey de Países Bajos