Lladró pudo relucir, por fin, en 2022. Y es que volvió a la rentabilidad, tras siete años de pérdidas, y elevó ingresos, como se refleja en las cuentas depositadas en el Registro Mercantil a las que ha accedido El Economista y en la propia página web de la compañía.

Se trata de la empresa valenciana de porcelana decorativa, que tiene sus orígenes en 1953, en las piezas de cerámica y vidrio fabricadas en la casa familiar por los hermanos Juan, José y Vicente Lladró, que en 1958 trasladaron la empresa a una nave industrial en Tabernes Blanques. Desde enero de 2017 es propiedad del fondo de capital riesgo español PHI Industrial, que también es propietario de la empresa de productos de cuidado del hogar Bluesun y de la cadena de restauración Compañía del Trópico (dueña de los establecimientos Café y Té, y Panaria, entre otros).

Lladró volvió a la rentabilidad en 2022 al obtener un beneficio neto de 4,53 millones de euros, lejos de los 505.661 euros que perdió el año anterior. En la mejora también contribuyó la liquidación de la sociedad Lladró Galleries, que fue absorbida por Lladró USA. Por su parte, los ingresos se han elevado un 14,2%, a 45,6 millones, de los que la mitad procede de Asia (23 millones, un 41,6% más).

Eso sí, la empresa valenciana, que cuenta con 536 empleados, debe estar atenta a la deuda. Y es que en 2022, la deuda ha crecido un 10%, hasta 30,7 millones.