La familia Escarrer tiene todo atado y bien atado desde que comenzó la sucesión en diciembre 2016, cuando Gabriel Escarrer Juliá dejó de ser presidente ejecutivo y cedió el testigo de la gestión a su hijo Gabriel que, en 2023 pasó a ser también presidente, mientras su padre fue nombrado presidente de honor.

Ahora, tras su fallecimiento, su viuda, Ana María Jaume, ha pasado a ostentar el 54,80% de los derechos de voto de Meliá Hotels Internationtal, tal y como ha informado el grupo en un comunicado remitido el jueves a la CNMV.

Ana María Jaume posee este 54,80% a través de Hoteles Mallorquines Consolidados, S.L. (24,365%), Hoteles Mallorquines Agrupados, S.L. (11,290%), Hoteles Mallorquines Asociados, S.L. (13,763%) y Tulipa Inversiones 2018, S.A. (5,388%).

Este movimiento, no obstante, no cambia nada, de tal manera que Gabriel Escarrer Jaume continúa como presidente y CEO del grupo. La familia, como hemos señalado antes, lo tiene todo previsto. Así, cuando fallezca Ana Maríá Jaume, se abrirá un periodo de cinco años durante los cuales los seis hijos del matrimonio (María Magdalena, Ana María, María Antonia, María Mercedes, Sebastián y Gabriel Juan) no podrán vender su participación sin el voto a favor de, al menos, el 80%.

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Será entonces cuando se tengan que poner de acuerdo para la sucesión más complicada: la que dará paso a la siguiente generación que, de momento, ya cuenta con más de 20 miembros… y subiendo. Ese es, de hecho, el mayor reto que afrontan las empresas familiares en general. Meliá, de momento, lo tiene claro.