Juan Roig, el hombre de Mercadona, ha movido piezas en el Comité de Dirección y ha hecho saltar todas las alarmas periodísticas. Sinceramente, no sé por qué pues lo suele hacer casi todos los años. En esta ocasión, lo más curioso ha sido la salida de Elena Tejedor, uno de sus ‘hombres’ de confianza, con muchos años en Mercadona y que ahora llevaba Relaciones Externas, que tiene su enjundia. Pero recuerden el caso de Juan Antonio Germán, su antecesor en el cargo, que un buen día dijo que no podía más y se marchó. 

Roig trata muy bien a su gente económicamente, pero les somete a un ritmo de trabajo que no todo el mundo aguanta. 

En cualquier caso, Elena Tejedor seguirá en la empresa Y no ha perdido ni un ápice de simpatía en la compañía.

Roig tiene 75 años, se encuentra bien de salud y no tiene la menor intención de pasar a ser clase pasiva. Pero lo cierto es que cualquiera de sus movimientos, por modesto que sea, provoca comentarios por doquier sobre su sucesión. Posiblemente es el empresario español de más éxito junto a Amancio Ortega y no tiene la menor intención de pedir perdón a la izquierda por ello. Lo mejor de su modelo empresarial es la sencillez de su objetivo: llenar la tripa. Y vaya sí lo ha conseguido, con más de un 25% de cuota de mercado en la distribución de alimentación. Y paga bien a sus empleados.

Cuando le hablan de sucesión, siempre repite lo mismo: El capital se hereda, la gestión no”. Además, tiene a sus cuatro hijas en el Consejo de Administración y en alguna sección de la empresa pero, miren por dónde, ninguna está en el comité de dirección. En ese comité, ahora ligeramente adelgazado, figuran cuatro nombres que conviene recordar: Rafael Berrocal, Paco Espert, José Jordá y Héctor Hernández. Precisamente, este último acoge lo que deja Tejedor y lo une a su función como director financiero de la compañía.

Si hacemos bueno lo que se supone que significan las palabras del propio Roig, que sus cuatro hijas se quedaran en la propiedad y que nombrará un consejero delegado que llevara la gestión, servidor apostaría por dos de sus cuatro nombres del comité de dirección: Jordá y Hernández. Activísimo el primero como activo también el segundo pero más pausado, a la hora de tomar decisiones. Ambos jóvenes, con mucha experiencia en Mercadona y con mucha cercanía al presidente. Ahora mismo, en el equipo directivo se considera que el CEO sale de dentro, Hernández y Jordá son los que tienen más probabilidades.

Pero no nos aceleremos. En primer lugar, porque Juan Roig no tiene la menor intención de retirarse y aún le quedan cinco años por delante. Digo esto porque ya saben ustedes que la edad de jubilación entre los ejecutivos españoles paso de los 65 a los 70, de los 70 los 75 y ahora es a los 80 cuando se considera que ya estás prejubilable. Este mojón podría cambiar mañana mismo y pasar a los 80, los 85 y luego los 90. Y si traducimos el tópico en la realidad, deberemos concluir que tenemos Juan Roig para rato.