El gran equívoco que reina en Telefónica es pensar que el asalto de Moncloa a la operadora se ha terminado con los cambios en la dirección: ahora, la teleco es como un apéndice de Ferraz y del PSC, pero, sobre todo es Telefo-Sánchez.

Y cuánto se equivocan los que piensan que en la mente del presidente del Gobierno anida la hipótesis de dimitir o de convocar elecciones. Bueno, esta última sí, pero las encuestas, por el momento, no lo aconsejan.

No, el proyecto sanchista de invasión de Telefónica se hizo con el silencio interesado de los árabes de STC, a los que bastante se les ha concedido con su entrada en el Consejo sin ser europeos. También se debe al apoyo silencioso del BBVA que, con tal de que el Gobierno le permita comerse al Sabadell y asegurar así el sillón de Carlos Torres, es capaz de apoyar cualquier locura. También, con las amenazas de castración de Criteria. Esos tres factores han hecho que  Moncloa haga y deshaga a su antojo en la operadora.

Cada día más, la gente ya no ve los telediarios, se informa a través de los blogs y de las redes sociales; la gente ya no ve programas de televisión, sino plataformas de ficción

Así, mismamente, Javier de Paz, el hombre de ZP en la casa, asegura que la orden de Moncloa consiste en el doblete: no sólo en que Telefónica financie La Séptima (ya saben, Tele-Pedro o Tele-Sánchez), proyecto del 'aprovechategui' de José Miguel Contreras, sino que, además, Telefónica debe comprar PRISA y expulsar a Joseph Oughourlian, el mutante que va por libre, y que ha osado hacer frente al gran Pedro Sánchez. De ahí el viaje a París de Óscar López y de Marc Murtra para visitar a Vivendi.

Javier de Paz ha mantenido en la vicepresidencia de Movistar+, molde del que sacar la nueva Telepedro, a Rosauro Varo, presunto pepero, aunque el único partido al que Varo rinde honores es al Partido de Rosauro. Pero la técnica es buena: el socialista pacta con el presunto pepero la tele realizada a mayor gloria de Pedro Sánchez, en pleno consenso político, claro que sí.

Y luego está lo de PRISA: Oughourlian se hace fuerte en PRISA y con ello encarece su precio de salida. Por cierto, recuerden que PRISA está en quiebra técnica y que una televisión implica una inversión millonaria sin ninguna garantía de éxito. Sobre todo porque la TV en abierto es cierto que está en la cúspide de su poder, en la mismísima cumbre... pero ya empieza a ir hacia abajo Su tiempo ha pasado.

Cada día más, la gente ya no ve los telediarios, o cada vez los ve menos, se informa a través de los blogs y de las redes sociales; la gente ya no ve programas de televisión, más o menos informativos y tendenciosamente 'formativos', sino plataformas de ficción.

Marc Murtra no debería permitir que Telefónica fuera la caja sin fondo que financiera una canal de TV a mayor gloria de Pedro ni que gaste su caja en comprar PRISA, una empresa en quiebra técnica... a mayor gloria de Sánchez. No representa a la SEPI sino al 100 por 100 de los accionistas

Volviendo a Telefónica... En política una semana puede ser una eternidad. Para una empresa, la calidad de un proyecto sólo se ve en el medio plazo... como poco. Por eso no es bueno utilizar las empresas para hacer política ni utilizar a los gobiernos para fortalecer las empresas.

¿Y todo esto es lógico? ¿Que Telefónica se gaste su dinero en lanzar una tele a mayor gloria del ególatra de Pedro Sánchez y que, además, compre PRISA, El País y la SER? Naturalmente que no. Es una locura, una ruina, que pagarán los accionistas de Telefónica (el 100 por 100 de los accionistas, señor presdiente, que usted sólo tiene el 10%).

El presidente Marc Murtra, así como la totalidad del Consejo de Administración, entre los que figura Javier de Paz, no deberían permitirlo. No parece ser esa la postura oficial de la compañía... y nunca mejor dicho lo de 'oficial'.