Moncloa se sirvió del BBVA para apoyar el cese de José María Álvarez-Pallete y el nombramiento de Marc Murtra, en Telefónica. En aquel momento, Carlos Torres presumió de mantener una “buena relación” con el Gobierno Sánchez -y con todos los gobiernos donde está presente el banco- y de ser un inversor leal en Telefónica.

Eran días felices para el presidente del BBVA, que se puso a disposición de Moncloa pensando que cambiaría de posición y le apoyaría en la OPA sobre el Sabadell. Pero no, Moncloa, o sea, Sánchez, no ha variado su parecer y sigue rechazando la fusión de ambas entidades, no por convicción sino por conveniencia.

Es más, lo que no quiere el Gobierno es tener que tomar una decisión, porque diga lo que diga va a molestar a alguien. O a Junts o al PNV. Y lo más importante: Salvador Illa, el barón más decisivo del Sanchismo, no puede quedar como el president que logró la vuelta a casa del Sabadell para luego entregarlo a los vascos del BBVA.

Por eso, desde el Ejecutivo apoyaron el borrador de acuerdo amistoso, adelantado por Hispanidad: si las dos entidades llegan a un acuerdo, nosotros no lo vamos a impedir.

Pero el acuerdo no prospera y Moncloa ha decidido que ya no necesita el 4,8% del BBVA en Telefónica ni a su consejero, José María Abril, actualmente uno de los vicepresidentes de la teleco. Quieren echar al BBVA de Telefónica, no vaya a ser que se revuelva contra ellos.

Por cierto, algo está cambiando porque, por vez primera en meses, las cotizaciones del BBVA y el Sabadell han roto el paralelismo, durante la mayor parte de la sesión bursátil de este viernes. Mientras el BBVA bajaba cerca a un 1%, el Sabadell mantenía subidas del 0,5%, aproximadamente, con un Ibex ligeramente en verde. ¿No será que el Sabadell está ganando el partido?