Dos muertes inesperadas, si es que la muerte puede ser esperada alguna vez. Javier Echenique, vicepresidente de Telefónica, murió a los 74 años de edad de un derrame cerebral fulminante. A su lado, el turco-catalán Isak Andic, de 71 años de edad, falleció en un accidente de montaña, a la que era muy aficionado.

Javier Echenique y José Ignacio Goirigolzarri se disputaron la consejería delegada del BBV. Ganó el segundo pero el primero creció como consejero de Florentino Pérez y de César Alierta

Toda la vida de Andic fue extraña y algo tiene que ver esto con su no-sucesión. No hablo de nada morboso, hablo de un senderista experimentado que se va con su hijo al monte en una zona donde hay que tener cuidado pero que no tendría por qué resultar mortal, que el pasado sábado no acudía con un acompañante experimentado sino con su hijo, quien se adelanta unos metros y sólo puede escuchar el ruido de un despeñamiento que hizo que su pobre padre cayera por un barranco de más de 100 metros de altura. En definitiva, un cúmulo de circunstancias adversas. Según comentan en Montserrat, no puede hablarse ni de imprudencia ni de temeridad, sólo de mala suerte.

Pero con ello se repite el drama de la empresa familiar española: no planificar la sucesión. Porque el desgraciado accidente de Andic sucede cuando aún no tenia planificado el reparto de poder entre sus tres hijos y con un CEO, Toni Ruiz, controlando la gestión, que no el mando, que hasta el último día fue cosa de Isak Andic.

Eso sí, Mango se encuentra en un espléndido momento empresarial. Eso ayuda, pero no decide una sucesión apenas iniciada.

Por su parte, Javier Echenique no era empresario sino directivo. Fallece a los 74 años por un derrame cerebral. En Telefónica se rompe el dúo 'los Javis' (Javier de Paz y Javier Echenique), pero el socialista Javier de Paz ya tiene asegurada su continuidad.

Todo en la vida de Andic resulta un tanto extraño: su muerte, también. Se repite el drama de la empresa familiar española: no planificó la sucesión

Ahora, lo peligroso son las alianzas en el núcleo duro. Dicho de otra forma, primero hubo un acercamiento entre árabes y Gobierno, ahora lo hay entre la SEPI y Criteria, mientras las relaciones entre Moncloa y Criteria siguen siendo tan buenas en el presente como peligrosas para el futuro próximo.

Los árabes deben pensar que los españoles estamos todos locos. Pero ojo, son expertos en aprovechar las divisiones del adversario.

Echenique era un navarro del norte, provasco, procedente de una de las familias típicas del PNV, incluso, como casi todos los navarros provascos, del sector más indepe, aunque nada que ver con los violentos de Bildu.

No tenía experiencia en banca, más bien era hombre de seguros que medró en banca industrial, corporativa, y en gestión de activos, pero no en banca al por menor, donde Goirigolzarri era el gran maestro.

Echenique mantuvo una pulso con Goiri, ese mismo que ahora podría presidir el BBVA tras su salida de Caixabank, y lo perdió. Goiri también procede de una familia peneuvista, pero más moderada. Ambos han tenido hermanos en el Gobierno de Vitoria pero, insisto, los nacionalistas vascos de Bilbao no necesitan mostrar su pedigrí nacionalista, los provenientes de la Navarra a 'okupar', sí.   

Total, que Javier Echenique y José Ignacio Goigolzarri se disputaron la consejería delegada del BBV. Ganó el segundo pero el primero abandonó la entidad bien indemnizado y creció como consejero de Florentino Pérez y de César Alierta. Sí, de ambos, porque ambos confiaban en él.

Más: en Telefónica, Echenique hizo amistad con el socialista Javier de Paz, el consejero eterno de la operadora. Les llamaban "los Javis". Y, como ya hemos informado, Javier de Paz tiene asegurada su continuidad en el cargo, llegará hasta los 18 años en el Consejo... y más allá, siempre amparado por Rodríguez Zapatero.

Ahora mismo, el complejo industrial español es un páramo que sobrevive, a duras penas, entre las colonizaciones norteamericana y china y la nacionalización encubierta de empresas, lanzada por Pedro Sánchez

En esa relación curiosa entre ZP y Pedro Sánchez, el segundo es hijo del primero, de todo su guerracivilismo, continuador y ampliador del proyecto ZP de descristianización de España y futura III República, pero Sánchez aunque agradece la actitud de Zapatero, que seguirá apoyando al presidente hasta cuando este haya enloquecido definitivamente, le hace caso sólo lo suficiente. Pues bien, una de las cosas en que Sánchez está haciendo caso a ZP es en que su amigo y antaño vecino Javier de Paz, continuar en el cargo, aunque sea a costa de Carme Artigas.

Respecto al Consejo... la muerte de Javier Echenique provoca una vacante que puede ser cubierta por el representante de los árabes, a los que nunca se debió dejar entrar en el Consejo y, para cumplimentar todos los protocolos, la representante de STC que sustituya a Echenique podría ser una mujer árabe. ¿Que Bin Salman no haría eso? ¿A que sí y con mucho gusto? Sería la forma de acreditar que el guardián de La Meca nada tiene contra las mujeres. Por supuesto que no. Yo diría que Salman es feministo.

Han muerto Javier Echenique e Isak Andic: dos empresarios muy distintos que confluyen en una misma conclusión: vivimos un final de ciclo... también en la clase empresarial y directiva española. No es que fuera una clase dirigente sencillamente estupenda, se lo aseguro, pero me preocupa que, fuera buena o mala, no parece tener relevo. Ahora mismo, el complejo industrial español es un páramo que sobrevive, a duras penas, entre las colonizaciones norteamericana y china y la nacionalización encubierta de empresas, lanzada por Pedro Sánchez.

A lo mejor es bueno, que ya saben que la gran empresa es un barco extraño, que siempre hace aguas por su parte superior.