La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha publicado hoy un informe sobre ‘Deuda Global 2024’ que “examina los mercados de bonos soberanos, corporativos y sostenibles, brindando información sobre las condiciones actuales del mercado y las consideraciones de política asociadas, incluidos los posibles riesgos para la estabilidad financiera”, en palabras de la propia Organización. 

Se trata de su primer informe sobre la deuda mundial, en el que afirma que las emisiones de deuda soberana de los 38 países de la OCDE van a alcanzar este año los 15,8 billones de dólares, un nuevo récord, que supone un 45% más respecto al año 2019 (antes de la pandemia) y un 25% más que en 2022. 

Cabe recordar que el anterior récord se alcanzó el año 2020, con una deuda total de 15,4 billones, motivada en gran parte por la pandemia del Covid que llevó a los países a endeudarse más. 

Ahora bien, esos 15,8 billones de dólares de deuda total de los países de la OCDE se va a deber en gran parte a que se tendrán que refinanciar los bonos que vencen este año 2024. Y no tanto a las nuevas emisiones de deuda (que alcanzarán los 3,2 billones de dólares, frente a los 3,6 billones en 2022 y los 7,3 billones de 2020). 

En cuanto al volumen total de deuda de los 38 países de la OCDE, el año pasado alcanzó los 54 billones de dólares (la OCDE prevé que este año alcance los 56 billones, 30 billones más que durante la crisis financiera de 2008). Por países, el año pasado, EEUU tuvo la mitad de esa deuda de 54 billones (el 50%). Mientras que la UE tiene el 20%, Japón el 16%, el Reino Unido el 6% y el resto de los miembros el 9%.

Respecto al peso de la deuda pública en relación al PIB, el año pasado la deuda pública de la OCDE supuso el 83% del PIB del conjunto (lo que equivale a un aumento de 30 puntos porcentuales desde la crisis financiera)

Acerca de quién se ha quedado esa deuda, el informe asegura que el 30% del peso de la deuda en relacion al PIB de los miembros de la OCDE la tienen los bancos centrales (que se han dedicado a comprar deuda soberana). 

Ahora bien, según el informe, esos mismos bancos centrales quieren vender una parte de esa deuda, lo que significa que los mercados deberán hacerse con una cantidad récord de bonos (teniendo en cuenta que los inversores privados miran mucho más la rentabilidad). Y todo ello, según la OCDE, influirá en el mercado de la deuda corporativa, pudiendo producirse algunas tensiones en las condiciones financieras.

En cuanto a la deuda de las empresas, la OCDE explica que ha alcanzado 33,6 billones de dólares el año pasado (en 2008, año de la crisis financiera, ascendía a 21 billones de dólares). 

Buena parte de la deuda de las empresas la tienen las chinas, con casi un quinto del total durante el año pasado (frente al 1% que tenían en 2008). 

En definitiva: ¿nos dirigimos a una peligrosa burbuja de deuda que cuando estalle haga descarrilar la economía mundial y liquide el estado del bienestar?

Relacionado