Francisco Reynés, presidente y CEO de Naturgy, manda aviso a algunos accionistas (CVC, GIP-BlackRock y Sonatrach) / Foto: Pablo Moreno
Este martes, Naturgy ha dado a conocer sus resultados semestrales, que han sido buenos al consolidar las cifras récord del mismo periodo de 2023, y que le han permitido mejorar las perspectivas anuales. Esto último ha sido premiado por los inversores: la cotización ha cerrado con una subida del 1,276%, casi el doble que la del Ibex (+0,618%). En la rueda de prensa, el presidente y CEO, Francisco Reynés, ha sido bastante claro con algunos accionistas, en especial con CVC, GIP-BlackRock, que se quieren ir, y con Sonatrach, que podría elevar su participación: “El que quiera entrar o subir en el capital, bienvenido, y el que quiera salir, pues buena suerte”.
Como saben, los fondos CVC y GIP (ahora comprado por BlackRock) quieren salir del capital de la energética, aunque el primero tiene más prisa que el segundo, y nunca hay que perder de vista al australiano IFM, que no pone las cosas fáciles. Dentro de estos movimientos, el fondo GIP-BlackRock está dispuesto a venderle un 17% a Sonatrach, la empresa estatal argelina de hidrocarburos, que actualmente posee el 4,1% del capital, y con la que acaba de cerrar un nuevo acuerdo para el precio del suministro de gas de 2024. A pesar de que el contrato con Sonatrach incluía una cláusula trianual, recuerden que en los últimos se está negociando de forma anual (y en esto no fue de ayuda la crisis diplomática con Argelia que provocó el Gobierno Sánchez al cambiar su postura sobre el Sáhara Occidental para contentar a Marruecos). Eso sí, Reynés ha sido bastante diplomático y ha referido que “si el mercado lo permite se volverá a esas condiciones”, y además, el acuerdo de 2024 ha sido mejor que los de 2022 y 2023 porque se ha cerrado a mitad de año y no al final, y ahora tienen “una ventana amplia y cómoda de seis meses”, en palabras del secretario del Consejo, Manuel García Cobaleda, para los precios de 2025.
Tras los buenos resultados semestrales obtenidos, Reynés ha confirmado que mantiene la renuncia a su bonus de largo plazo (17,5 millones de euros) porque “valoro mucho más mi libertad que mi dinero” y para “en el entorno de cualquier oferta solicitada y no solicitada poder opinar sin ningún tipo de conflicto de interés”. Además, considera que no es un tema que afecte al día a día de la energética, porque en la última Junta de Accionistas, la gestión se aprobó por un 99,1% y en todas las actas del Consejo (más de 100 reuniones desde 2018) “no ha habido ninguna propuesta que no haya sido aprobada por unanimidad”.
El presidente y CEO de Naturgy ha subrayado que el supuesto interés de Taqa, una energética de Abu Dabi, “no era una operación industrial sino una reestructuración accionarial” (conversaciones con Criteria Caixa, que al final se frustraron por la traición de IFM), pero en ese contexto, “la compañía ha segundo funcionando y se ve en los resultados el trabajo de un gran equipo trabajando a contracorriente. La profesionalidad se ha impuesto a los sentimientos”. Eso sí, ha recordado que los miembros del Consejo deben “olvidar a quien representan y moverse por el bien de la compañía”, ¿lo habrán oído bien Javier de Jaime (CVC) y Jaime de Siles (IFM)?
Y respecto a la posible entrada del intervencionista Gobierno Sánchez en el capital, Reynés ha dejado claro que “ni se nos han dirigido el Gobierno ni la SEPI con ninguna intención de participar en el accionariado”. Y por si era necesario, ha añadido que “ya manda mucho por la regulación”.
Reynés ha dejado claro que “ni se nos han dirigido el Gobierno ni la SEPI con ninguna intención de participar en el accionariado”. Y por si era necesario, ha añadido que “ya manda mucho por la regulación”
Al hilo de las cifras semestrales, Naturgy ha obtenido un resultado bruto de explotación (ebitda) de 2.846 millones, que se ha mantenido (-0,1%) respecto al de hace un año; y el resultado neto se ha situado en 1.043 millones (+0,2%), todo ello con un escenario de precios energéticos (luz y gas) inferiores. Asimismo, las inversiones han crecido un 11,7%, a 937 millones, y la deuda neta ha descendido un 2,1%, a 11.838 millones. Ante estas cifras, Naturgy ha elevado sus previsiones anuales a un ebitda de más de 5.300 millones y un resultado neto de 1.800 millones, por encima de lo estimado por el consenso de analistas (4.900 millones y 1.700 millones, respectivamente), y con unas inversiones de 2.600 millones, aquí sí en línea con los analistas. Además, ha anunciado que el resto de año trabajarán en el lanzamiento de un nuevo Plan Estratégico 2025-2030 que tendrán listo a finales de año, donde tendrán que “ambiciosos y atractivos, pues vemos la descarbonización como algo imparable y que tiene que incorporar todo tipo de soluciones tecnológicas y recursos para afrontar el trilema energético (crecer de forma sostenible, seguridad de suministro y precios competitivos)”. Sobre dicho Plan aún no puede dar pistas de dividendo ni de inversión, pero sí ha referido que tendrá seis direcciones y al cliente en el centro: redes, generación eléctrica renovable, aumento de los gases renovables en el mix (sobre todo, biometano), mantenimiento de los ciclos combinados, garantía del suministro gasista y desarrollo de soluciones de almacenamiento.