Navantia sigue sin salir a flote y contribuye a lastrar la SEPI, de la que forma parte. Y es que ha elevado sus pérdidas un 25,7%, como se ha visto en sus resultados de 2023, y también tiene algo de atasco en producción... mientras crece en pedidos para la eólica marina y está a la espera de hacerse con un contrato millonario en Canadá para renovar su flota de submarinos.

La empresa pública de construcción y reparación de buques, fragatas, portaaeronaves, submarinos y patrulleros ha aumentado sus ingresos sólo un 7%, a 1.434 millones de euros, en 2023. Sin embargo, esto no ha impedido que elevara las pérdidas un 25,7%, a 121,85 millones, debido, principalmente, al aumento de los gastos financieros por los mayores tipos de interés.

Desde abril de 2021, el ingeniero agrónomo 'andaluz' (aunque nació en Madrid) Ricardo Domínguez preside Navantia, siendo el tercero desde que Pedro Sánchez llegó a La Moncloa, tras Susana de Sarriá y Belén Gualda

Cifras que no son buenas para la empresa que preside el ingeniero agrónomo Ricardo Domínguez (54 años) desde el 6 de abril de 2021, siendo el tercero desde que Pedro Sánchez llegó a La Moncloa en 2018 y que también procede de la cuota andaluza que lidera la actual vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús (Marisu) Montero. De hecho, Domínguez embarcó en Navantia para sustituir a la también andaluza Belén Gualda (quien ascendió a presidir la SEPI), dejando su puesto de director gerente de la Fundación Patrimonio Comunal Olivarero. Antes de Navantia y de dicha Fundación, Domínguez había trabajado como número dos de la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía, viceconsejero de Medio Ambiente, gerente del Campus de Excelencia Internacional Agroalimentario, director de gabinete en el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino con Rosa Aguilar, director general de Portección Alimentaria, asesor técnico de la Consejería de Agricultura de Andalucía y en la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG).

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Los resultados de Navantia tienen una destacada contribución en los de la SEPI. De hecho, el holding público que dirige Gualda y que depende del Ministerio de Hacienda (o sea, de Marisu) ha tenido unos ingresos récord de 5.908 millones (+12,5%), gracias principalmente a la mayor actividad de Tragsa (+31,21%), superando los crecimientos de Correos (+7,65%) y Navantia (+6,86%). Recuerden que la empresa pública de servicio postal que ahora preside Pedro Saura, tras la desastrosa gestión de Juan Manuel Serrano (otro amigo de Sánchez bien colocado) es la mayor aportadora de ingresos a la SEPI, en concreto un 26% del total; seguida de Tragsa (29%) y Navantia (24%). Por su parte, en resultado ha sido sólo de 10 millones, lo que supone un hundimiento del 93,7% desde la llegada de Gualda, aunque no todo se debe a su gestión, sino a la evolución de sus 14 participadas mayoritarias (Correos, principalmente, seguida de Navantia y Tragsa) y a la de 10 minoritarias (Indra, Redeia, Telefónica, Ebro Foods, Hispasat, Enagás, Airbus e IAG, entre otras). 

Ricardo Domínguez es un ingeniero agrónomo no como Esteban García Vilasánchez, que fue apartado con la llegada de Pedro Sánchez a La Moncloa en julio de 2018, pese al contrato de las cinco corbetas saudíes... y un año después le ficho la empresa militar Saudi Arabian Military Industries (SAMI) para dirigir su nueva división naval

Pero ojo, porque Navantia tiene una cartera de pedidos acumulada de 8.214 millones, un 11% superior a la de 2022, a la que debe hacer frente, después de haber firmado nuevos contratos por importe de 1.746 millones en 2023. Esto supone cierto atasco en la producción y no se puede perder de vista que ahora esta presidida por un ingeniero agrónomo y no por un ingeniero naval, como sí fue el caso de Esteban García Vilasánchez, que presidió la empresa pública constructora de barcos entre abril de 2017 y julio de 2018, hasta que Sánchez llegó a Moncloa... y en agosto de 2019 fue fichado por Arabia Saudí, en concreto, por la empresa militar Saudí Arabian Military Industries (SAMI) para dirigir su nueva división naval. Actualmente, García Vilasánchez gestiona la parte saudí de los buques que se construyen en San Fernando (Cádiz) para el reino de Mohamed Bin Salman..., y conviene recordar que fue quien cerró y firmó el contrato que adjudicaba a Navantia la construcción de cinco corbetas para Arabia Saudí.

En paralelo, se ha conocido que Navantia, junto a Windar, construirá 21 piezas para el parque eólico marino Windanker de Iberdrola. Es cierto que no es la primera vez que trabaja para el sector de las energías renovables, pero quizá debería priorizar otros proyectos dada su elevada cartera de pedidos pendientes. Y en el entretanto, opta a un contrato millonario con Canadá para renovar su flota de submarinos... algo que por lo menos sí forma parte de su especialidad original y no de su apuesta de diversificación.

Y no se pueden olvidar los contratos que Navantia recibe del Ministerio de Defensa español y de alguno ha presumido mucho, cómo no, Pedro Sánchez