La progre y blasfema Netflix no deja de sorprender... y se mantiene a la contra. Y es que no renuncia al woke (mientras la lista de las que sí lo hacen sigue creciendo y ya figuran McDonald’s, Disney, Walmart, Toyota, Ford, Harley-Davidson, Jack Daniel’s y John Deere-, entre otras), ni tampoco al adoctrinamiento de niños (o “corrupción de menores”, según el líder de Vox, Santiago Abascal) ni a burlarse de los cristianos.

Por si esto no fuera bastante, la plataforma de ‘streaming’ quiere que cambies de televisiónseguirá subiendo precios. Por ahora, lo hará en EEUU, Canadá, Portugal y Argentina; tras haberlo hecho en España e Italia el pasado octubre. Y todo ello a pesar de los récords de ingresos, beneficio y suscriptores que ha registrado en los resultados de 2024 que recientemente ha publicado... y que han sido muy aplaudidos por los inversores: su cotización ha subido más de un 11%. Así ya acumula una revalorización del 98,7% en el último año y del 8,8% en lo que va de 2025.

Relacionado

Eso sí, Netflix mantiene una deuda a largo plazo muy elevada... que no se permitiría a otras muchas compañías. Dicho apalancamiento ha cerrado 2024 en unos 13.240,97 millones de euros, ligeramente por debajo de la del año anterior (13.572,66 millones).

La plataforma de ‘streaming’ ha aumentado sus ingresos un 15,6% en 2024, hasta unos 37.425,6 millones. Por su parte, el beneficio operativo ha ascendido a 9.996 millones; el margen operativo ha crecido más de 6 puntos, pasando del 20,6% al 267%; y el beneficio neto se ha disparado hasta 8.359 millones. Unas cifras récords donde han tenido bastante que ver los 301,63 millones de suscriptores (41 millones más que el año anterior) que ya tiene... y que en parte se deben al fin de las cuentas compartidas, así como las continuas subidas de precios, la publicidad incluida en los planes baratos y el éxito de varios contenidos, destacando: las series Miércoles, Stranger Things o El juego del calamar; las películas La sociedad de la nieve, Orion y la oscuridad, El lugar de otra o Equipaje de mano; y algunos eventos deportivos en directo (el combate de Jake Paul contra Mike Tyson y dos partidos de la NFL el día de Navidad son algunos ejemplos). 

Relacionado

Netflix, bajo las riendas de su cofundador y activista woke Reed Hastings (quien el 19 de enero de 2023 pasó a presidente ejecutivo) y de dos CEOs (Ted Sarandos y Greg Peters), no renuncia al último meneo ideológico del Nuevo Orden Mundial (NOM) y de la progresía: el movimiento woke. Pero no sólo eso, sino que tampoco renuncia al adoctrinamiento de niños ni a seguir burlándose de los cristianos. Y ojo, porque no es amiga de Donald Trump: no hay que olvidar que Hastings declaró su apoyo a la demócrata Kamala Harris el pasado verano y que en el catálogo hay contenido contra el presidente de EEUU, como la serie Trump: An American Dream (Trump: Un sueño americano) -donde amigos, partidarios y detractores cuentan la historia del magnate y de cómo ejemplifica el sueño americano al convertirse en presidente contra todo pronóstico (en alusión a su primer mandato entre 2017 y 2021)- y también se alude a la serie Borgen para poder entender mejor su interés por Groenlandia. Asimismo, cabe recordar que en 2019, Netflix chantajeó al Estado de Georgia, hablando de reconsiderar su inversión si entraba en vigor una ley que restringía el aborto -la conocida como ley del "latido del corazón", que prohíbe interrumpir el embarazo después de las seis semanas de gestación-. Y otro ojo, porque los católicos van a tener un gran papel en la nueva Administración Trump-Vance en EEUU. 

Cabe destacar que Trump, tras su toma de posesión como presidente de EEUU, ha iniciado la revolución del sentido común: Dios vuelve a entrar en el relato... y se recuerda lo evidente, como que únicamente hay dos sexos (hombre y mujer). Al hilo de esto último, no olviden que Netflix se ha aprovechado del éxito que está teniendo la serie mexicana El secreto del río, con la que puede promover el progresismo, la ideología de género y la agenda woke. Su trama se centra en la amistad entre dos niños, Manuel y Erik, quienes descubren un oscuro secreto que ha permanecido oculto durante generaciones… y se hace un enfoque en el pueblo indígena zapoteca. En concreto en las muxes, personas que son asignadas al sexo masculino al nacer, pero que asumen roles de género que tradicionalmente se consideran femeninos, pero no se trata de personas trans sino que son reconocidas como un tercer género. ¡Prrrr! 

Sin embargo, la plataforma sigue a lo suyo... y continúa apostando por el adoctrinamiento de niños a través de sus contenidos, especialmente los animados. Entre algunos ejemplos: mostró un niño con tutú, tiara y papis homosexuales en Calle Cocomelon; o un bisonte no binario que muestra en los dibujos animados Ridley Jones, la guardiana del museo. Al mismo tiempo, en algunas ocasiones mezcla adoctrinamiento y burla de los católicos, como en el mensaje ‘No creo en Jesús’ en vídeos infantiles o en la reciente película That Christmas (Aquella Navidad). En esta última, se tilda a Jesucristo de un tipo un poco hípster que hoy no contaría su historia (la cual se narra en la Biblia) tal cual ocurrió sino como un festival divertido, multicultural y vegetariano, como explica en un vídeo la periodista Elena Berberana, y en el que también se hablaría de cambio climático. Por ello, en dicha película se puede ver cómo se pastorean verduras en lugar de animales, a tres mujeres sabias y no a los Reyes Magos, a la Virgen María cantando una canción de Madonna sobre la decisión de abortar o no, y una sandía emulando el embarazo y luego al niño Jesús y como si este fuera abortado. 

Relacionado

Pero ojo, al mismo tiempo, Netflix ha lanzado una película no animada sobre la Virgen titulada María, con razones para verla y para no hacerlo, como ya explicó Religión en Libertad

En paralelo, la plataforma está bajo la lupa fiscal en Francia y Países Bajos. También acumula unas cuantas polémicas, como la cancelación de la película Sonido de libertad que carga contra la trata de niños; las críticas de Georgia Meloni, primera ministra de Italia, por su promoción de la droga; o el pinchazo de La reina Cleopatra afrodescendiente. Además, como otras plataformas, quiere sacar tajada del morbo que generan los crímenes reales (por ejemplo, con El caso Asunta y Homicidio: Los Ángeles), pero en España, esto le puede salir algo caro... por la demanda que puso la expolicía Rosa Peral contra Netflix y la productora de la serie de El cuerpo en llamas, Arcadia, por vulneración de sus derechos y los de su hija. Dicha serie trata sobre el denominado ‘crimen de la Guardia Urbana’, por el que Peral fue condenada a 25 años de cárcel por asesinar, junto a otro exagente, a su expareja.

Netflix también ha contribuido al blanqueamiento de la banda terrorista ETA al incluir en su catálogo No me llame Ternera (documental de Jordi Évole donde entrevista al etarra Josu Ternera) y ha lanzado un documental sobre ‘La Manada’.

Relacionado

Claro que no siempre le va bien con el woke y tanto progresismo, porque las feministas se cabrearon con la plataforma tras la nominación de un trans a mejor actriz de reparto. Ya saben que estamos en pleno reflujo, pues la barbaridad trans ya ha provocado recelos en el apoyo que muchas compañías brindaban hasta ahora al lobby gay: así se ha podido ver, por ejemplo, en los bancos españoles Santander, BBVA y Caixabank.; así como en Toyota, Ford, Harley-Davidson, Jack Daniel’s, John Deere... y hasta en Disney. 

Relacionado