Estamos dejando de ser un país de propietarios para convertirnos en un país de inquilinos... porque sólo pensamos en nosotros mismos, no en formar una familia, que supone compromiso y entrega. Mientras, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo presentaba hace 48 horas una proyecto fiscal que conllevará la subida de impuestos -en un país sometido a un altísimo y esterilizante esfuerzo fiscal- y ocultando como puede a Bruselas un sistema de pensiones públicas quebrado, en una sociedad española radicalmente envejecida y donde el sueño del español, desde su edad más joven, parece ser el de alcanzar la jubilación cuanto antes. Desde luego, su sueño no parece el emprendimiento. A lo peor, también, porque no tiene nada, sobre todo nadie, por lo que luchar.

El mayor acto de patriotismo del español actual consiste en ser padre: Sin embargo, el poder se apuntado a la extinción de España. Al parecer, es lo democrático: no tenga hijos, sólo perros

Nuestro problema es que hace tiempo que dejamos de ser un país de familias numerosas, que durante décadas se entendió como aquéllas que tenían al menos cuatro hijos por mujer para ser hoy un país, en el mejor de los casos, de parejas sin hijos cuando no monoparentales con gato.

Pero la capacidad de Sánchez para convertir la aberración en virtud es grande, demasiado grande. Así, no habrá salario maternal. Es decir, no habrá hijos. El presidente del Gobierno asegura que el 77% de los españoles no quieren tiene más hijos por problemas económicos. Sánchez dice que por qué no quieren, y me temo que en parte tiene razón -nos hemos vuelto egoístas- pero no tiene toda la razón. El salario maternal, un salario a la madre por cada hijo que tenga, aumentaría la natalidad, seguro. Un salario digno, no una ayudita y no hasta los 3 años, sino hasta los 18. ¿O es que cuando cumplen tres años de edad los niños dejan de comer?

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El mayor acto de patriotismo del español actual consiste en ser padre. Sin embargo, el poder se apuntado a la extinción de España, al parecer, es lo democrático, según Sánchez quien considera que todo demócrata debe respetar la decisión de cambiar al hijo por la mascota.

Sánchez, por tanto, niega el salario maternal y defiende la esterilidad así como el llenado del vacío subsiguiente por emigrantes. Pero de entrada, éstos no podrán pagar nuestras pensiones. De salida, caerá en picado el nivel de vida conseguido durante tres generaciones, desde el final de la Guerra Civil.

Sánchez renuncia al salario maternal y defiende la esterilidad así como el llenado del vacío subsiguiente por emigrantes. Pero de entrada, éstos no podrán pagar nuestras pensiones. De salida, caerá en picado el nivel de vida conseguido durante tres generaciones, desde el final de la Guerra Civil

Recuerden que uno de los asombros más repetidos en las calles de España, sobre todo  por la gente talludita es el de que ésta es la primera generación que vive peor que sus padres. Pues eso.

Y ya saben: si quieren acabar con el Sanchismo y todo lo que el Sanchismo significa, tengan hijos. Entre otras cosas porque el principal problema de la esterilizante e imperante ideología de género es que no durará mucho más que una generación: no tienen hijos, sólo perritos y gatitos.

El mundo es de los padres de familia numerosa. También porque ellos sí tendrán hijos que les cuiden y nietos que les consuelen. Pero para eso, hay que instaurar el salario maternal.