Decíamos ayer, que Borja Prado actual presidente -ideológicamente ejecutivo, gerencialmente pasivo- de Mediaset España, quería sustituir a José María Álvarez Pallete como presidente de Telefónica

Lo que no sabíamos entonces es lo que propone Prado para abordar lo que ahora mismo parece imposible, y sin contar ni con el entusiasmo de su jefe actual, Silvio Berlusconi ni con el de La Moncloa, que siempre puede presionar en toda empresa dependiente de la regulación: y la banca, las energéticas y las telecos, lo son. 

Es decir, ¿qué puede ofrecerle Prado a Sánchez en este año electoral? Puede ofrecerle Tele 5 y Cuatro, ciertamente, pero eso es algo que Moncloa ya posee. Sin embargo, si algo sabe hacer Prado es sobrevivir a todo tipo de crisis a costa de duplicar la apuesta. En otras palabras, lo que ahora le ofrece Prado a Sánchez consiste en que, si le ayuda a ser presidente de Telefónica o al menos a hacerse con los activos mediáticos y los activos financieros de la operadora, él se encargará de regresar al esquema Juan Villalonga Navarro: fusionar telecos y medios hasta alcanzar... el radiante fracaso que cosechó Villalonga: ojo, todo hay que decirlo, con el apoyo, en su momento, de José María Aznar. Aquel glorioso proyecto acabó con los medios quebrados y si aquella quiebra no se entierra habría arrastrado a la propia operadora.

Por el contrario, Pallete intenta librarse de toda relación con PRISA... y todavía no lo ha conseguido del todo

En cualquier caso, la fusión de activos o total -¿por qué no?- de Telefónica y Mediaset se haría a mayor gloria del Gobierno, naturalmente.

Eso sí, por ahora, Prado intenta lanzar su campaña desde Mediaset y promete que va a reformar Tele 5 y Cuatro. Consiguió tumbar a Paolo Vasile en Mediaset España y se mantuvo en la Presidencia, a pesar de haber fracaso en la función para la que fue fichado por Berlusconi, gracias a los muchos contactos de Prado en Italia. No olviden que Prado dirigió Mediobanca España durante una década, hasta su salida en 2017.

Ahora bien, la plataforma audiovisual paneuropea de Berlusconi sigue sin constituirse. Prado no tiene ninguna posición de salida para convertirse en presidente deTelefónica, sector en el que, por cierto, no tiene experiencia alguna. Pero el fuerte de ese hombre es eso: sumar dos previsibles fracasos con la promesa de conseguir un éxito consolidado, siempre con la promesa de la ayuda externa, la promesa de un socio industrial y de una inversión sobrante. Lo mismo hizo cuando aspiró a presidir Repsol de la mano de Pemex y ya sabemos cómo acabó aquello.

La baza de Borja Prado para su proyecto es que le ha ofrecido la salvación a un hombre histerizado por la posible pérdida del poder: un tal Pedro Sánchez

Entonces, ¿tiene Prado alguna posibilidad de conseguir su propósito de presidir Telefónica y, al mismo tiempo, Mediaset España e incluso fusionar activos y actividades de ambas compañías? Sí, tiene una: que consiga convencer a Pedro Sánchez, un ególatra verdaderamente neurotizado en este año electoral. Ahora mismo, el presidente del Gobierno es un hombre que teme perder el poder, a pesar del aborregamiento del primer partido de la oposición con Feijóo al frente. Y sobre todo, el presidente del Gobierno no acepta que su persona ya no suma, resta. Eso es lo que Prado le promete que puede cambiar si le ayuda a reflotar Mediaset y, si no a presidir Telefónica, al menos pretende hacerse con los activos mediáticos y los activos financieros de la operadora.   

En algo se parecen Sánchez y Prado. El uno en política y el otro en el mundo empresarial, ambos practican el modelo de gestión-bicicleta: si dejas de pedalear, te caes. El proyecto de Borja Prado, extraordinariamente complicado, servirá al menos para... seguir pedaleando.