El Tesoro no deja de vender deuda y, por lo tanto, de endeudar a todos los españoles
El Tesoro Público ha colocado este jueves 4.492,732 millones de euros en una subasta de bonos y obligaciones del Estado, con una demanda que ha ascendido a los 8.008,8 millones de euros.
En concreto, en la emisión nueva de bonos del Estado a 5 años, ha captado 2.385,447 millones de euros, con un tipo de interés marginal del 2,755 por ciento.
En obligaciones del Estado indexadas a la inflación con una vida residual de 9 años y un mes, ha adjudicado 495,125 millones, con una rentabilidad de 1,112 por ciento (frente al 1,218 por ciento de la emisión anterior).
Y en las obligaciones del Estado a 30 años, ha subastado 1.612,130 millones de euros, con una rentabilidad del 3,881 por ciento (frente al 3,860 por ciento de la pasada emisión).
Así las cosas, la deuda pública española no para de subir y ya se sitúa en los 1,626 billones de euros en el segundo trimestre (frente a los 1,613 del primero), lo que representa el el 105,3% del PIB de España (frente al 109% del primero) y muy lejos del 60% del PIB que pide Bruselas.
Y encima, el Gobierno Sánchez vende estas cifras como un éxito. De hecho, el ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, no deja de presumir de bajar deuda…
Sin embargo, la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, no opina lo mismo sobre la elevada deuda pública de los países, como destacó en un reciente discurso: “El panorama se vuelve más preocupante debido a la elevada y creciente deuda pública, mucho más alta que antes de la pandemia, incluso después de la breve pero significativa caída de la relación deuda y PIB a medida que la inflación elevaba el PIB nominal". Y añadió: "Los gobiernos han de trabajar para reducir la deuda y recomponer los márgenes de maniobra para hacer frente al próximo shock, que seguramente llegará, y posiblemente antes de lo que esperamos. Hay que consolidar los presupuestos, de forma creíble, pero gradualmente, en la mayoría de los países. Esto implicará tomar decisiones difíciles sobre cómo incrementar el ingreso y mejorar la eficiencia del gasto público, dando prioridad, al mismo tiempo, a la formulación de políticas que sean claras para así lograr la confianza de los ciudadanos”.