Andoni Ortuzar (62 años) gana, por ahora, pues el pasado domingo anunció que optará a un cuarto mandato como presidente del PNV. Cabe recordar que el periodista vizcaíno se metió en política hace ya bastante y lleva 12 años al frente del Euzkadi Buru Batzar (el comité ejecutivo nacional del PNV). Lo que ocurre en dicho partido no es baladí, sino que influirá en empresas como BBVA, Iberdrola, Telefónica, Repsol, Indra, Sapa, ITP Aero... y también en el Gobierno central, porque sus cinco diputados en la Cámara Baja en muchas ocasiones son clave para sacar o tumbar algunas medidas.

Eso sí, la decisión sobre el nuevo presidente del PNV está en manos de la militancia, por supuesto. Los nacionalistas vascos elegirán al nuevo presidente de dicho partido en su novena Asamblea General, que tendrá lugar los días 29 y 30 de marzo en San Sebastián. “Toca ahora escuchar las propuestas que salgan de nuestros ‘batzokis’ (las sedes sociales de los nacionalistas). Yo estoy a disposición de este partido para lo que se necesite”, ha señalado Ortuzar en una carta dirigida a la militancia. Eso sí, en algunos de esos ‘batzokis’ ya han surgido otros nombres: el bilbaíno Aitor Esteban (62 años), licenciado en Derecho y que ejerció de profesor universitario, pero desde 2004 (cuando se hizo con un escaño en la Cámara Baja) es más conocido como político y desde el 18 de diciembre de 2012 se convirtió en portavoz parlamentario del PNV; y el ingeniero técnico industrial Eneko Lekue (44 años), concejal en Echévarri (Bilbao).

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Cabe referir que la normativa interna del PNV permite a las bases proponer cualquier nombre... y si un candidato vence en tres ‘batzokis’ municipales puede optar a competir por la presidencia. La semana pasada, Esteban señaló que “es un honor ser presidente del PNV” y ha subrayado que “nadie se presenta aquí, son las afiliadas y los afiliados los que, en dos vueltas de votación, primero proponen y después votan finalmente cuál es la decisión más acertada”. Por el momento, Lekue cuenta con el apoyo de buena parte del sector que impulsó a Gorka Urtaran en las elecciones territoriales de Álava y de David Salinas-Armendariz, quien optó a liderar el comité ejecutivo del PNV en Vizcaya), según informa Naiz.

En los distintos ‘batzokis’ ya se están haciendo votaciones. Ortuzar parte como favorito y ya ha recibido el mínimo de apoyos necesarios para pasar a la segunda vuelta, que comienza el próximo 10 de febrero. Eso sí, las bases de Guipúzcoa proponen a Esteban como rival de Ortuzar... y el portavoz en la Cámara Baja ya ha ganado en cuatro ‘batzokis’, mientras Lekue ha salido con victoria del municipio guipuzcoano de Eibar.... y su paso a la segunda vuelta se da casi por seguro.

Tanto la renovación de Ortuzar al frente del PNV como la opción (menos posible, eso sí) de un nuevo presidente se notará en muchas empresas: BBVA, Iberdrola, Telefónica, Repsol, Indra, Sapa e ITP Aero, entre otras.

En el caso de BBVA, ahora inmerso en ver si gana y sale adelante su OPA sobre el Sabadell... o fracasa, pues cada vez se va complicando más. Cabe destacar que Ortuzar apoya la operación debido a que permitiría que el banco vasco fuera más grande y encima se comería a un banco catalán, por tanto los nacionalistas vascos podrían presumir ante los nacionalistas catalanes.

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En Iberdrola, se piensa erróneamente que es la mayor contribuidora a la Hacienda vasco y que el PNV sólo tiene dos amigos: Carlos Torres, presidente de BBVA; e Ignacio S. Galán, presidente ejecutivo de la eléctrica. Sin embargo, no hay que olvidar que este último se lleva bastante bien con Ortuzar... y hasta fichó a su hija, la influencer Garazi Ortuzar. Eso sí, recientemente Galán ha rendido pleitesía a Alberto Núñez Feijóo, líder del PP,... y precisamente el PNV se ha unido al PP y a Junts para tumbar el impuestazo energético. Claro que en Davos (Suiza), Galán no ha dado plantón en la reunión de Pedro Sánchez con empresarios españoles, como hizo hace unos años,... aunque es verdad que marcó algo de distancia física. Y no olviden que unas horas después, ha defendido, ahora sí, directamente, el mantenimiento de las centrales nucleares españolas.

En Repsol, hay bastante cabreo con el pensamiento de Iberdrola. De hecho, es Petronor, la filial vasca de la compañía multienergética que preside Antonio Brufau y que tiene como CEO a Josu Jon Imaz, la que más aporta a la Hacienda vasca. Petronor está presidida por Emiliano López Atxurra, que también tiene silla en el consejo de administración de Repsol. Además, hay un detalle no menor: Imaz pasó por la política antes de entrar en Repsol en 2008: fue concejal de su pueblo, Zumárraga (Guipúzcoa); eurodiputado; diputado del Parlamento Vasco; consejero de Industria, Comercio y Turismo del Gobierno Vasco y presidente del PNV.

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En Telefónica, el BBVA está entre los accionistas, con una participación del 4,839%. Un accionariado en el que también están presentes, entre otros, el holding Criteria Caixa y la SEPI (o sea, el Estado)... ya saben que el Gobierno Sánchez entró en la teleco ante la incorporación de los saudíes con la excusa de defender una empresa estratégica, pero en realidad era un paso más para influir y practicar el intervencionismo que tanto gusta al Sanchismo. El penúltimo capítulo de esto se ha visto hace unos días con el sorprendente cese de José María Álvarez-Pallete como presidente de la teleco y la imposición de Marc Murtra como su sustituto. Esto último abrió otro cambio en la cúpula de Indra, que hasta entonces presidía Murtra, y se ha elegido a Ángel Escribano como nuevo presidente ejecutivo. Eso sí, es llamativo que Gloria Ortiz, CEO de Bankinter, no vea lo sucedido en Telefónica como intervencionismo. 

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Y hablar de Indra también supone hablar de otras empresas vascas. SAPA, presidida por Jokin Aperribay (muy cercano al PNV y por ende, al gobierno vasco), posee el 7,94% de Indra. Además, esta última es el tercer accionista del fabricante de motores para aviones ITP Aero, en el que está presente el gobierno vasco con un 6%. 

Además, no hay que olvidar que el PNV también está muy interesado en Talgo. De hecho, quiere ayudar a la siderúrgica vasca Sidenor, junto al Gobierno Sánchez, y que el fabricante ferroviario tenga su sede en el País Vasco en lugar de en Madrid.